Ciudad de México, octubre 14, 2024 18:53
Política

Luis Echeverría resistió a todo… menos a la muerte

Impune hasta el último de sus días, el ex presidente estuvo involucrado en los hechos sangrientos de Tlatelolco, en 1968, y su gobierno ordenó la persecución a muerte de maestros y estudiantes en 1971

También se le recuerda por emprender la Guerra Sucia contra disidentes y gerrilleros enemigos del régimen.

Ordenó el golpe contra el periódico Excélsior en 1976 y fue precursor de una versión propia del Nacionalismo Revolucionario, que influyó y formó a personajes que hoy gobiernan México. López Obrador lamentó su muerte este sábado.

STAFF / LIBRE EN EL SUR

Aunque inspirado por el activismo del poeta Carlos Pellicer, Andrés Manuel López Obrador, hoy presidente de México, ingresó a la política en el PRI casi al mismo tiempo en que Luis Echeverría Álvarez, cuya muerte a sus 100 años de edad fue anunciada este sábado, terminaba su mandato como presidente de México bajo una versión propia del nacionalismo revolucionario, de corte autoritario y economía cerrada.

Para entonces Luis Echeverría (que nació en la Ciudad de México el 17 de enero de 1922, estudió en la entonces Escuela Nacional de Jurisprudencia de la UNAM, hoy Facultad de Derecho, y llegó a la Presidencia de la República por el PRI), ya era un personaje oscuro y caían sobre él las acusaciones más severas sobre su presunta criminalidad en diferentes hechos represivos previos.

Particularmente estuvo involucrado en la llamada matanza de Tlatelolco, en 1968, cuando fue secretario de Gobernación y, algo usualmente soslayado pese a su gravedad, la embestida contra estudiantes y maestros a quienes se asesinó a través de un grupo paramilitar conocido como “los halcones”, el Jueves de Corpus de 1971, hechos que son recordados en la multigalardonada película Roma.

En los prolegómenos de su gobierno, emprendió la llamada guerra sucia para enfrentar a los grupos guerrilleros. La muerte de Genaro Vázquez, en 1972, y Lucio Cabañas, en 1974, dirigentes del llamado Partido de los Pobres, pusieron una mancha más en el sexenio echeverrista.

Acusado de genocidio por la entonces Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femspp) -de efímera vida entre 2002 y 2007 en los sexenios panistas-, recuerda el diario Reforma este domingo en su edición online, Echeverría fue el primer ex Presidente, y hasta ahora el único, en comparecer ante un ministerio público y declarar durante varias horas en julio de 2002.

A Luis Echeverría también se le recuerda por haber infiltrado a la Cooperativa del periódico Excélsior, el 8 de julio de 1976, hace justamente 46 años, a fin de expulsar de la dirección del diario a Julio Scherer García, en el hecho que se considera el mayor golpe gubernamental contra un medio periodístico crítico.

Luis Echeverría en plenitud. Foto: Especial

De los múltiples tesimonios e indagatorias periodísticas e históricas acerca del Movimiento Estudiantil de 1968 y su desenlace trágico en la Plaza de las Tres Culturas, se ha derivado que el responsable directo de los hechos, a pesar de que el presidente Gustavo Días Ordaz asumió la decisión, fue Luis Echeverría.

Él, efectivamente, instruyó la formación de un grupo de seguridad en que participaban militares para el resguardo de las instalaciones olímpicas en que se llevarían a cabo los juegos a partir de 10 días después. Aquel “Batallón Olimpia” fue utilizado sin embargo para infiltrarse en el mitin y provocar a la tropa del Ejército, que cercaba la plaza, con disparos desde el Edificio Chihuahua, que los militares asumieron que se trataba de una ofensiva de los estudiantes y entonces respondieron con metralla.

Aunque la versión fue conocida por testigos prácticamente desde la noche misma de los hechos, el 2 de octubre de 1968, fue desestimada incluso por escritores opositores o críticos del régimen, como Octavio Paz (que renunció por en protesta a la embaja de México en India) y Elena Poniatowska, en cuya La noche de Tlatelolco atribuyó la matanza al Ejército como institución.

De todos esos hechos y sus respectivas acusaciones y procedimientos judiciales se libró Luis Echeverría Álvarez, quien demostró que el mal sí puede durar 100 años. La historia, sin embargo, no lo absolvió.

“En nombre del Gobierno de México envío un respetuoso pésame a los familiares y amigos del licenciado Luis Echeverría Álvarez, Presidente de México durante el sexenio de 1970 a 1976″, escribió en Twitter Andrés Manuel López Obrador.

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