Ciudad de México, noviembre 23, 2024 17:56
Opinión Ciudad de México ViveBJ

Vive BJ / Comunicación transparente en los gobiernos locales de la Ciudad de México

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.

POR DULCE CORONA

En los últimos años la Ciudad de México ha tenido grandes cambios sociales, económicos y políticos. Las problemáticas a las que se enfrenta la administración pública local en la actualidad dependen de diversos factores, entre ellos, la escasez de recursos humanos y financieros, y, por ende, tienen serias dificultades para dar respuesta y satisfacer las demandas y necesidades de la ciudadanía.

Para resolver y procurar dar respuesta a los problemas cada vez más complejos que emergen de una ciudadanía que se encuentra en constante cambio, es necesario recuperar la política cómo diálogo y base de la Democracia, en el entendido de que la política se observe a partir de un diálogo entre iguales, es decir, que promueva la solución de conflictos y búsqueda del bien común a través de la comunicación transparente y permanente entre los gobiernos locales y la sociedad.

Las decisiones públicas que involucran de manera directa a las y los ciudadanos son discutidas e implementadas por los gobiernos más cercanos. Las disposiciones del municipio, distrito, delegación, alcaldía o cualquier otro nombre que tenga el gobierno local son las que impactan directamente en la comunidad, por esto, es relevante pensar en una comunicación cercana viendo a los ciudadanos como tal y no como un usuario, por ejemplo, las redes sociales han sido un puente para denunciar y visibilizar problemáticas, sin embargo, ¿cuántas veces hemos interactuado a través de estos canales con las autoridades locales?

La sociedad no suele involucrarse en temas coyunturales de índole federal, porque no se visualiza como actor determinante para la mejora, intervención, solución de problemas o cambios y, ve desdibujada su participación en esos asuntos. Sin embargo, sí el alumbrado público no funciona, las calles no cuentan con pavimentación, el comercio en vía pública afecta la sana convivencia en la colonia; los problemas son más visibles y el nivel de interés por parte de las y los habitantes afectados aumenta. Es aquí en donde los gobiernos locales deben de aprovechar ese nivel de participación para retomar las propuestas de las y los ciudadanos, y dar respuestas efectivas a sus necesidades.

Es importante mencionar que sólo el 37 por ciento de las y los habitantes de la Ciudad de México han interactuado a través de medios electrónicos con sus gobiernos locales, esto se debe a los pocos espacios de participación ciudadana y herramientas para que sea posible un acercamiento real entre los gobiernos y la ciudadanía. Aunado a la baja interacción, nos encontramos con que más del 58 por ciento de la población perteneciente a la capital de México no confía en sus autoridades delegacionales.

Imagen: Especial

 

En este sentido, la relevancia y necesidad de plantear una nueva administración pública que fomente el diálogo, la opinión pública, la modernización e implementación de nuevas tecnologías de información para optimizar recursos, y por ende, hacer posible una participación ciudadana deliberativa, que propicie el intercambio de perspectivas desde el ámbito político hasta el ciudadano de a pie y la sociedad civil organizada, considerando las herramientas digitales que se tienen y el marco normativo vigente que garantiza la participación ciudadana en la esfera pública ahora en las próximas Alcaldías, en donde el lenguaje y el mensaje debe ser claro, amigable y dirigido de la manera correcta para su recepción permanente.

Por lo anterior, es necesario considerar la comunicación transparente cómo un mecanismo para promover e impulsar la participación ciudadana desde y para la implementación de una gobernanza local. Sin embargo, la falta de información pública confiable y verificable, la falta de interacción entre los gobiernos locales y la ciudadanía para la toma de decisiones, una transparencia simulada, nula proximidad, escaso conocimiento territorial y una burocracia desgastada, impide que hablemos de una participación ciudadana consolidada.

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