Ciudad de México, noviembre 22, 2024 00:04
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EN AMORES CON LA MORENA / El show de Romero

Uno entra ahí como a una burbuja en donde cualquiera pide un deseo y sale creyendo que se le cumple. Si se tratara de la puesta de un musical, habría utilería en colores pastel con el mismo emblema de “soluciones” y una gran marquesina que pondría en letras garigoleadas: “Bienvenidos, hermanos”. Todo es como de cuento. Hasta el discurso del jefe delegacional panista Jorge Romero Herrera, que acude supuestamente a su obligación trimestral de rendir un informe ante los Comités Ciudadanos y termina por hacer una ceremonia al estilo de los caciques de la película La Ley de Herodes (aquella que tanto festinaron los panistas “del cambio” en un momento de degradación del modelo priísta): Simulación, autopromoción, demagogia… En la comedia, el jefe delegacional nunca aclara a los líderes vecinales que la cena que sirve no es cortesía de él, sino de los contribuyentes, y se deja apapachar cuando se la agradecen. Si surgen las quejas de algunos “rijosos”, “rebeldes”, no hay espacio para la autocrítica: los funcionarios que gozan de sueldazos tendrán su justificación en las altas cargas de trabajo.

La sátira que actúa sobre sí mismo podría producir carcajadas y diversión si no estuviera llena de lugares comunes ni sobre actuado el personaje, mal actuado pues. Y acaba decepcionando al espectador porque afuera hay un drama que no se puede ocultar: El territorio juarense sería el más gobernable y se habría por tanto podido convertir en un verdadero modelo en la ciudad de México. No tiene grandes problemas de origen, su población es la más homogénea tanto en nivel socio económico como educativo, está completamente urbanizada y hace décadas cuenta con todos los servicios, sin ser por cierto mérito de los gobiernos panistas. Un puñado de oportunistas, que es lo que pasó, ingresó al PAN en el momento del ascenso al poder y se aprovechó además de la animadversión que había en esta zona a la izquierda, tal vez razones más culturales que ideológicas, por tratarse de un sector de clase media tradicional católica. El caso es que ni siquiera se hicieron del poder para demostrar que eran mejores que lo que había. El punto de deterioro de la calidad de vida de los habitantes de la demarcación ha llegado a su máximo durante este gobierno de Romero.

Lo digo como vecino y como periodista. Es verificable la incapacidad para combatir el crecimiento del ambulantaje, las obras ilegales y la inseguridad (y que no digan que esto último no les corresponde, que no somos tarados y que sabemos que es su obligación emprender acciones de prevención del delito y tener bien iluminadas las calles y los parques). La mala calidad de los servicios es elocuente. El propio delegado no se dio cuenta siquiera de que durante este “informe” ante los coordinadores de Comités Ciudadanos, el lunes 3 en uno de los salones del WTC, hizo una confesión que crispa: El número de quejas ha aumentado de mil a tres mil a la semana; por eso, se atreve a decir, no es posible atender todas como ellos quisieran.

Pero en el Show de Romero todo es posible. Es ¿cómo les digo? ¡Mágico! Usa el dedo índice para dar “instrucciones” –así lo dice con voz engolada como si fuera un alto jerarca político— a los funcionarios de su gabinete local para que quiten un puesto de los siete mil que hay en las calles. “Mañana mismo”, lanza muy presumido y seguro. En una semana, máximo en dos, en la burbuja de Jorge Romero y quienes asistimos a su show se hace posible “el mejor lugar para vivir”. Bueno, con excepción de las dos centenas de puestos de informales afuera del Mercado de Portales, porque ahí, dice, si entra la policía se pondría violenta la cosa. Así que no puede, de plano. En el centro de la escenificación está el engaño monumental: No esperen, dice a los líderes vecinales, que me postule para algún cargo en Benito Juárez, dice con un tono forzadamente humilde. Claro que no: Pues si lo que busca es un regalo de su partido para que lo haga diputado por la vía plurinominal, es decir sin necesidad de pasar por el aval de los juarenses.

En fin, sólo detalles. Siéntase usted, vecino, en el mejor lugar para vivir: una de las zonas con mayor seguridad en el Distrito Federal, donde el comercio informal, las ratas y las cucarachas están solamente en la imaginación; con parques al estilo de Nueva York (incluidas las modernas ciclopistas), un estricto apego a la ley en materia de uso de suelo, mercados limpios, banquetas seguras, planas y bellas y calles sin baches. No me haga caso, vecino. Si nomás ando viendo como criticar…

CUBILETE

Dicen que la vida del director general Jurídico y de Gobierno de la DBJ transcurre en una encrucijada. Y es que una vez confirmada la intención de Jorge Romero de hacerse de un fuero como diputado para blindarse de cualquier persecución judicial, Luis Vizcaíno Carmona se frota las manos porque él es quien por ley se quedaría al cargo de la oficina delegacional. Pero al funcionario también se le ha visto muy inquieto con las pesquisas que se trae entre manos la Contraloría General del DF.

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