DAR LA VUELTA / ¿Con el Blob? (Parte 2)
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La "Marcha de la democracia", en defensa del INE. Foto: Moisés Pablo
El presupuesto del INE es un pelo del animal, pero un pelo que de no existir supondría el colapso de todo el mastodonte como lo conocemos hasta ahora y aparecería algo nuevo, quizá más escalofriante y aterrador.
POR DIEGO A. LAGUNILLA
De acuerdo con cifras del 2020, el gasto del organismo electoral federal mexicano representó, más, menos, 20 centavos por cada 100 pesos del presupuesto global nacional, o el 0.20 por ciento del 100 por ciento. En otras palabras, lo que “no pesa casi nada” influye sobre el conteo del “peso total”, aunque esto no se considere, relevante, en los hechos, tiene un impacto decidido y crucial.
En términos reales, en el 0.20 por ciento del presupuesto, se concentra el 100 por ciento de lo que supuestamente el gobierno administra, provee y controla y si “seguimos el rastro”, como dirían los que saben de estos menesteres, afecta también sobre lo que el gobierno “no” administra, provee y controla, en particular, el llamado “dinero negro”, porque de ahí, del 0.20 por ciento, no se plantea el interrogante si, se alimenta o no de tal enorme y jugosa fuente super energética que supera la restrictiva, por decreto, arca pública, más bien se intuye las formas para hacerlo y lograrlo, aunque esto no sé reconozca o no sé vea El motor y aliciente es, hasta ahora, el dinero, no el voto. Después no sabemos.
El 0.20 por ciento equivale al 4 por ciento de lo que en conjunto detentan como flujo las fuerzas armadas nacionales, promedio anual quinquenal de 8.09 mil millones de dólares, qué en la órbita conceptual, ergo en el universo habitual, donde hay buenos y malos, ganadores y perdedores, conservadores y liberales, amenazas y oportunidades, interior y exterior, serían nuestra última red de protección pero en el tablero que se busca clarificar serían de hecho otro brazo más del “Blob”, así de simple, así de complejo.
La variación llegará, es un hecho, lo que no sabemos racionalmente es cuándo ni cómo lo haga, pero por lo que acontece en nuestros días en la realidad nacional podríamos advertir que ya está presente, entre nosotros, por dónde lo logre trastornará sin duda a la tradición.
Apéndice que hoy por hoy ha logrado mantener e incrementar su conexión con la fuente de “eterna juventud”, en solo un año, del periodo referido, se tuvo un crecimiento presupuestal de un dígito (8 por ciento en 2021). Si esto se mantiene así, podríamos suponer que seguiría ganando terreno frente a otros tentáculos menos agraciados. Solo el sistema en su conjunto -cerrado- lo solucionaría en caso de perder ímpetu, sin reflexión, ni volición.
Como también sobre aquellos “grupos”, en que el circulante que manejan es enorme, y su contabilización es prácticamente errónea, equívoca, dudosa por darse en un entorno de “clandestinidad”, pero según datos de los propios “entes reguladores”, que se han aventurado a calcularlo, cada año, ese “0.20 por ciento” equivale a solo un 1 por ciento de sus ingresos totales.
Un pelo del animal, pero un pelo que de no existir supondría el colapso de todo el mastodonte como lo conocemos hasta ahora y aparecería algo nuevo, quizá más escalofriante y aterrador, quisiera y deseo equivocarme. 1 sobre 100, que también a ese 1 le conviene no perder esa relación, ese puente, ese brazo, esa continuidad, lo figurado así lo exige y necesita. Lo real no, simplemente lo mueve mantenerse fuerte y en movimiento, aunque en eso mismo aniden las propias semillas “autodestructivas”, innombrables por natura.
De acuerdo con el libro Ilícito, de Mosies Naim, director de la revista Foreign Policy, de Estados Unidos, nunca los “criminales” habían sido tan globales, tan ricos, ni tan políticamente influyentes como ahora y éstos están cambiando al mundo como lo conocemos. Cito, “lo que está en juego es el tejido social mismo. El comercio ilícito está hundiendo sectores industriales enteros al tiempo que potencia otros; está asolando países y desencadenando expansiones económicas; está haciendo y deshaciendo carreras políticas, desestabilizando o apuntalando gobiernos. En el extremo se hallan los países donde las rutas del contrabando, las fábricas clandestinas, el robo de los recursos naturales y las transacciones con dinero negro ya no pueden diferenciarse de la economía y los gobiernos oficiales” ¿nos suena? y remata con “el blanqueo de dinero no solo constituye un tipo de comercio ilícito en sí mismo, sino que representa una necesidad imprescindible para los demás. En cierto sentido, es reflejo de la economía global que no vemos.”
La variación llegará, es un hecho, lo que no sabemos racionalmente es cuándo ni cómo lo haga, pero por lo que acontece en nuestros días en la realidad nacional podríamos advertir que ya está presente, entre nosotros, por dónde lo logre trastornará sin duda a la tradición y ahí si se podrá hablar de una nueva, no sé si cuarta, transformación. Ojalá sea para bien, pero eso ya sería un valor moral que no pesa y no influye.