Padecen adultos mayores de Benito Juárez, agudizada, la problemática de la demarcación; hay 55 mil
Vivir en la delegación Benito Juárez es para gran parte de los 55 mil ancianos de nuestra demarcación mucho menos grato de lo que podría suponerse, a pesar de los programas gubernamentales que pretenden aliviarles la existencia, indica Libre en el Sur en su edición impresa correspondiente al mes de agosto, que dedica su nota principal a la situación actual de los juarenses de la tercera edad.
Benito Juárez es el municipio o su equivalente con mayor índice de adultos mayores en todo el país, informa el periódico zonal en su número 98, que empezó a circular esta semana. Hay 16 juarenses mayores de 60 años por cada 100 habitantes, cuando la media en el Distrito Federal es de 7.7 por cada 100. Nuestros viejitos suman unos 55 mil, –de los cuales 33 mil 600 son mujeres– en una demarcación con 362 mil residentes, según el último conteo del INEGI. La mitad, unos 27 mil, reciben la pensión alimenticia que otorga el gobierno capitalino a los mayores de 70 años de edad.
Los viejos son referencia frecuente en programas y acciones del gobierno delegacional, que les dedica especial atención. Un ejemplo destacado es la llamada universidad de la Tercera Edad, un centro de capacitación no escolarizado que atiende a dos mil 300 usuarios por cuatrimestre a través de cursos y talleres que pretenden satisfacer sus necesidades de aprendizaje, desarrollo físico y mental, así como el acceso a nuevas tecnologías, como la computación. Hay un Centro de Atención Social Especializada (CASE) cuyos servicios están muy enfocados a la atención geriátrica. También el DIF BJ tiene para ellos programas especializados y es una prioridad en su trabajo.
No obstante esos aparentes o reales beneficios, ser viejito en la Benito Juárez tiene sus bemoles, derivados muchos de ellos de la propia problemática que padece la demarcación. Cuestiones como el mal estado de las banquetas, la falta de rampas, la saturación vehicular en nuestras calles, la invasión de ambulantes en las aceras, la escasez de agua potable, la contaminación ambiental, visual o auditiva –como la producida por los claxonazos de los autos– , las frecuentes interrupciones en la energía eléctrica o la acelerada reducción de áreas verdes, repercuten en la calidad de vida de estas personas que, por su nivel socioeconómico medio se supone que viven en mejores condiciones. Vivir en el municipio con más alto índice de Desarrollo Humano de la República Mexicana según estadísticas de la ONU, significa paradójicamente, enfrentar también niveles más altos de carestía en bienes y servicios, impuesto predial y hasta tarifas de agua potable. Muchos juarenses de la tercera edad son viudos o pensionados que sobreviven apenas con una mensualidad ridícula. Es patético ver a los ancianos hacer cola durante dos o tres horas, bajo la lluvia o el sol ardiente, en la farmacia de la clínica 28 del Seguro Social, en plena colonia Del Valle.
El reportaje de Libre en el Sur recoge también la opinión sobre este tema del presidente del Consejo Ciudadano Delegacional, Benjamín Vázquez y la dirigente vecinal María Dolores Fuster, así como de la presidenta de la Asociación Reiventemos Benito Juárez, Leticia Varela; la ex candidata del PRD a la jefatura Delegacional Lenia Batres, y el dirigente del PRI en BJ, Carlos Pineda.