Premio Princesa de Asturias para el Museo Nacional de Antropología

Claudia Sheinbaum en el Museo de Antropología. Foto: Presidencia / Cuartoscuro
Desde Palacio Nacional se ha insistido en demandar un perdón por hechos de hace 5 siglos… y el Estado español celebra grandeza de los pueblos indígenas.
STAFF / LIBRE EN EL SUR
Mientras el gobierno mexicano no ha desistido en su capricho de que el Reino de España pida perdón por la conquista, es precisamente el Estado español el que acaba de reconocer el valor universal del legado indígena de México al otorgar el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025 al Museo Nacional de Antropología. Así lo dio a conocer este martes el diario El País, en una nota firmada por Miguel Ángel Medina, en la que se destaca que el jurado premió al recinto por ser “un referente internacional en el ámbito de la antropología y la museografía”.
El Museo, inaugurado en 1964 e icono del Bosque de Chapultepec, alberga más de 45 mil piezas y recibe más de tres millones de visitantes al año. El fallo del jurado subraya que este recinto no solo ha preservado y difundido el patrimonio de las civilizaciones originarias de Mesoamérica, sino que ha servido como “puente entre culturas, épocas y generaciones”, al promover el respeto por la diversidad cultural, el diálogo intercultural y la memoria histórica.
La contradicción no puede pasar desapercibida. Mientras desde Palacio Nacional se insistió durante años en demandar un perdón por hechos de hace cinco siglos, el reconocimiento más importante del Estado español en materia de concordia recae en una institución que celebra la grandeza de los pueblos indígenas, sin paternalismos ni retóricas confrontativas.
“El Museo Nacional de Antropología se ha convertido en un símbolo del respeto a la diversidad, del estudio riguroso de la historia y de la convivencia entre culturas”, estableció el jurado en su dictamen, según retoma El País. La Fundación Princesa de Asturias elogió también su contribución a la educación y la investigación científica, así como su papel en la “construcción de una conciencia social comprometida con los derechos humanos”.
Entre sus piezas más emblemáticas se encuentran la Piedra del Sol —mal llamada calendario azteca—, el monolito de Tlaltecuhtli, la Coatlicue, los códices y objetos rituales de culturas zapotecas, olmecas y mayas. Pero más allá de su acervo, el museo ha desempeñado una función cívica y pedagógica, particularmente desde el auge de las reivindicaciones indígenas en América Latina durante las últimas décadas.
De acuerdo con el reportaje publicado por El País, este premio, que será entregado en octubre en Oviedo, España, reconoce anualmente a una persona o institución cuya labor contribuya a la defensa de los derechos humanos, la concordia, la libertad y la solidaridad. En años anteriores lo han recibido organizaciones como la Orden de San Juan de Dios, la Fundación Aladina, los sanitarios españoles durante la pandemia, y la UNICEF.
Así, mientras en México se dan discursos vacíos sobre “pedir perdón” a nombre de los pueblos originarios, en España —desde una institución del Estado— se otorga un reconocimiento concreto, con resonancia internacional, al museo que mejor los representa.