Primer año de gobierno de Jorge Romero en BJ: Entre la torpeza y la simulación
Informes oficiales de la propia Delegación Benito Juárez, a través de su Oficina de Información Pública, configuran un saldo desastroso de la administración del delegado panista Jorge Romero, que cumple ya un tercio de su mandato.
Francisco Ortiz Pinchetti
Luego de financiar con recursos públicos a un clan de incondicionales, autodenominados Los Ocean, a los que usó para adulterar el padrón de su propio partido y conseguir así la candidatura a la jefatura delegacional en Benito Juárez; después de ostentarse como “licenciado” sin serlo y llegar a la ilícita osadía de firmar documentos oficiales como tal, electo en circunstancias nunca esclarecidas por una diferencia mínima de 700 votos, Jorge Romero Herrera ha fincado su administración en la simulación y el engaño, lo que irremediablemente le ha conducido al descrédito y al fracaso.
Intolerante a la vez que incapaz, el panista ha merecido una calificación mayoritariamente reprobatoria a su gestión por parte de los representantes vecinales, luego de su incumplimiento en los temas torales de su campaña y la desatención de los problemas más sentidos de los juarenses, como el ambulantaje desbordado, las construcciones irregulares, la inseguridad, los giros negros, los franeleros y los servicios públicos más elementales, no obstante disponer en 2013 del más cuantioso presupuesto en la historia de la BJ, según lo ha festinado él mismo, de alrededor de mil 500 millones de pesos. En ninguno de esos rubros ha podido dar buenas cuentas, a pesar de su afán de aparentar avances a través de golpes mediáticos.
El 24 de octubre de 2012, a sólo tres semanas de asumir la jefatura delegacional, anunció un pomposo Programa de Reordenamiento del Comercio en la vía Pública. Reconoció entonces ante los medios de comunicación la existencia de más de siete mil vendedores ambulantes en la demarcación, de los cuales 3,287 contarían con un permiso. Ofreció poner orden y acabar, como ya lo había prometido en su campaña, con el ambulantaje que había invadido las calles de BJ. Casi un año después, el mentado Programa se quedó en enunciado y el ambulantaje desborda las colonias de la demarcación. El retiro de ambulantes se ha limitado a cuatro “operativos”, en las calles de Búfalo y Santander, en las inmediaciones del metro Zapata y, tardíamente, del Hospital 20 de Noviembre, y al retiro de tamaleras, vendedores de frutas, chicharrones o aguas frescas en carritos y carretillas, que presume cotidianamente en las redes sociales.
El delegado ha asegurado que han sido retirados “más de dos mil” puestos de informales, pero su dicho es contradicho por la propia DBJ, que a través de su OIP reconoce que ni siquiera existe un registro al respecto. En realidad, el número de puestos metálicos fijos que han sido retirados no excede del medio centenar, mismos que durante meses se mantuvieron arrumbados en el estacionamiento de la Alberca Olímpica y que luego, en una nueva simulación, fueron trasladados según dijo para su “chatarrización”, cuando en realidad se llevaron al deportivo Benito Juárez, adyacente a la Delegación, donde cualquiera puede verlos.
El 27 de enero pasado, Romero Herrera anunció la construcción de 14 ciclovías en la delegación, seis de las cuales correrían de Norte a Sur, seis de Oriente a Poniente y dos diagonalmente. Hasta ahora, ocho meses después, únicamente un tramo de una de ellas ha sido abierto, en la colonia Nápoles, sin realizarse previamente una consulta vecinal y provocando con ello una división en la comunidad. A la fecha, la “calle modelo” de la capital, como se publicitó la remodelación de Dakota, con todo y su incompleta e impugnada ciclovía, ha sido un severo fracaso, que ya se deteriora y que sólo ha agudizado el severo problema de tránsito vehicular en la zona.
Ante los medios de comunicación hizo el 21 de febrero otro anuncio sensacional: el fin de las construcciones irregulares en Benito Juárez, “el más grave problema de nuestra Delegación”, estimado en no menos de 900 casos. “Por lo pronto, dijo, se suspenderán 209 obras ya detectadas, a las cuales se revocará la manifestación de construcción para ser demolidas”. Ese mismo día, seguido de reporteros y camarógrafos, puso personalmente sellos de suspensión a las primeras tres obras y aseguró que cada día se cerraría un número igual hasta completar “las primeras 209” de su padrón. Nunca cumplió, por supuesto. A la fecha, los sellos de suspensión han sido colocados sólo a 110 construcciones; pero lo más grave es que más de la mitad de ellas han sido reabiertas y trabajan como si nada, con lo que la burda simulación queda al descubierto.
Lo mismo está sucediendo con obras “clausuradas” en las que se han colocado mantas con la palabra “Demolición”, que tampoco ha ocurrido en un solo caso. Ni siquiera en caso emblemáticos como el de Millet 39, en Extremadura Insurgentes, donde aseguró que iba a “sorprender” a los vecinos demandantes que piden la demolición de ese edificio ilegal. No sólo no ha cumplido, sino que según él “se vio obligado” a otorgar premiso de ocupación a los dueños, la Inmobiliaria Rouz, para no incurrir en desacato. Por cierto, la DBJ informó a través de su OIP que ninguna obra de Rouz ha sido suspendida ni clausurada durante esta administración. En cambio, por versiones periodísticas no desmentidas, se sabe que el propio Romero Herrera habita un lujoso penthouse de esa inmobiliaria, ubicado en Gabriel Mancera 1542, colonia Del Valle Sur.
La proliferación de franeleros que se apropian de las calles juarenses, el abandono de la mitad de las fuentes de la delegación que, reconocido oficialmente, están sin funcionar; las deficiencias en servicios de alumbrado público, bacheo, recolección de basura y drenaje se manifiestan en centenares de quejas que saturan cada día las cuentas del delegado en redes sociales, sin que atine a atenderlas, y en cambio reacciona con exabruptos, se pelea o de plano bloquea a los quejosos. Frente al abandono en que se encuentra la mayoría de los parques públicos, Romero Herrera tuvo la ocurrencia de construir en siete de ellos sendos baños públicos, ¡con un costo de un millón de pesos cada uno! Obras innecesarias que según los vecinos de Álamos, Moderna, Tlacoquemécatl, Arboledas, Postal y otras colonias amenazadas traerían más perjuicios que beneficios, para las que además no se consultó a nadie, han sido tajantemente rechazadas, al grado de que el propio delegado ha ordenado detener las construcciones ya iniciadas en algunos de esos jardines. Otro fiasco.
Romero Herrera, que al asumir el cargo hace un año ratificó como director general Jurídico al funcionario más impugnado y denunciado de la administración anterior, Luis Vizcaíno, ha sido acusado también de ser cómplice de trata de personas al permitir la apertura de nuevos giros negros en los que se realiza explotación sexual de mujeres, como son los table dance. La acusación provino nada menos que de una exdiputada del PAN, Rosi Orozco, actual presidenta de la fundación Unidos contra la Trata. Además, lo acusó de simulador, ya que durante su campaña reiteradamente prometió delante de ellas erradicar en Benito Juárez la trata de personas “y ha hecho todo lo contrario”.
En materia de inseguridad, mientras la incidencia de delitos crece (incluidos los asaltos a mano armada), la salida del jefe delegacional panista es siempre la misma: eso corresponde al gobierno central del DF; pero nada dice acerca de las tareas de prevención del delito que corresponden a la Delegación, para lo cual existe una dirección dotada de presupuesto. Igual recurso emplea para escapar de las demandas de escasez agua potable, pero oculta que en el presupuesto 2013 de la DBJ, lo informa de manera oficial la propia dependencia, no se incluyó un solo peso tara pareas de reparación de fugas y sustitución de tubería inservible, en lo que se pierde un 40 por ciento del suministro que recibe Benito Juárez. En cambio, se gasta en mantas y propaganda para promover actividades sociales, torneos de ajedrez o torneos de futbol, entretenimientos válidos que por supuesto no pueden sustituir la satisfacción prioritaria de las necesidades verdaderamente apremiantes. Ni siquiera con la aplicación de los recursos del Presupuesto Participativo 2013 cumple: BJ ocupa el tercer lugar entre las delegaciones con mayor rezago, ya que de 65 programas a que está obligado sólo ha consumado seis. Todo, todo es simulación.