Ciudad de México, abril 25, 2024 11:08
María Elena Mesta Fernández Ciudad de México Opinión

Ni un paso atrás a los derechos de participación ciudadana

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.

POR MARÍA ELENA MESTA FERNÁNDEZ

En el mes de febrero del presente año se anunciaron en el Congreso de la CDMX avances para la elaboración de la Ley de Participación Ciudadana[1] por parte del diputado José de Jesus Martín Padilla del Campo Castañeda, en su calidad de Presidente de la Mesa Directiva de la Comisión de Participación Ciudadana del Congreso de la CDMX[2]. Juzgue el lector si nuestros legisladores realmente avanzan en el sentido que los ciudadanos lo hemos venido demandando.

Las discusiones en el Congreso a la fecha argumentan las deficiencias y desaciertos de estos órganos de participación, sin realmente analizar cuáles son las causas de origen de dichas ineficiencias. Se dice que para fortalecer la democracia directa se deben hacer modificaciones a la estructura de los Comités Ciudadanos reduciendo el número de sus integrantes; se propone apoyar la participación de las organizaciones civiles; reformar el papel de los Consejos Ciudadanos de las alcaldías y hacer modificaciones a la regulación del presupuesto participativo.

Para justificar sus propuestas el Congreso organizó la “Ruta de las Alcaldías” la cual consiste en realizar recorridos en varias alcaldías para recoger la opinión de vecinos y fortalecer la propuesta de ley. A la fecha se han hecho consultas en las alcaldías de Miguel Hidalgo, Tlalpan, Xochimilco, Azcapotzalco, Iztapalapa y Cuauhtémoc. Toca el próximo sábado 16 de marzo que la “Ruta de las Alcaldías” pasé por la demarcación de Benito Juárez.

Foto: Cuartoscuro

De forma reciente la Diputada Donaji Ofelia Olivera Reyes, en lo que interesa a la reforma que ocupa al congreso, propone adicionar un artículo transitorio de la Ley de Participación Ciudadana del D.F. a efecto de que el proceso de elección de los Comités Ciudadanos y consulta en materia de presupuesto participativo se realicen “hasta que el Congreso de la Ciudad de México establezca lo conducente en la Nueva Ley de Participación Ciudadana”

¿Qué hay de fondo en esta pretendida reforma? ¿Será en verdad que los diputados trabajan por una reforma para crear condiciones para que los habitantes de la ciudad de México tengamos derechos políticos plenos conforme a la nueva Constitución de la CDMX? ¿Será que en verdad conciben a la ciudad como un “espacio civilizatorio, ciudadano, laico y habitable para el ejercicio pleno de sus posibilidades, el disfrute equitativo de sus bienes y la búsqueda de la felicidad”, como invoca el propio constituyente y la diputada Donaji Olivera en su oficio No? CODOOR/IL/091/2019? ¿Será que en verdad la intención de los legisladores es, conforme lo señala la Constitución, generar condiciones para que la organización del poder de la ciudad de México se realice conforme a las figuras de democracia directa, representativa y participativa, con base en los principios de interés social, subsidiariedad, la proximidad gubernamental y el derecho a la buena administración? ¿Será que en verdad se busca la participación de los ciudadanos en los asuntos de gobierno como eje fundamental de toda Nación que se adscribe al ámbito de un Estado democrático de derecho? O, tal vez será, como lo señala la propia Diputada Donaji Ofelia Olivera Reyes después de su trascendente y relevante exposición de motivos, que lo que se busca es flexibilizar y hacer más eficiente la ley para los motivos que pretenden los partidos políticos.

Desafortunadamente parece que el fortalecimiento de la participación ciudadana en la CDMX no es el eje que mueve la carreta de la “Ruta de la Alcaldía” y a los hechos me remito: No hay a la fecha una iniciativa de ley que refleje los intereses ciudadanos como nosotros los concebimos y requerimos para ejercer plenamente nuestros derechos a un ambiente adecuado para nuestro bienestar presente y desarrollo de nuestras generaciones por venir. Tal vez olvidan los diputados lo que es ser vecinos y luchar por el terruño y la casa de uno, nuestro espacio vital y no tener los instrumentos y mecanismos necesarios para participar de manera efectiva en las decisiones que nos afectan y en consecuencia son de nuestro interés.

En efecto en el desarrollo de la Constitución de la CDMX los ciudadanos, en forma organizada o individual, luchamos por una transición política en la que pudiéramos gozar de derechos políticos plenos y es por ello que hoy es nuestro derecho exigir al Congreso que las iniciativas de ley que generen realmente tengan como una de sus máximas prioridades el fortalecimiento de los derechos ciudadanos. Los ciudadanos esperamos con ansias reformas en las que el gobierno de la CDMX realmente “eche a volar” un gobierno local  de alcaldías según el cual uno esperaría que, bajo esta nueva forma de gobierno, “las Alcaldesas, Alcaldes, Concejales y demás integrantes de la administración pública de las Alcaldías se sujetarán a los principios de buena administración, buen gobierno y gobierno abierto con plena accesibilidad, basado en la honestidad, transparencia, rendición de cuentas, integridad pública, sustentabilidad, atención y participación ciudadana.

Esperaríamos que el Congreso legisle en favor de “instrumentos de gobierno abierto y electrónico, innovación social, mecanismos de gobernanza y modernización, en los términos que señalan la Constitución Local y las demás leyes aplicables”. Para que al fin los ciudadanos realmente pudiéramos aspirar a que las finalidades de las alcaldías se hicieran realidad, en particular las promesas de que éstas promuevan una relación de proximidad y cercanía del Gobierno con la población; faciliten la participación ciudadana en el proceso de toma de decisiones y en el control de los asuntos públicos; propicien la democracia directa y consoliden la cultura democrática participativa,  e implementen medidas para que progresivamente se promueva un desarrollo sustentable en estas demarcaciones territoriales[3].

Considerando la ruta que se ha seguido hasta ahora, una ruta para recolectar opiniones “sin ton ni son”, “pateando el avispero” y provocando que salgan a relucir todos los intereses y posiciones de aquellos que, viendo la oportunidad, pretenden sacar ventaja para movilizar a los ciudadanos en el territorio para uno y otro bando, uno hacia las alcaldías o partidos, otro hacia la jefa de gobierno, es difícil que los ciudadanos veamos realizados nuestros derechos.

Nos preguntamos ¿Qué se puede esperar de este proceso cuando en el mismo ni siquiera se ha hecho mención y mucho menos se han considerado ejercicios diagnósticos serios que tiempo y esfuerzo han costado al país, como son los generados en la Estrategia Nacional de Cultura Cívica 2017-2023 (ENCCIVICA)[4] y el Informe sobre Cultura Cívica en la Cdmx?

No necesita mucha ciencia ciudadana para saber que es lo que los ciudadanos necesitamos para poder participar de forma informada y organizada en la toma de decisiones de la ciudad y de las alcaldías. Los diagnósticos generados a partir de los foros de diálogo y consulta coordinados por el INE y el IECDMX en 2017, asi como el análisis de varias universidades y expertos en el país, dan cuenta de los principales obstáculos que impiden el funcionamiento efectivo de los comités y consejos ciudadanos, asi como cuáles son los aspectos que requieren ser atendidos para promover una cultura cívica. Entre otros aspectos es menester destacar que se requiere una política basada en 3 ejes: Verdad, diálogo y exigencia. [5]

Si los diputados están tan interesados y preocupados por fortalecer la participación ciudadana, tal vez el mejor ejercicio para recoger información valiosa para la reforma de la Ley de Participación Ciudadana no sea un paseo por la alcaldía como quien viene a darse un “baño de pueblo” un fin de semana para “hacer como hacen una consulta”. Ojalá y nuestros diputados realmente tomen en serio nuestros derechos, los derechos humanos a los que todas las personas en esta ciudad aspiramos.

Los ciudadanos queremos ser escuchados realmente en ejercicios serios de participación ciudadana. Si en verdad este gobierno aspira a liderear la cuarta transformación, tal vez lo que mejor conviene es no mover ningún ladrillo hasta no tener un buen diagnóstico y hacer un ejercicio serio de evaluación de cuál es la verdadera causa de la debilidad institucional de los instrumentos, mecanismos y espacios de participación ciudadana en la CDMX, para de ahí partir a su verdadero fortalecimiento. Por la progresividad de los derechos humanos: ¡Ni un paso atrás a los derechos de participación ciudadana!

[1] Ley publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el 17 de mayo de 2004.

[2] https://congresociudaddemexico.gob.mx/participacion-ciudadana-725-1.html

[3] Ley Orgánica de Alcaldías

[4] https://portalanterior.ine.mx/archivos2/portal/DECEYEC/EducacionCivica/estrategiaNacional/

 

[5] Ejes de las líneas de acción de la Estrategia Nacional de Cultura Cívica 2017-2023.

 

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