Ciudad de México, noviembre 22, 2024 00:16
Sociedad

Es Sábado Santo día de silencio y reflexión, según liturgia actual

Es el día en que “la Iglesia contempla el reposo de Cristo en la tumba tras el victorioso combate de la Cruz”.

Para muchos capitalinos, sigue siendo “Sábado de Gloria”, que incluye baños callejeros, jolgorio  y quema de Judas. Advierten que habrá multas hasta de 311 mil pesos a quien desperdicie agua en las calles.

STAFF/LIBRE EN EL SUR

Aunque para algunos el sábado de la Semana Santa sigue siendo el antiguo “Sábado de Gloria”, que incluye los baños callejeros a transeúntes y automovilistas, la actual liturgia católica  le da a esta fecha un significado especial y muy importante.

A diferencia de otros días, el Sábado es de silencio y reflexión y durante él la Iglesia Católica lleva a cabo ceremonias de honda significación.

En contraste, las autoridades capitalinas advierten que habrá multas de hasta 311 mil pesos y arrestos por 36 horas son algunas de las penas a las que se pueden enfrentar las personas que desperdicien el agua durante las celebraciones de Sábado de Gloria.

De acuerdo con el Sistema de Aguas de la Ciudad de México, las penas varían dependiendo si los infractores desperdician el agua en el servicio doméstico, mixto o en el uso comercial.

“La Ley del Derecho al Acceso, Disposición y Saneamiento del Agua en la Ciudad de México, artículo 110, fracción XIII, estima multas que van de los 100 a los 3000 UMAS, es decir, desde los 10 mil 374 a los 311 mil 220 pesos”, señaló la dependencia en un comunicado.

Durante este día, la Iglesia Católica no realiza eucaristías, no toca las campanas, el Sagrario se deja abierto y vacío, el altar está despojado y no se administra ningún sacramento excepto la Unción de los enfermos y la Confesión de los pecados.

En esta jornada se produce la vigilia de 40 horas que los seguidores de Jesucristo realizaron después de su muerte y sepultura el Viernes Santo y antes de que resucite en el Domingo de Resurrección.

Asimismo, el Sábado es una jornada de luto y de reflexión, donde también se celebra la Soledad de María, la madre de Jesús, después de llevar al sepulcro el cuerpo de su hijo, quedando en compañía del apóstol Juan.

El Sábado Santo es el día en que la Iglesia contempla el reposo de Cristo en la tumba tras el victorioso combate de la Cruz. En el Sábado Santo la Iglesia, una vez más, se identifica con María: toda su fe se recoge en Ella, la primera y perfecta discípula, la primera y perfecta creyente.

En la oscuridad que envuelve la creación, Ella permanece sola manteniendo encendida la llama de la fe, esperando contra toda esperanza (cfr Rm 4,18) en la Resurrección de Jesús.

Y en la gran Vigilia Pascual, en la que resuena nuevamente el Aleluya, celebramos a Cristo Resucitado, centro y fin del cosmos y de la historia; velamos llenos de esperanza en espera de su vuelta, cuando la Pascua tenga su plena manifestación.

A veces, la oscuridad de la noche parece penetrar en el alma; a veces pensamos: ya no hay nada que hacer, y el corazón ya no encuentra fuerzas para amar… Pero, precisamente en esa oscuridad, Cristo enciende el fuego del amor de Dios: un resplandor rompe la oscuridad y anuncia un nuevo inicio, algo comienza en la oscuridad más profunda. Sabemos que la noche es más noche, es más oscura poco antes de que comience el día. Pues, precisamente en esa oscuridad, es Cristo quien vence y enciende el fuego del amor.

Cuando cae la noche en el Sábado Santo se produce la Vigilia Pascual, que concluye con la Liturgia Eucarística y se acompaña a la Santísima Virgen María, que vela en soledad junto a la tumba de su amado Hijo.

Antes de la medianoche se debe haber llevado a cabo esta ceremonia, que se compone de varias partes:

Celebración del fuego: en este acto el sacerdote bendice el fuego y enciende el cirio pascual.

Liturgia de la palabra: se leen siete pasajes de la Biblia, desde la Creación hasta la Resurrección.

Liturgia bautismal: durante es este momento se bendice el agua, se bautiza a los nuevos cristianos y se renuevan los compromisos bautismales.

Liturgia de la Eucaristía: es la Eucaristía más especial. Los cristianos reciben la bendición.

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