Ciudad de México, octubre 11, 2024 21:22
Vestigios Revista Digital Marzo 2021

Añoranzas de la bella colonia Nápoles

Considerada la “hermana” de la colonia Del Valle porque compartió con ella su nacimiento en 1908, este desarrollo asentado sobre terrenos agrícolas y socavones dejados por las ladrilleras, adquirió notoriedad por las casonas de estilo Colonial Californiano, hoy prácticamente arrasado por la proliferación de modernos edificios.

FRANCISCO ORTIZ PINCHETTI

Cuando allá  por el año 1908 empezó la urbanización de las colonias Nápoles y Del Valle en terrenos agrícolas que pertenecieron a diversos ranchos y haciendas, la ciudad de México apenas se había atrevido a saltar el Río de la Piedad para abrir su crecimiento hacia el Sur. En aquellas grandes extensiones despobladas había ya comunidades con fuerte arraigo e historia, como los pueblos de Mixcoac y San Juan,  en cuyas inmediaciones habían surgido las grandes mansiones campestres de los personajes del Porfiriato.

Nevería emblemática.

En esa zona también habían proliferado en la segunda mitad del siglo XIX las fábricas de ladrillos, cuyos hornos surtían de tabiques a la creciente industria de la construcción. Entre esas fábricas destacaba la Ladrillera Nochebuena,  que se surtía de materia prima –tierra—mediante la excavación de terrenos a cielo abierto. Cuando esa factoría cerró sus puertas en 1893, su actividad había causado  ya grandes socavones, uno de los cuales se sembraría con numerosos árboles para crear el llamado Bosque de la Nochebuena, que hoy no es otro que nuestro emblemático parque “Luis G. Urbina”, conocido como Parque Hundido.

Otras excavaciones más profundas serían luego aprovechadas, ya en los años cuarentas,  en la construcción de la Plaza de Toros México y del todavía llamado Estado Azul de futbol, sede durante muchos años  del equipo Cruz Azul (1996-2018), y actualmente de los Potros de Hierro del Atlante, luego de que quedó pendiente su eventual demolición. Gran parte de esos dos inmuebles están construidas del nivel de calle para abajo.

Vista aérea de la Ciudad de los Deportes y la colonia Nápoles.

Vale recordar que hacia noviembre de 1908, empezó el surgimiento del fraccionamiento de la Colonia Del Valle en los terrenos de los antiguos ranchos de Santa Cruz, San Borja, Santa Rita, Tlacoquemécatl, Amores y del rancho de Nápoles, nombres que nos resultan familiares ya que algunas calles de esa colonia aún los conservan.  En forma prácticamente paralela, al otro lado de la Vía del Centenario –actual avenida Insurgentes Sur– se inició la urbanización de la colonia Nápoles, un desarrollo residencial y comercial que se ubica dentro del distrito Colonia Del Valle en la hoy alcaldía  Benito Juárez.

En esta colonia toma auge la construcción de grandes casonas levantadas en el estilo llamado Colonial Californiano. La gran extensión de esta colonia abarca parte de lo que antes se conocía como el Rancho de Amores y el Rancho de Nápoles, en conjunto con una porción de la ya mencionada zona ladrillera que se ubicada en las cercanías del poblado de Mixcoac.

La actual colonia se integra por dos secciones:  la llamada propiamente colonia Nápoles, levantada a comienzos del siglo XX,  y la Ampliación Nápoles,  iniciada a fines de la década de los cuarenta en la zona suroeste,  ambas divididas por la avenida Pennsylvania que corre de norte a sur. Por cierto, sus calles se caracterizaron desde un principio por llevar los nombres de las principales ciudades y estados de los Estados Unidos de América. Dakota, Filadelfia y  Pennsylvania son las calles que recorren y atraviesan la colonia de un extremo a otro.  Están también Nueva York, Kansas, Detroit, Nueva Jersey, Arizona, Oklahoma, Texas, Lousiana, Montana y muchas más.

Lentamente, pues se consideraba una zona “lejana” de la ciudad, el fraccionamiento se fue poblando de bellas construcciones  en torno a un gran parque central, el “Jardín Esparza Oteo”. Posteriormente se construiría el Parque de la Lama”,  que desapareció  en los años cincuentas para dar lugar a la construcción de un megaproyecto arquitectónico concebido por don Manuel Suárez: el Centro Turístico 2000, que incluía el Polyforum Cultural Siqueiros y el Hotel de México y que a la postre se convirtió en el  World Trade Center México (WTC).

El Polyforum Siqueiros y el WTW

La colonia Nápoles ha sido una de las más golpeadas por la “modernidad” en la alcaldía Benito Juárez. A lo largo de varias décadas, edificios de departamentos sustituyeron poco a poco a las hermosas casonas de estilo Colonial Californiano, lo que se aceleró irremediablemente a raíz del bomm inmobiliario registrado en las delegaciones centrales de la ciudad a partir del año 2000. Hoy vive agobiada  entre el tráfico intenso, la falta de estacionamientos y el ambulantaje. (La plaga de franeleros que durante mucho tiempo padeció ha sido mitigada con la instalación de parquímetros en sus calles). Y son ya contados los ejemplos de aquellas presuntuosas mansiones que dieron fama y categoría a esa entrañable colonia.

Ningún edificio más emblemático de la colonia Nápoles –y de toda la delegación Benito Juárez– que el conjunto urbanístico del Ward Trade Center, ubicado sobre la avenida Insurgentes Sur. Y como tesoro de ese portento arquitectónico, el inigualable Polyforum Cultural Siqueiros inaugurado en 1971, que actualmente se encuentra cerrado debido a la controvertida construcción de una torre en sus inmediaciones, a la que se han opuesto vecinos, artistas e intelectuales. Es un sitio muy conocido, tanto por su ubicación, como por su forma única y sus extensos murales que en conjunto suman más de ocho mil 200 metros cuadrados, realizados por el artista mexicano David Alfaro Siqueiros, en cuyo honor el empresario de origen español  Manuel Suarez y Suarez bautizó al recinto. Entre las instalaciones del Polyforum Siqueiros destaca el mural La Marcha de la Humanidad,  que cubre todas las paredes y el techo del Foro Universal, considerado el más grande del mundo.  

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