Perros en el Parque de Tlacoquemécatl: Invasión del espacio, violaciones de leyes de Cultura Cívica y de Salvaguarda, heces fecales, terregales…
Dueños de perros que acuden al Parque de Tlacoquemécatl, en la colonia Del Valle, se muestran amorosos con sus animales pero transgreden el entorno ambiental y humano: además del maltrato de los jardines, al soltar a sus mascotas en los pasillos ponen en riesgo la seguridad de las personas, particularmente de niños.
Un recorrido por ese espacio, de valor histórico y cultural –pues ahí se encuentra el templo del Señor del Buen Despacho—permite corroborar que al menos una parte de los dueños de los perros no recogen las heces fecales de sus animales.
En el área donde se encuentran los aparatos para hacer ejercicio, el hedor llega a ser insoportable, sobre todo cuando hay más sol.
La autoridad, en vez de hacerlos cumplir con las disposiciones legales, parece premiarlos, al disponer de un terreno amplio del parque para un espacio exclusivo para perros, que ha sido cercado, lo que está prohibido:
La Ley de Salvaguarda de la capital, efectivamente, protege a ese parque como “Espacio Abierto Monumental”, y es clara al estipular que no se puede alterar la identidad del sitio, sino con un resolutivo expreso de un Consejo de Salvaguarda, en el que deben participar autoridades locales y federales.
Pero además, la Delegación Benito Juárez puso la reja pero no acondicionó el espacio con un recubrimiento especial para los perros, con lo que al correr los animales se producen terregales a escasos metros de los juegos infantiles y del área de ejercitación, más en estos días de sequía.
De poco ha servido como sea el confinamiento de ese espacio. Libre en el Sur pudo confirmar que hay dueños de perros que aún sueltan a sus animales, lo que también está prohibido, en este caso por la Ley de Cultura Cívica. Para ellos, son los perros los que tienen prioridad.