Aumenta 25% tarifa del transporte en CDMX… sin mejorar los microbuses
Fotos: Francisco Ortiz Pardo
Brugada rompe su promesa de campaña y repite el argumento de la modernización que nunca llega
El incremento supera la inflación y castiga a los usuarios del sistema más precario de la ciudad
STAFF / LIBRE EN EL SUR
El Gobierno de la Ciudad de México autorizó un incremento del 25 por ciento en las tarifas del transporte público concesionado, una medida que contradice la promesa de campaña de la jefa de Gobierno Clara Brugada, quien en mayo de 2024 aseguró que “no se justificaría un aumento mientras no mejoraran las condiciones del servicio”.
A partir del 1 de noviembre de 2025, los microbuses y vagonetas de la capital cobran 7.50 pesos por viajes de hasta 5 kilómetros, 8 pesos entre 5 y 12 kilómetros y 9 pesos por trayectos de mayor distancia. En el caso de los autobuses, las tarifas se fijaron entre 8.50 y 9.50 pesos. El ajuste también aplica a taxis y corredores de transporte, con incrementos similares.
La Secretaría de Movilidad (Semovi) argumentó que el alza “responde al aumento en los costos de operación y busca incentivar la renovación de unidades”, pero en los hechos, ningún incremento en las últimas dos décadas ha derivado en una mejora real del transporte concesionado.
Los microbuses —vehículos con más de treinta años de servicio en muchos casos— siguen circulando sin control efectivo, sin rampas para personas con discapacidad y con emisiones que superan los límites permitidos. Las supuestas sustituciones de unidades nunca han sido generalizadas ni verificables. Según datos de la propia Semovi, más de seis mil unidades siguen fuera de norma, sin sistemas de seguridad y con operadores sin capacitación.
El cartel oficial con las nuevas tarifas, distribuido por el gobierno capitalino bajo el lema “Ciudad de México, capital de la transformación”, presenta en tonos alegres la nueva lista de precios, pero omite cualquier referencia a mejoras en seguridad, emisiones o servicio.

Cada aumento ha sido justificado con el mismo discurso: modernizar el sistema. Sin embargo, el transporte concesionado continúa siendo el eslabón más débil de la movilidad capitalina, subsidiado por el usuario y abandonado por el Estado.
Promesas rotas y desigualdad sobre ruedas.
Mientras el resto de la Red de Movilidad Integrada mantiene sus tarifas —Metro a 6 pesos, Metrobús a 5, Trolebús a 4, Cablebús a 7 y RTP entre 2 y 7—, los usuarios de microbuses y vagonetas pagan ahora más por un servicio peor.
El contraste es elocuente: los más pobres subsidian con su tarifa los huecos del sistema, sin recibir seguridad ni eficiencia a cambio.
Lejos de representar una transformación, el aumento de tarifas profundiza un modelo que privilegia el cobro sobre la calidad. En los hechos, el gobierno capitalino ha normalizado la simulación: regula el precio, pero no la vida útil ni la seguridad de los vehículos.
Con este nuevo ajuste, Clara Brugada repite el patrón de sus antecesores: más caro, más contaminante y con los mismos microbuses que desde hace décadas recorren la ciudad con humo, ruido y riesgo. En cada alza, el argumento de la modernización vuelve; la mejora, nunca llega.
















