Ciudad de México, noviembre 5, 2024 22:17
Política

El golpe de Estado en Chile y del derrocamiento de Allende, hace 50 años, recuerda la fragilidad de las democracias

Pese a tratarse de un hecho ominoso, también abrió un proceso luminoso en la defensa de las libertades

STAFF / LIBRE EN EL SUR

Al presidir la presentación del documental “Allende mi abuelo Allende”, el secretario General de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, afirmó que la mejor forma de evitar que se repitan sucesos tan lamentables como el derrocamiento hace 50 años de Salvador Allende Gossens, que este lunes 11 se recuerda a 50 años de sucedido, es reflexionar sobre ellos y tomar conciencia de la gravedad de los acontecimientos, “pero también recordando el legado imperecedero del presidente Salvador Allende”.

Es un acto significativo que se une a la conmemoración que hace la UNAM y el país de un hecho ominoso y un proceso luminoso, enfatizó.

Lo ominoso es, sin duda, el golpe de Estado perpetrado que nos recordó la fragilidad de nuestras democracias y la necesidad de fortalecerlas, buscando el auténtico desarrollo para nuestros países.

Y el proceso luminoso es el exilio chileno al que dio lugar, y en el cual la UNAM fue una de las grandes beneficiarias porque recibimos chilenas y chilenos que enriquecieron la academia en la docencia y la investigación, en la difusión y extensión de la cultura; y también como alumnas y alumnos de esta Universidad, subrayó.

El pasado 6 de septioembre, durante la presentación del documental, dirigido por la nieta del expresidente, Marcia Tambutti Allende, aseguró: “todos y todas las que se quedaron aquí, los que regresaron a Chile, los que ya nos han abandonado, forman parte de la historia de esta Universidad”.

En el auditorio Narciso Bassols, de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena Ibarra (hasta hace unos meses embajadora de México en Chile), manifestó ante universitarios e integrantes de la comunidad chilena que “somos todos miembros de una patria grande, que es América Latina”.

Al referirse al nombre del documental, la funcionaria precisó que al decir dos veces Allende el nombre alude al apellido del expresidente, pero también a lo que hay más allá, pues el testimonio fílmico (premiado en el Festival de Cannes) muestra una mezcla de material familiar y de testimonio político.

Bárcena Ibarra, doctora honoris causa por la UNAM, apuntó que es un acto de nostalgia y también rescata el “nunca más”, el compromiso con los derechos humanos y la violación que partió a las familias, que aún viven esas grietas.

Recordó la visita de Salvador Allende a México en 1972, la cual presenció. “Nos abrió los ojos a los jóvenes que veníamos saliendo del movimiento estudiantil de 1968 y del Jueves de Corpus, de 1971; fue impactante recibir al primer presidente socialista, elegido democráticamente en el mundo, y ver que otro camino es posible, que sí se puede construir sociedades más equitativas, incluyentes y libres”.

Al hacer uso de la palabra, el director de la FE y anfitrión del evento, Eduardo Vega López, aseveró: “hoy traemos a la memoria ese execrable golpe de Estado en Chile hace 50 años, y también reconocemos la fortaleza y las contribuciones que hicieron las y los chilenos en este país, en esta Universidad y en esta escuela debido a ese exilio chileno en México”.

Enseguida, se proyectó el documental, un retrato íntimo que busca respuestas en la familia ante un hecho trágico y doloroso que provocó el suicidio del expresidente Salvador Allende, además de la pérdida de un logro democrático.

A través de entrevistas encabezadas por su abuela Tencha (la exprimera dama Hortensia Bussi de Allende) y familiares cercanos de varias generaciones, Marcia Tambutti (bióloga egresada de la Facultad de Ciencias de la UNAM), logra un testimonio íntimo marcado por el exilio y la pérdida donde el expresidente pasa del político inclaudicable al abuelo cariñoso y al afiche electoral.

Al finalizar la proyección, Tambutti Allende respondió preguntas de los asistentes y resaltó el papel de la memoria. “La idea de hacer un documental y compartirlo con otros es porque mi abuelo era el abuelo de todos, estaba en la casa de todos, y su imagen en México en la Casa de Chile nos cobijaba”.

Puntualizó que el silencio (contra el que luchó en esta obra fílmica) provoca autocensura, y esta ocasiona pérdida de identidad. “Es algo que las nuevas generaciones buscan romper y yo empujé los límites de mi familia”.

Celebró mostrar a Salvador Allende como lo que era, un político en toda su extensión, pero también una persona de carne y hueso que demostró que las utopías son posibles, cuando se basan en la lucha democrática.

En el documental queda de manifiesto que el proceso tras el golpe de Estado -perpetrado el 11 de septiembre de 1973- causó la muerte del expresidente Salvador Allende y la llaga difícil de cerrar para sus familiares; varios de ellos optaron por el silencio para sobrevivir ante un proceso que propició una de las fases más oscuras y dolorosas para Chile y América Latina: la dictadura de Augusto Pinochet.

En el presídium estuvieron políticos chilenos como la senadora Isabel Allende Bussi (hija del expresidente y madre de la documentalista); el senador y excanciller José Miguel Insulza Salinas; y el exembajador de Chile en México, Luis Maira Aguirre.

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