Construyendo comunidad
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MARCO A. ROMERO SARABIA
Vientos de cambio se respiran por todo el país. Parecía que los aplastante números que obtuvo Morena en las pasadas elecciones serían cosa difícil de superar, pero las recientes encuestas de aprobación nos muestran que el apoyo al Presidente de la República y a sus políticas prioritarias no sólo se ha mantenido, sino que ha subido notablemente. La última medición, publicada por el Gabinete de Comunicación Estratégica, revela que la aprobación de López Obrador está rozando el 90%. Un fenómeno histórico en la vida pública de México.
Pero no todas las buenas noticias viene necesariamente del Palacio Nacional. Las y los habitantes de la Ciudad de México también somos privilegiados. Tras el anterior gobierno de Miguel Ángel Mancera, marcado por la violencia, el crecimiento del crimen y la corrupción, ha llegado gente honesta y capaz a transformar la capital del país y regresar a ser la “Ciudad de la Esperanza”.
Las primeras semanas de la administración encabezada por la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo han sorprendido a propios y extraños por la rapidez y eficiencia con la que se han tomado las riendas del gobierno. En tan sólo unos días, se ha demostrado que la forma de gobernar será radicalmente distinta. Esta vez será para y por el pueblo. De su mano se regenerará a una ciudad tan lastimada.
Como fiel muestra, el pasado lunes 28 de enero se inauguró en la Alcaldía Gustavo A. Madero el primero de 300 PILARES (Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes) que la Jefa de Gobierno prometió en campaña.
A estos centros, que estarán ubicados en todas las alcaldías de la Ciudad, podrán acudir jóvenes y personas mayores a, por ejemplo, aprender un oficio, ejercer y practicar un arte, o simplemente estudiar. La pregunta más importante: ¿cómo se va a lograr? ¿con qué herramientas contarán los vecinos que acudan?
En los PILARES estarán disponibles ciberescuelas, espacios para realizar actividades físicas, talleres de emprendimiento y capacitación en distintos oficios, clases de diversas disciplinas artísticas y espacios para realizar conciertos y obras de teatro. Además, se contará con psicólogos y trabajadores sociales disponibles para atender los problemas de la población.
A su vez, también se contará con “talleristas” o promotores culturales que se encargarán de la administración de los centros y recibirán un importante apoyo económico. En resumen: toda la comunidad saldrá beneficiada.
Para alcanzar el objetivo de los 300 PILARES, se realizará una inversión, que no gasto, de 2,000 millones de pesos. Ya se ha adelantado que en la Alcaldía Benito Juárez se localizarán tres.
Este es, por mucho, uno de los programas más ambiciosos que se han aplicado en favor de la construcción de la paz y la erradicación de la violencia, pues, a diferencia de quienes piensan que estos asuntos se solucionan con medidas coercitivas, en este caso se está yendo al fondo del asunto: a sus causas. Los jóvenes tendrán un lugar en dónde desarrollarse tejiendo lazos comunitarios. Esto hará más difícil que los jóvenes caigan en las redes del crimen organizado. Este no será otro gobierno como los anteriores, no será un gobierno que los abandone y les niegue oportunidades para después criminalizarlos. El cambio ha llegado.