Ciudad de México, noviembre 21, 2024 13:23
Opinión Marco Antonio Romero Sarabia

Análisis de Reputación

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.

POR MARCO ANTONIO ROMERO SARABIA

A pesar de que la Ciudad de México atraviesa por el momento más crítico de la pandemia de Covid-19, y mientras las autoridades capitalinas se dedican incansablemente en ampliar la capacidad hospitalaria para que ninguna persona se quede sin cama, hay quienes parecen estar más interesados en llevar río para su molino y sacar raja política. Ojalá me equivoque, porque éticamente sería algo muy condenable.

Llama la atención que en días recientes, el alcalde enfocó buena parte de sus baterías en difundir en redes, a través de bots, y de mensajes masivos de Whatsapp entre vecinos de la Alcaldía, un “Análisis de Reputación Mediática de Actores” publicado en El Universal que lo ubica como el mejor posicionado por sus supuestas acciones creativas para el manejo de la situación sanitaria.

Pareciera una buena noticia, sin embargo vale la pena revisar con detalle este análisis mediático. Para esto, se vuelve necesario retroceder en el tiempo y constatar que entre el medio de comunicación y quienes han “gobernado” la Alcaldía Benito Juárez existe una vieja y cercana relación. Basta revisar las numerosas notas que aparecen en su sitio en donde se ha felicitado a la Alcaldía por la desinfección de espacios públicos (algo que ocurre prácticamente en todas las demás). De poca objetividad es lo que se puede decir de El Universal cuando se trata de hablar de Benito Juárez.

En segundo lugar, presentar una comparación homogénea para una ciudad con grandes contrastes, es poco serio. Por distintas circunstancias económicas e históricas, Benito Juárez es una Alcaldía en la que, afortunadamente para quienes la habitamos, cuenta con rentas más altas entre la población, además de mayor cantidad de comercios y mayor disponibilidad de servicios. No es lo mismo, de ninguna manera, comparar a un adulto de Benito Juárez, con un sueldo fijo o ahorros, frente a un trabajador de Iztapalapa o Iztacalco que de forma noble y honesta gana su sustento en el día a día. Hay quienes por mera supervivencia tienen que seguir en las calles. Por lo anteriormente descrito, resulta limitado atribuir la disminución en movilidad en la demarcación a las acciones “creativas” del Alcalde.

Este mismo “análisis” ubica a las alcaldías Cuauhtémoc y Álvaro Obregón como las peores evaluadas en cuanto a la diferencia de impactos positivos y negativos. En el caso de Cuauhtémoc, se echó a andar la estrategia: “Nuestro Corazón”, conformada por cuatro acciones: dos de ellas dirigidas a los grupos vulnerables, llamadas Fortalece y Comparte, que ayudarán al abasto alimenticio y de productos de primera necesidad de vecinas y vecinos de la demarcación. Los otros dos programas, denominados Resiste y Suma, se destinaron a brindar apoyo y acompañamiento a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas. Estos programas cuentan con el respaldo de la población, sin embargo este “análisis mediático” omite estas variables.

Adicionalmente, seguimos sin conocer los lineamientos de operación de las seis acciones sociales que se tienen registradas para afrontar la contingencia sanitaria. Esto tampoco sorprende porque ya es conocido y está documentado que la transparencia no es relevante para quienes trabajan en las oficinas de Municipio Libre.

Toca pensar de manera solidaria, colectiva y conocedora de las brechas existentes en la capital para así, de forma conjunta y bajo el liderazgo de la Doctora Claudia Sheinbaum, poco a poco y según las necesidades de cada región, tomemos nuestro ingreso a la nueva normalidad.

No es con egoísmos ni en la búsqueda de réditos individuales como nuestra Ciudad saldrá adelante. Será en equipo y de la mano de la gente.

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