Ciudad de México, mayo 1, 2024 04:29

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LETICIA CALDERÓN CHELIUS

Ni cómo ayudarles o dígame usted si no. El Partido Acción Nacional cayó a un lejanísimo lugar en las preferencias electorales después de haber sido el partido de la alternancia del 2000, el partido del “haiga sido como haiga sido” del 2006 y el “amiguis” favorito del partido que ganó en el 2012, el PRI. Para la elección del 2018 decidieron aliarse con el PRD que estaba en sus peores momentos, así que la estrategia que no parecía muy inteligente, resultó absurda a decir de los resultados para ambos partidos.

Y aunque el PAN obtuvo poco más del 20% de los votos a nivel nacional, hay que decir que frente al 16% del PRI, son la oposición que esta llamada a ser el contrapeso del poder aplastante que logró el Movimiento ganador, Morena. El problema es que la cara del PAN se debe ver a través de quienes ganaron elecciones aún en medio del debacle, con los nombres de los que son ahora quienes los representan y quienes hablarán a nombre de ese partido.

A nivel federal la cosa esta que arde porque, ni como explicar que uno de los nombres destacados como Senadores sea Miguel Ángel Mancera que fue postulado por el mismísimo PAN en su preciada lista de plurinominales, que garantiza que entran por que entran.  En su momento lo propusieron como candidato de Chiapas, el  hasta hace poco jefe de gobierno de la Ciudad de México, lo cual ya en si mismo carece de toda lógica. Pero el sin sentido no acaba ahí. Resulta que el bendito señor, sin filiación partidista como le gusta presumir, decidió ser el líder de la bancada del PRD que lo recibió con los brazos abiertos con un gesto del naufrago que es rescatado en medio de la tormenta. En conclusión, Miguel Ángel Mancera, senador panista por Chiapas, coordinará al PRD en esa Cámara.

LOs Ángeles Azules. Foto: Galo Cañas / Cuartoscuro

 

Pero la cosa no acaba ahí, Xóchitl Gálvez, quien fuera Delegada panista en Miguel Hidalgo –donde por cierto perdió su partido-, resulta que es Senadora por el PRD pero jugará lealmente del lado del PAN. O sea, si alguien dudaba del pragmatismo de los políticos para buscar donde sea como “agarrar hueso” estos dos casos no tienen desperdicios y ejemplifican la pérdida de identidad partidista que tienen tanto el PAN y su aliado favorito, el PRD.

A nivel local, el PAN en la Ciudad de México perdió ganando, porque mientras a nivel nacional fueron aplastados, en la Ciudad de México mantuvieron la Delegación Benito Juárez con su formula tradicional que tanto gusta a los locales, mostrarse como la gente bonita del barrio versus lo popular del adversario. Sin embargo, aún el grupo compacto que ganó la Beni Juárez parecen contagiados por la pérdida de identidad que ese partido sufre hace ya un tiempo. Para muestra un botón. En un acto de populismo extremo y contrario al discurso hegemónico ganador que apela al sentido común de resolver la situación de quienes más han sufrido, lo que implica priorizar asuntos como atender a los damnificados del sismo del año pasado, los panistas locales prefieren “tirar la casa por la ventana” y hacer un fiestón patrio (el 16 de septiembre), en que no quede duda de que cuando la casa gana , el dinero abunda.

Para ese festejo se invitó para amenizar al grupo muy querido por su origen “de Iztapalapa para el mundo”, Los ángeles azules.  Nada de malo hay de eso, salvo el momento político por el que atraviesa el PAN que supondría cierto recato y mesura porque los ánimos están francamente de capa caída. Pero ahí esta el detalle. Si bien dentro del mismo PAN, algunos perdieron, otros, ganaron a rabiar como ocurre con el líder del grupo que ha mantenido el poder en la Delegación Benito Juárez, Jorge Romero, quien esta compitiendo, ni más ni menos, contra el otrora gobernador de Guanajuato, Juan Carlos Romero Hicks, para presidir a su partido en la Cámara de Diputados. Esas son palabras mayores, un brinco espectacular de ser diputado local a llegar a ser jefe de jefes entre Diputados.

Es este escenario la cara del PAN actual tiene dos expresiones: la que se pelea su sobrevivencia pues no sabe por qué perdió en la grande y otra, la local, que en el caso de la Delegación Beni Juárez pasa por días gloria, de vitorear a la banda y bailar sabrocito a ritmo de cumbia y hasta que el cuerpo aguante.

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