Ciudad de México, diciembre 7, 2024 20:40
Cultura

Yuri Pringles: Influencias artísticas de Goya ante la angustia, el dolor y la muerte del Covid

En medio de la quinta ola, el artista plástico de origen argentino presenta 6.3 Huellas de la pandemia, exposición pictórica en la Fundación Pascual.

La muestra constituye la oportunidad de repensarnos y repensar la vida, reconociendo la fragilidad de nuestra propia condición. Se inaugura el próximo 8 de julio.

STAFF / LIBRE EN EL SUR

Para Yuri Pringles (Buenos Aires, 1978), artista plástico avecindado en México, la pandemia de Covid-19 ha sido la ocasión de hurgar en lo más profundo de los actos y sentimientos humanos. A lo largo de casi dos años, el pintor enfrentó el reto del lienzo en blanco, en medio del desconcierto, mientras intentaba materializar sus ideas desde el personalísimo estilo que caracteriza su trabajo: una estética artística influenciada sin duda, por la obra de H. R. Giger, Zdzislaw Beksiński y Francisco de Goya.

Es así, como desde su propia impronta, Pringles comenzó a trabajar en un proyecto que buscaba documentar todo aquello que le provocaba la ola de sucesos que ocurrían a lo largo y ancho del mundo: muerte, angustia, cansancio, incertidumbre, desilusión, desesperación y, en ocasiones, las menos, esperanza. Ése es el origen de 6.3 Huellas de la pandemia, exposición pictórica que se inaugurará el próximo viernes 8 de julio a las 15:00 horas en la Galería Memorias de Utopía de la Fundación Pascual, justo en medio de la quinta ola de Covid-19. Por ello, el acceso será restringido a 15 personas, pero podrá seguirse en vivo de manera virtual a través del evento creado en la página de Facebook de la Fundación Pascual.

La cifra del título (6.3) alude a los millones de personas que, a la fecha y de manera oficial, han muerto en todo el orbe a causa del virus SARS-CoV2. Cada uno de los cuadros que conforma 6.3 Huellas de la pandemia constituye la oportunidad de repensarnos y repensar la vida, reconociendo la fragilidad de nuestra propia condición. Sobre la tela, el artista plasmó a los amantes que se despiden frente a la imposibilidad de seguir juntos; al hombre que agoniza después de que la ciencia ha hecho todos los esfuerzos para salvarle; a la joven que se retira la máscara sólo para descubrir que está muerta; y aquellos entes, cuyos rostros transfigurados enquistaron la mascarilla como última oportunidad de redención.  

A lo largo de su trayectoria, el pintor ha construido una propuesta visual que entremezcla personajes antropomorfos y oníricos, atmósferas sombrías, paisajes nostálgicos y escenarios post apocalípticos que abrevan del steam punk y la ciencia ficción, géneros literarios de los que es asiduo lector. Como al escritor Julio Verne, a Yuri Pringles le obsesionan las máquinas y su relación con los humanos: codependiente, esclavizante, simbiótica. El imaginario de su obra guarda una estrecha relación con las vicisitudes del hombre posmoderno en un siglo -como dijera Zygmunt Bauman- cuyo signo de los tiempos son lo fugaz y lo evanescente.  

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