Ciudad de México, mayo 7, 2024 22:58
Opinión Víctor Manuel Juárez Cruz

ROLANDO ANDO / Potabilizar el agua de las presas

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Para muchos estudiosos la lluvia reunida en las presas de Álvaro Obregón y Miguel Hidalgo podría ser saneada, a través de tecnología, y ofrecer así 500 litros por segundo de agua potabilizada.

POR VÍCTOR MANUEL JUÁREZ

El tema del agua es inagotable. En pleno siglo XXI no hemos aprendido el cómo controlarla, manejarla, almacenarla y distribuirla. Los huracanes con sus cargas torrenciales inundan, destruyen y dejan severos daños a su paso en enormes extensiones de tierra. Katrina mostró su poder destructivo al inundar a la emblemática ciudad del jazz, Nuevo Orleans.

Su escasez también es motivo de preocupación como lo atestiguamos en Nuevo León, que vivió largos meses de estiaje y donde hoy se asegura que las obras por venir, Cuchillo II, garantizaran el suministro de este líquido vital 50 años más. Samuel García, el joven gobernador está de fiesta.

Mientras seguiremos explorando planetas vecinos en busca de agua, como es el caso de Marte, el planeta rojo que tiene asomos de H2O, pero en tanto eso pueda ser posible, –el descubrirla, analizarla y luego importarla– debemos ver por los terrícolas de a pie y analizar la manera de seguir suministrando agua a las grandes urbes planetarias.

Potabilizar el agua de mar es una, la otra potabilizar el agua acumulada en presas. México cuenta con poco más de seis mil presas, 210 las de mayor tamaño y capacidad. O sea que podría significar que tenemos agua en abundancia, el pero es que muchas de sus aguas están contaminadas por las acciones del hombre. Otro problema es que el agua potable se va por las alcantarillas al presentarse fugas que no se frenan a tiempo.

Para muchos estudiosos la lluvia reunida en las presas de Álvaro Obregón y Miguel Hidalgo podría ser saneada, a través de tecnología, y ofrecer así 500 litros por segundo de agua potabilizada. Esto a través del aprovechamiento de los vasos reguladores a pesar de la basura acumulada. La ciencia y la tecnología han avanzado al respecto, como lo explica Ana Elisa Silva, investigadora de la Facultad de Ingeniería de la UNAM:

“Queremos aprovechar que ya hay un punto físico en donde se reúne el agua de lluvia, que cae en estos ríos, en estas cañadas, para poner aquí plantas potabilizadoras. Nuestra propuesta es construir plantas potabilizadoras que funcionen en la temporada de lluvias”,

De esta manera se confía en que de mayo a octubre se podrían aprovecharse hasta 500 litros por segundo, con módulos de potabilización de diferentes tamaños distribuidos en las presas.

La especialista universitaria considera que más allá de la potabilización convencional, se requiere un tren de tratamiento que integre ozonizar, aplicar carbón activado y desinfectar con cloro.

No quiero imaginar qué arrojaríamos a nuestros ríos capitalinos si estos estuvieran abiertos y no entubados. Lo que se ha logrado hallar en aquellos que circundan la ciudad, como es el bordo de Xochiaca es aterrador por la cantidad de cuerpos, no sólo de animales, sino de humanos.

Por su parte Silva Oscar Monroy, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana observa que hasta ahora, “las presas sólo tienen la función de retener la lluvia, con tal de evitar que saturen la red de drenaje y causen inundaciones, expuso Silva Óscar Monroy, quien plantea que la propuesta cambia el esquema por el que el agua de los 25 ríos de la Ciudad, ahora entubados, va al drenaje.

Y da un buen ejemplo del porqué de su propuesta: “en el lago Tláhuac-Xico ya comenzó a trabajarse un programa de obras para colectar el agua de lluvia, sanearla, potabilizar una parte y depurar otra para destinos agrícolas.

Concluye en que, si logramos hacer eso, “podemos reducir la extracción y la cantidad que traemos de los ríos externos, basándonos nada más en el reciclado del agua y en captar más lluvia. Pero de ir acompañado con reducir las pérdidas en la red, porque ahí se nos va el equivalente a lo que llega por el Sistema Cutzamala”, puntualizó el investigador.

Quien hace la observación permite y el obstáculo a superar, la descontaminación, pues actualmente, esas presas están contaminadas por desechos que arrojan vecinos. Es decir, aparece la presencia del humano y el mal uso de los recursos naturales. No sólo los agotamos, también los ensuciamos. En el caso de ríos, lagos, lagunas y demás cuerpos de agua dulce, que al secarse, se han encontrado toda clase de objetos desde desechos de ropa, basura, hasta autos, refrigeradores, estufas, etcétera.

No quiero imaginar qué arrojaríamos a nuestros ríos capitalinos si estos estuvieran abiertos y no entubados. Lo que se ha logrado hallar en aquellos que circundan la ciudad, como es el bordo de Xochiaca es aterrador por la cantidad de cuerpos, no sólo de animales, sino de humanos.

Eso demuestra nuestra calidad como seres y preservadores de la vida y el medio ambiente. Ríos, presas y lagunas para ocultar nuestros crímenes y desaparecer a los contrarios, y no para que sean fuentes de vida. Así vamos en nuestro paso por la Tierra.

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