Ciudad de México, abril 28, 2024 05:55
Alcaldía Benito Juárez Ciudad de México Reporte especial

Calzada de Tlalpan, la costera del amor (II).

MARÍA DEL REFUGIO GUTIÉRREZ

(Segunda de cuatro partes)

II. Crisna: la calle la hemos ganado; los padrotes ahora tienen el rostro del crimen organizado

La voz de Crisna suena fuerte, ronca y determinante: “las calles, los espacios que tenemos, nadie nos los ha regalado, nos los hemos ganado solas, a través de una constante lucha, porque las calles son nuestra fuente de trabajo”.

La sexoservidora trans de 47 años recuerda cuando la policía las extorsionaba, “pero como ya no nos dejamos, ahora extorsionan al cliente”.

Calzada de Tlalpan. Aparador llamativo. Foto: Cuartoscuro.

 

“Hemos denunciado esto, pero como ya sabemos que las mismas autoridades se protegen, lo único que nos queda es estar unidas y defendernos entre nosotras”.

Para Crisna, lo importante ahora es confrontar a las autoridades cuando quieren imponer reglamentos o leyes que van en contra del derecho del libre trabajo y libre tránsito.

De pronto hace una pausa, y tras unos segundos, asegura que ellas también respetan horarios para no molestar y no afectar a las familias y a los niños.

Si una trabajadora sexual se defiende, implica que ya es delincuente.

“Hay compañeras que han estado en el reclusorio por defenderse, si agarran una botella, si agarran un palo y se defienden, como el caso de Carmen”.

Ella estuvo presa porque un policía la golpeó y le robó su dinero. Se defendió.

Entonces el policía la detuvo y la acusó de agresión, robo y violencia contra la autoridad.

Esto ocurrió en enero de 2006, en las calles de Chilpancingo y Baja California, alrededor de las 3:00 de la mañana, recuerda Carmen con voz pausada y tomada de la mano de Crisna.

“Estuve seis meses en la cárcel. Y fueron nueve años, 11 meses, y 14 días firmando mi libertad”, recuerda con coraje.

“Por todo esto lo que hacemos para protegernos entre nosotras, es organizarnos y mandarnos mensajes (de WhatsApp) cuando estamos con un cliente”.

“Quedamos en informar a todas por Whats con quién estamos, en que hotel, o incluso el número de placas de carro en el que nos subimos”.

“Pero, además, usamos un silbato para alertar de cualquier problema que enfrentemos o riego, no portamos armas porque creemos que ésa no es la solución”, señala Carmen.

Y como parte de esta lucha, Crisna se muestra satisfecha con el amparo ganado para el reconocimiento del trabajo sexual como un trabajo no asalariado, con lo que se deroga el Artículo 24, fracción 7, de la Ley de Cultura Cívica, que señala que ejercer la prostitución es una falta administrativa, siempre y cuando haya queja vecinal.

“La jueza dijo que no hay ciudadanos de segunda ni de tercera clase, todo somos iguales y ordenó desde 2012 que se derogaran este artículo, cosa que no se ha cumplido hasta ahora”.

“Por eso nosotras no creemos ni confiamos en viejos o nuevos gobiernos.

Los gobiernos son iguales, las policías son iguales, y visualizamos mayor represión con esta nueva etapa de seguridad con la Guardia Nacional”, asegura.

Para ellas existe temor de que haya más torturas, más desapariciones, y fabricación de delitos, además de que hoy en día enfrentan la extorsión de carteles que les exigen derecho de piso a sus compañeras y hasta a los vendedores ambulantes en el Centro Histórico.

“Ahora ya no son los famosos padrotes o lenonas quienes exigen una cuota por dejarnos trabajar, ahora es el crimen organizado que, si tú no das, apareces muerta, golpeada o la agarran contra tu familia.

“Hemos sabido incluso que atrás de los padrotes, de los tratantes, están las propias autoridades, porque cuando lo denunciamos, hacen operativos en contra de las propias trabajadoras sexuales, de quienes se dedican a la limpieza de los hoteles, y hasta contra los taxistas a quienes acusan de trata de personas”, señaló con preocupación.

Denunció que la Secretaría del Trabajo de la Ciudad de México no les ha entregado la credencial que las acredita como trabajadores no asalariados.

“Se ha negado a expedir y a renovar estas credenciales, lo que deja ver que no tienen compromiso, ni voluntad política.

El ordenamiento ya estaba y lo había respetado la anterior administración, y se ha negado el registro a nuevas compañeras, con lo que fomentan que se siga criminalizando el trabajo sexual.

“La credencia nos sirve para trabajar en la calle libremente, no contar con esta nos deja en una situación de indefensión ante la policía. Y la calle la hemos ganado, es nuestra fuente de trabajo”, concluyó Crisna.

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