Ciudad de México, mayo 5, 2024 18:29
Nancy Castro Opinión

Sujeto a espacio

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“El aeropuerto de Barajas, en Madrid, se ha vuelto el refugio de mexicanos que pelean a diestra y siniestra todos los días por tener un asiento que los lleve de regreso a casa…”

POR NANCY CASTRO.

MADRID. Miles de turistas regresan diariamente a sus lugares de origen desde el aeropuerto de esta capital española. A tres años de la pandemia, atrás quedó la suspensión de protocolos sanitarios y medidas de prevención de propagación de la Covid-19 y las limitaciones para viajar. En una suerte de constatación de la vida, la gente sale desaforada a viajar, a conocer otras partes del mundo o regresa a esos “sitios donde amó la vida”.

Sentada en el suelo de baldosas del aeropuerto, extiendo las piernas para descansar las rodillas, aunque lleve un alto millaje en padmasana, tarde o temprano las corvas necesitan compensación.

Hay una discordancia entre el sonido de los ruedines de las maletas enormemente pesadas y la velocidad de los pasos de la gente, a varios metros de distancia se nota el cansancio y las ristra de malas decisiones: desde las maletas incomodas con las que los turistas salieron de sus países a tomar sus vacaciones veraniegas por Europa,  llevando todos los cambios de ropa posible para la galería de fotos que darán fe a su estadía en 10 países por 20 días aunque haya sido por un día en cada país, pasando por el préstamo del banco a 48 mensualidades, hasta comprar en un arranque de euforia decenas de souvenirs, ni  en sus días de vacaciones dejan de pensar en toda la gente cercana entre familiares y compañeros de trabajo incluyendo el jefe; quedar bien con todos lleva su tiempo y un desgaste energético.

La lista crece cada día y ya hay aproximadamente 100 personas en total esperando…”

Ha llegado el momento de regresar a sus países, corren a las puertas de embarque con el cansancio a cuestas ­–para el cual necesitaran por los menos tres días de descanso­– por si fuera poco, han llegado tarde al aeropuerto. Corren mientras escuchan sus nombres a través del altavoz.

Están los otros veraneantes los que se han lanzado a la aventura viajando con “boletos sujeto a espacio” también llamados “sublo”, prestaciones a los empleados de Aeroméxico y a sabiendas que este tipo de boletos es preferible no utilizarlos en temporada alta, en su mayoría jóvenes y familias se ponen en el riesgo fehaciente de no encontrar asiento al momento de regresar, y ya sin recursos económicos, algunos optan por pernoctar en el aeropuerto.

Barajas en Madrid, se ha vuelto el refugio de mexicanos que pelean a diestra y siniestra todos los días por tener un asiento que los lleve de regreso a casa. Mientras tanto, la dinámica perversa por parte de la aerolínea al hacer el checkin a la hora en punto, aunque lo hagas, siempre acomodará a sus beneficiarios elite por delante o los que han pagado a última hora un boleto de hasta cuatro mil euros, (unos 80 mil pesos), ellos y los beneficiarios elite desmarcarán a los integrantes de la llamada “lista de espera” integrada por usuarios sujeto a espacio, hasta en estos detalles se puede vislumbrar las jerarquías y distinciones. En eso, como sociedad, nos llevamos la presea a la desigualdad y elitismo, con estas características sobresale el que mayor poder adquisitivo tiene y que muy ingenuamente a última hora piensa que podría comprar un boleto al precio que sea. “Papi, no sé qué hacer. Tengo que comprar el boleto sí o sí. Pero ya no hay” Se escucha a la chica decirle al padre y por la cara que pone seguramente del otro lado de la línea, el padre la regaña.

“Así nunca vamos a poder abordar”, dice Montse, una chica que lleva cinco intentos por salir.  “Nunca me había arrepentido de viajar con este tipo de boletos, pero ahora te juro que ya no puedo más”, dice Axel un antiguo trabajador de la aerolínea que lleva cuatro días durmiendo debajo de una de las escaleras eléctricas de la terminal 1. 

“Se me hizo fácil, ahora sí que lo barato sale caro”, dice Karla llevándose las manos a la cara en un rictus de desesperación. “Mi familia dice que disfrute, es que ellos no se imaginan lo que estar aquí con la incertidumbre”, dice Diego, mientras se acomoda el pelo detrás de la oreja, habla de los días que ha perdido en la universidad.  “Si hoy salgo por la noche, podré llegar a mis quimioterapias”, dice la mayor del grupo, una mujer fuerte, enjundiosa, de unos 60 años de edad, que acompañada de su hijo han tenido que pasar la noche mal durmiendo en ese lugar debajo de las escaleras del que los guardias de seguridad ya hasta hacen caso omiso. 

Aeroméxico ha hecho su agosto en sobreventa: por cada vuelo, aproximadamente venden de 15 a 20 boletos más. Tomando en cuenta que diariamente salen dos vuelos a Ciudad de México, uno a Guadalajara y otro a Monterrey con capacidad cada uno de 274 asientos.

Aunque en repetidas ocasiones te expliquen que la sobreventa “overbooking” es legal. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) especifica que las aerolíneas pueden vender hasta un 10 por ciento  más de la capacidad de la aeronave.

¿Bajo qué criterios hacen este tipo de prácticas y cuál es el porcentaje real de sobreventa realizado por Aeroméxico?

En agosto de 2016 los titulares de los periódicos nacionales e internacionales anunciaban que 200 personas mexicanas se habían quedado varadas con boletos sujeto a espacio en el aeropuerto de Madrid, en ese momento una de las personas en lista de espera abogada de profesión, le hizo llegar una carta al cónsul en ese momento Bernardo Córdova Tello, gracias a su intervención pudieron generar vacantes y poco a poco deshicieron el nudo gordiano.

El episodio de los turistas varados en el aeropuerto de Madrid se repite cada año debido a la alta demanda de estos boletos sujeto a espacio comprados a un precio muy inferior al del mercado o regalados por los empleados de la aerolínea, una prestación incluida en los contratos colectivos de trabajo de la empresa cuya utilización está condicionada a que haya espacio en el avión.

Aunque las condiciones económicas limiten en muchos casos a viajar. Existe un porcentaje considerable de la población joven que su modus vivendi es trasladarse, viajar por ocio o por cuestiones laborales. Sin embargo se preveía que en el verano de 2023, saldrían de vacaciones 49 por ciento de los mexicanos, lo que representa una disminución de ocho puntos porcentuales respecto al índice registrado en 2019.

Este dato fue dado a conocer por Planning Quant en su estudio del mexicano en vacaciones de verano 2023. Señalan que aun cuando la cifra creció de 3 de 10 mexicanos que viajaron en 2020 debido a la pandemia, el porcentaje llegó a 5.7 en 2022.

Esto es comprensible si se toma en cuenta que Estados Unidos, México y Singapur fueron los países que menos días de vacaciones tuvieron y se tomaron en 2022.

En el mundo, los niveles de falta de vacaciones han superado las tasas de la época de la pandemia y son los más altos de los últimos 10 años.

Con 77 por ciento, los mexicanos son los más urgidos de vacaciones, seguidos de los franceses, los alemanes y los australianos.

Grupo Aeroméxico reportó sus estadísticas en lo que va del año y en el mercado internacional los pasajeros transportados aumentaron un 17.5 por ciento en comparación del 2022.

Mientras tanto, los días transcurren en el aeropuerto Barajas de la ciudad de Madrid, la afluencia de gente viajando por Aeroméxico no cesa, y las bajas probabilidades de viajar sujeto a espacio desalientan al grupo de la lista de espera.

Diego, ha quedado en los primeros lugares para salir el 3 de agosto en el vuelo de las 11:05 am. Le han dado pase de abordar, todos aplauden, sonríen, festejan. Los empleados de la aerolínea le advierten que estando ahí puede no subir al avión. Pues sigue habiendo sobreventa. A las 11:00 am escribe un mensaje por Whatsapp para decir que nadie abordó, que han dado preferencia a decenas de sirios que viajan como refugiados a México.

Se respira desolación y una angustia mordaz. “Primero overbooking, ahora los sirios, ¿nosotros cuándo? Estos son los juegos del hambre” dice Montse.

La lista crece cada día y ya hay aproximadamente 100 personas en total esperando. Al hacer el checkin, al menos que tengas súper computadora que no tarde en pasar de una ventana a otra, podrás ser el número 1 y quizá haya un asiento, si se tarda un minuto en registrar pasarás a ser el número 10 o 20. La mujer del mostrador indica que esto apenas empieza, y no habrá lugar durante todo el mes de agosto; algunas personas que necesitan llegar por compromisos laborales o escolares terminarán comprando un boleto normal con otra aerolínea, que al hacer varias escalas tardarán en llegar hasta 24 horas después.

En temporada alta extreme precauciones y no viaje con este tipo de boletos, porque ya sabe, lo barato sale caro.

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