Ciudad de México, mayo 7, 2024 04:08
Revista Digital Mayo 2021

Mamás en pandemia / Ser una madre resiliente

La parte más difícil ha sido tratar de explicar a mis hijos algo que ni yo tengo claro: prohibirles visitar, abrazar y besar a sus abuelos, a sus tíos, hacerles entender que de un día para otro todo se suspendió.

POR CECILIA FLORES

Nuestros hijos, que llegaron a este mundo con más “facilidades”, con una tecnología avanzada donde un solo clic se traduce en inmediatez, tienen muy poca tolerancia a la frustración, algo que mi generación no conoció. A estos chicos el tener que hacer una pausa forzosa en todo lo que les rodea les ha producido un shock; pero también un aprendizaje enorme. 

Esta pandemia nos ha hecho encarar un sin número de experiencias jamás imaginadas. Las más “sencillas” quizás fueron en un principio el enfrentarnos al aislamiento del mundo, adaptar espacios y tecnología en casa para todos poder trabajar y estudiar de manera simultánea y de pronto convivir 24 horas en un solo espacio, desinfectando y limpiando, enterarnos de todo lo relacionado con el virus desconocido, cansarnos de ver cifras y porcentajes…

Pero la parte más difícil como mamá ha sido tratar de explicar a mis hijos algo que ni yo tengo claro, prohibirles visitar, abrazar y besar a sus abuelos, a sus tíos, hacerles entender que de un día para otro todo se suspendió: La escuela, el club los cines las fiestas el departir y jugar con los amigos; simplemente el poder salir a la calle. 

En un principio la pregunta más difícil a responder era “mamá, ¿cuándo va a terminar todo esto?” Pero con el paso del tiempo las preguntas se volvieron más complejas: “Mamá, se murió el papá de mi amiga, el abuelito de mi amigo, el vecino que era tan amable, ¿también nosotros vamos a morir?” Y qué podía responder si ni yo misma sabía la respuesta…

En octubre, a pesar de cuidarnos tanto todos en la familia nos contagiamos, excepto mi hija de 12 años, quien pasó su cumpleaños confinada y triste en su habitación con la incertidumbre de qué pasaría con sus hermanos y con nosotros, si por todos lados lo único que se escuchaba era Covid y muerte. Duro, muy duro…

Pero al final del día creo que a pesar de todo lo que hemos vivido (algunos con dolores más fuertes que otros sin duda) creo que esta pandemia vino a desacelerar el mundo, a obligarnos a hacer una pausa para valorar lo que realmente importa… la familia, la salud, el amor, la unión el que nosotros y nuestros hijos reconozcamos lo vulnerables que somos, así como procurar disfrutar cada minuto, aprender a respetar a la naturaleza y darnos cuenta de que al final del día no necesitábamos tanto.

Creo que el reto de una mamá en estos tiempos es justamente permear en nuestros hijos todo lo que esta pandemia nos ha enseñado como seres humanos, hasta lo más cotidiano o aparentemente insignificante, volver a pensar en los demás, en la unión, y en el apoyo a personas necesitadas. 

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