Ciudad de México, abril 26, 2024 23:32
Cámara de Diputados Elecciones 2024 Itzel García Muñoz Opinión

¿Por qué importan los diputados plurinominales en democracia?

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Los diputados plurinominales sí son electos y reflejan más fielmente la diversidad política en el país, incluidas la minorías.

POR ITZEL GARCÍA MUÑOZ

“El despotismo de la facción no es menos temible que el despotismo de un individuo”. Alexis de Tocqueville.

Queridos lectores  y lectoras, en innumerables ocasiones he escuchado, de diversas personas,  que los diputados plurinominales, conocidos coloquialmente como “pluris”, no son electos, cuestión que está totalmente alejada de la realidad, claro que son electos, pero a través de un sistema electoral distinto al de mayorìa. Y seguramente estarán preguntado ¿qué es un sistema electoral? la respuesta es sencilla: es la manera en que los votos de la ciudadanía se convierten en escaños, o curules, en un congreso, ya sea federal o local. Ahora bien, en nuestro país, tenemos un sistema electoral mixto; a nivel federal, de los 500 legisladores que integran la Cámara de diputados, 300 son elegidos a través de un sistema electoral mayoritario y 200 por el sistema electoral de representación proporcional, o sea los famosos pluris.

En el caso de los diputados de mayoría, éstos se eligen en base a la candidatura que obtenga la mayoría relativa de los votos en un un distrito electoral, para lo cual el territorio nacional se divide en 300 distritos electorales uninominales.  Por su parte, respecto a los 200 diputados de representación proporcional, los pluris, éstos se eligen en razón de la votación que los partidos políticos obtienen en un proceso electoral, en función a las listas de candidatos, cerradas y bloqueadas, es decir que el elector no puede modificar, de las  5 circunscripciones electorales en las que se divide al país. Cabe destacar que, para que los partidos políticos tengan derecho al reparto de las pluris, deben alcanzar un umbral del 3% de la votación válida emitida ( que es la votación que excluye los votos nulos, de candidatos no registrados y de candidatos independientes). Asimismo, dicho  reparto se lleva a cabo  conforme a una serie de reglas, la más importante consiste en que ningún partido puede tener más de 300 escaños en la Cámara de Diputados por ambos principios, es decir, de mayoría y de representación proporcional.

Los diputados de representación proporcional fueron introducidos en la Constitución federal en 1963 con el objetivo de que las minorías políticas tuvieran voz y voto en el Congreso de la Unión, particularmente en la Cámara de Diputados. Los escaños de representación proporcional  son considerados, en la política comparada, más democráticos ya que reflejan, de mejor manera, la votación que obtiene un partido político; y fomentan el pluralismo político al incluir a las minorías, que de no existir este sistema electoral, no tendrían voz y voto en los órganos legislativos. En cambio, en los sistemas de mayoría,  existe una sobrerrepresentación política de los partidos mayoritarios, ya que la o el candidato que obtiene la mayoría relativa de los votos en un distrito electoral, es quien ocupa el escaño parlamentario, generando, con ello,  una brecha entre los porcentajes de los votos y los escaños obtenidos que favorece a los partidos más grandes y deja en franca desventaja a los partidos pequeños.

Una ventaja más, en materia de democracia, del sistema de representación proporcional consiste en que posibilita la formación de gobiernos de coalición. Sin embargo, como sucede con muchas instituciones en nuestro país, los famosos pluris han ganado cierto descrédito en la sociedad mexicana ya que los partidos políticos utilizan estas candidaturas para proteger a ciertas élites o a personas de dudosa fama pública con el objetivo de favorecer intereses inconfesables o de darles inmunidad a determinados personajes en razón del fuero constitucional. 

Por otra parte, es importante señalar que el gobierno de una mayoría, deja de ser democrático cuando excluye de la toma de decisiones políticas fundamentales a las minorías. Más aún cuando el poder legislativo no actúa de manera autónoma respecto de un poder ejecutivo unipersonal, y cuando se pretende mermar al Poder Judicial Federal y a los organismos constitucionales autónomos, afectando el equilibrio que debe existir entre los órganos del Estado, como sucede actualmente en el sistema político mexicano. Al respecto, hace muchos años, en el siglo XIX, Alexis de Tocqueville, en su obra “La Democracia en América” señaló, como uno de los riesgos de la democracia el que un régimen político democrático se convirtiese en una tiranía de la mayoría.

Por ello, estoy convencida de que la sociedad mexicana debe enfocarse no solamente en rechazar los intentos de aniquilar a las minorías parlamentarias sino en exigir que se abran, de manera seria, otros canales de participación ciudadana distintos al sufragio; y que se establezcan más acciones afirmativas para que todos los sectores de la población participen en las decisiones de gobierno.

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