EDITORIAL de ‘Libre en el sur’/ ¿Beneficio de la duda?
Se acostumbra, es lugar común, otorgar el llamado “beneficio de la duda” al nuevo gobernante para que en determinado lapso demuestre sus intenciones y propuestas, con acciones. Resulta sin embargo difícil tal otorgamiento cuando el presunto sujeto de ese beneficio se ha encargado ya de disipar en gran medida las dudas posibles, antes siquiera de ejercer su cargo. Tal es el caso de aquel a quien sus propios compañeros de partido acusaron repetidamente de manipular el padrón interno y los procesos de selección de candidatos, incluido el suyo. Pocas dudas quedan sobre la ética de quien se ostentó, sin serlo, como “egresado de la escuela Libre de Derecho”, para acabar confesando que, efectivamente, no era licenciado; pero que sin embargo firmó como “licenciado” documentos oficiales de la Delegación Benito Juárez, incurriendo en usurpación de profesión. Difícil esperar una actitud positiva e incluyente de alguien que antes de ocupar la jefatura delegacional juarense enseñó ya varias veces su rostro autoritario e intolerante, como ocurrió frente a las informaciones absolutamente documentadas de este medio, que le fueron incómodas. No obstante todo eso —y más— otorguemos a Jorge Romero Herrera el beneficio de la duda. Conste.
*(Editorial de la edición impresa de Libre en el Sur número 111, correspondiente al mes de octubre de 2012)