Ciudad de México, abril 23, 2024 03:50
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Cumple 66 años la Plaza México, uno de los sitios emblemáticos de BJ, en medio de cuestionamientos a la fiesta taurina

En medio de fuertes cuestionamientos a la fiesta taurina en el Distrito Federal, que incluso han llegado al ámbito legislativo para solicitar que el centenario espectáculo quede prohibido en la capital del país, este domingo 5 de febrero se cumplen 66 años de la inauguración de la monumental plaza de toros México, uno de los monumentos emblemáticos de la delegación Benito Juárez

Para la tradicional Corrida de Aniversario, el domingo a las cuatro y media de la tarde, están anunciados los diestros hispanos Julián López El Juli, y José Mari Manzanares (hijo), así como los jóvenes toreros mexicanos José Mauricio y Diego Silveti, para lidiar un encierro de Xajay, una de las más antiguas ganaderías de nuestro país.

El coloso de la Ciudad de los Deportes, como también se le conoce, fue inaugurado el 5 de febrero de 1946, con seis toros de San Mateo para Luis Castro El Soldado, Manuel Rodríguez Manolete y Luis Procuna. El primer toro en saltar al ruedo fue “Jardinero” herrado a fuego con el número 33 y correspondió a El Soldado. A pesar de la puntualidad del inicio de las corridas de toros y dadas las condiciones de la inauguración, el festejo dio principio diez minutos tarde. La mayor parte de los aficionados no encontraban la plaza, primero y después no daban con su localidad en los enormes tendidos de la misma.

La México es la plaza de toros más grande del mundo. Tiene cupo para 47 mil espectadores. Se construyó gracias al ímpetu del empresario yucateco de origen libanés Neguib Simón. El proyecto inicial era construir lo que sería la Ciudad de los Deportes que incluiría plaza de toros, estadio de fútbol, canchas de tenis y frontón, boliches, cines, restaurantes, arena de box y lucha, alberca, playa con olas, terreno para ferias y exposiciones. Sin embargo, el proyecto sólo alcanzó para construir la plaza y el estadio de fútbol (actualmente Estadio Azul, sede del equipo Cruz Azul de la primera división). El ingeniero a cargo de la construcción fue Modesto Rolland. Las obras comenzaron el1 de diciembre de 1944 donde se ubicaba una ladrillera de la colonia Nochebuena. En aquel tiempo el lugar se encontraba en las afueras del DF. Se trata de una colosal obra monolítica de hormigón armado y su ruedo se encuentra 20 metros por debajo de las calles adyacentes. Está rodeado por esculturas del valenciano Alfredo Just.

Durante los siglos XVI y XVII se levantaron plazas de toros con carácter provisional en distintos lugares de la ciudad de México. Fueron de madera y por ello desmontables al concluir los festejos. La primera fija que se construye, llamada Real Plaza de toros de San Pablo, se levanta el año 1788 y se inaugura el 24 de noviembre de 1788. En 1821 un incendio la destruye y en su lugar se erige otra plaza, cuya obra comenzó el 18 de enero de 1851. Fue inaugurada el 23 de noviembre de ese año con el nombre de Plaza de toros del Paseo Nuevo. En virtud de la ley promulgada el 28 de noviembre de 1867, se destruye. Esa Ley prohibía las corridas de toros. Abolida la prohibición en 1887, inmediatamente se construyó la de San Rafael, inaugurada el 20 de febrero de ese año y demolida en 1889. Fue de madera.
Para los aficionados acostumbrados a ver las corridas en el Toreo de La Condesa, ubicada en la colonia Roma, cerca del centro de la ciudad capital, la lejanía del ruedo resultó un punto relevante, además del aparentemente poco taurino diseño y el costo del boletaje. Se hablaba en 1946 que los costos de los boletos para el festejo inaugural nunca habían sido vistos. Una barrera de sombra costaría cincuenta pesos.

La plaza de Toros México contaba con 49 filas además de los palcos. Por ello, en la época se le auguraba un escaso éxito al proyecto por sus magnitudes colosales. En medio de la repulsa general, La Monumental Plaza México fue bendecida por el Arzobispo de México, Luis María Martínez, quien dio la primera vuelta al ruedo. “Conste que di la primera vuelta al ruedo antes que Manolete”, presumió entre risas el prelado.

La construcción de la plaza resulto ser una gran hazaña monumental, que requirió del esfuerzo y voluntad de miles de personas. Don Neguib Simón Jalife fue el empresario visionario que planeó y puso en marcha este proyecto, desarrollado por el ingeniero mexicano Modesto C. Rolland en 1945 siendo la obra más cara hasta esos días. Esta magna obra monolítica tendría capacidad para 50 mil espectadores y sería (y es hasta el día de hoy) la plaza de toros más grande del mundo. Su construcción se llevó a cabo en tan solo 180 días, participando para ello en tres turnos al día más de diez mil trabajadores. Se requirieron para la cimbra seis millones de pies de madera y tres mil 500 carpinteros. Mil 500 toneladas de cemento Apasco, seis mil toneladas de grava y otros materiales fueron procesados en varias plantas revolvedoras para alcanzar un total de 100 mil toneladas vaciadas de concreto.

Se colocaron 22 mil asientos independientes y fueron necesarios 600 hombres y 21 días para retirar la madera de los 20 mil metros cuadrados de superficie. Miles de yeseros y talladores dieron los toques finales a esta obra. Una vez concluida la construcción y aun cuando se consideraba innecesario, se realizó una prueba de carga para esta estructura. Mil hombres, colocaron en todos los lugares, 120 mil sacos de arena con un peso de 50 kilos cada uno, esto es 750 Kg. por metro cuadrado, dos y media veces el peso calculado con la plaza llena durante 10 días, comprobando con esto la seguridad arquitectónica de esta magna obra. Hasta el día de hoy, la Plaza México sigue siendo tan segura como en aquellos días y las pruebas a las que es sometida regularmente así lo confirman.

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