Las misteriosas esculturas arbóreas de la Nochebuena
Las esculturas de Clelia. Fotos: Francisco Ortiz Pardo
Una de las obras está afuera de la casona que fuera propiedad del poeta Octavio Paz
De pronto aparecieron en las calles de esa colonia de Bj una serie de extrañas y alargadas figuras…
Y de pronto también, empezaron a ser descubiertas –poco a poco, una por una–, de modo que puede ya identificarse su naturaleza.
FRANCISCO ORTIZ PINCHETTI
De pronto aparecieron en las calles de la colonia Nochebuena, en la alcaldía capitalina Benito Juárez, una serie de extrañas y alargadas figuras cubiertas con lonas, lo que les hacía parecer momias o misteriosos espectros.
Esas figuras, detectadas por Libre en el Sur antes que ningún otro medio, se fueron multiplicando en calles como Atlanta, Boston, Cincinnati o Denver, hasta sumar una decena.
Una de ellas apareció justo afuera de la casona que fuera propiedad del poeta Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura 1990, en la calle General Porfirio Díaz esquina con Denver, frente al Parque Hundido.
Y de pronto también, empezaron a ser descubiertas –poco a poco, una por una–, de modo que puede ya identificarse su naturaleza: se trata de hermosas esculturas talladas en troncos de árboles muertos, ubicados en las aceras de esas y otras calles.
Se identifica en pequeñas placas colocadas en cada uno de los tallados la autoría de la connotada escultora mexicana Clelia Ríos. Ella ha trabajado en sigilo durante varios meses.
Son sorprendentes motivos naturales, como plantas, animales silvestres, aves, esculpidos en la madera. En algunas aparecen ardillas, en otras flores. En la talla que está ante la casa de Paz, surge en su parte superior un águila.
Hasta ahora, ninguna autoridad ha difundido la realización de estas obras de arte, que darán a la colonia Noche Buena una peculiaridad única.
Clelia Ríos se define como una escultora surrealista.
“El surrealismo — escribe en su página de Facebook– es la magia que tengo para soñar, creando fantasías que encuentro navegando en la mente. Pájaros que corren dándome sus alas…”
La colonia Nochebuena, donde se ubican estas esculturas, se sitúa entre la avenida de los Insurgentes Sur, y las calles Porfirio Díaz, Augusto Rodin y Holbein y es vecina del Parque Hundido y de la Ciudad de los Deportes, donde se encuentran la monumental Plaza de Toros México y el antes llamado Estadio Azul.