A 112 años, el Palacio Postal recibe y envía cartas a México y el mundo, tesoro porfiriano
IVAN SANTIAGO
Turistas nacionales e internacionales provenientes de Europa, Asia y América se pasean por el Palacio Postal todos los días, muchos llegan a pensar que se trató del palacio de un virrey y aprovechan para tomarse una y otra foto, pero esta imponente construcción se edificó exclusivamente para el uso del correo.
“Está catalogado como un edifico eclectivo, es decir, que tiene distintos estilos decorativos y arquitectónicos en su interior y en su exterior, por lo tanto es un emblema de la Ciudad de México, ya que cuando la genta entra se maravilla” indicó la gerente de Cultura Postal del Servicio Postal Mexicano (Sepomex), Yozunne Camacho Nocedal.
En entrevista con Notimex, refirió que el entonces presidente Porfirio Díaz mandó construir este edificio en conmemoración del centenario de la Independencia, y fue bastante moderno para su época, ya que fue de los primeros en tener elevador, baños de uso público e instalación eléctrica.
El 17 de febrero de 1907, el presidente Porfirio Díaz inauguró el Palacio Postal o “Quinta Casa de Correos”, y desde entonces se instaló la Dirección General de Correos en la antigua calle de Santa Isabel esquina con San Andrés, hoy Tacuba 1, esquina con Eje Central y el Callejón de la Condesa.
Hoy este recinto es la Dirección General del Servicio Postal Mexicano, Correos de México, el cual es considerado desde el 4 de mayo de 1987 como Monumento Artístico, de acuerdo con información del Palacio Postal.
Camacho Nocedal señaló que el proyecto fue realizado por el arquitecto italiano Adamo Boari, y la construcción se encargó al ingeniero mexicano Gonzalo Garita; se trata de estructura metálica de acero tipo Chicago, de moda en esos años, traída desde Nueva York, y que en sus cimientos se encuentra un emparrillado de acero ahogado en concreto haciéndolo muy estable.
Además,en los muros de tabique fueron revestidos con sillares labrados de canteras blanca de Pachuca que la intemperie oxida, dándole su tono de oro pálido; en su interior como exteriores, el edificio tiene obras de arte, ornamentado con mármoles y trabajos de escayola.
También, en la torre principal del palacio se encuentra el reloj monumental, el cual fue importado y ensamblado por la “Joyería La Perla”, y en 1907 se escuchaba hasta cuatro kilómetros a la redonda.
“Era un recinto en el que la gente venía a depositar sus cartas, era la administracion general más importante, recibía muchas cartas, tenía la mayor cantidad de empleados y de aquí salía el reparto más grande de carteros”, refirió Camacho Nocedal.
Indicó que pese a que surgieron nuevas tecnologías como el correo electrónico y las redes sociales, el Palacio Postal sigue siendo un punto importante para el depósito de paquetes y cartas, sobre todo para tarjetas postales.
“Es un recinto que a los turistas les gusta mucho venir a visitar y depositar aquí de manera directa su tarjeta postal y que vean sus familiares en otras partes del mundo que existe este recinto en la Ciudad de México”, destacó.
Además, en este inmueble se encuentra la Biblioteca Postal que resguarda documentos que permiten conocer la historia del Correo en México, desde el establecimiento del Oficio de Correo Mayor, en 1580, en la Nueva España.
NOTIMEX.