Ciudad de México, diciembre 8, 2024 04:19
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Miel mexicana ya cuenta con control de calidad; expertos de UNAM la estandarizan

STAFF / LIBRE EN EL SUR

Gracias al trabajo impulsado por expertos de la UNAM y de otros organismos, se logró la estandarización de los sistemas de producción, recolección y procesamiento de la miel, con beneficios para los consumidores, productores y la economía del país.

Con la publicación de la Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-004-SAG/GAN-2018, Producción de miel y especificaciones, en el Diario Oficial de la Federación (DOF, 29 de abril), se establecen las características generales para su producción, con lo que se propicia el cuidado de las abejas melíferas y su correcto desarrollo, así como las especificaciones que el producto debe cumplir para su comercialización.

Con la NOM, en cuya elaboración participaron expertos de las facultades de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán e Iztacala; de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ), así como del Instituto de Geología (IGL), se busca promover la producción interna, erradicar la adulteración y la entrada de mieles falsas, incrementar las ganancias de los apicultores y posicionar a México en el mercado exterior, ofreciendo miel de calidad a un costo competitivo.

Beneficios

En 2017, México ocupó el octavo lugar a nivel mundial en producción de miel, y exportó poco más de 26 mil toneladas (de acurdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO). El promedio de su producción anual es de casi 58 mil toneladas, de las que casi 50 por ciento se queda en territorio nacional. Sin embargo, la población consume poca miel, que en ocasiones es adulterada o suplantada.

Una abeja obrera recolecta néctar de una flor silvestre blanca, con el fin de alimentarse. Las abejas son fundamentales para lograr la reproducción de las plantas, además, producen miel a partir del néctar que extraen de las flores. En la Península de Yucatán, estas han sido afectadas por la deforestación y el uso de pesticidas. Foto: Martín Zetina / Cuartoscuro

La intención no es limitar, sino garantizar que el producto que se comercializa sea realmente miel, y que los productores se apeguen a la norma para que obtengan un beneficio económico más favorable, afirmó Margarita Canales Martínez, de la FES Iztacala, quien destacó que sus propiedades nutricionales y antifúngicas la convierten en un alimento único. “No sólo es un producto alimenticio, sino nutracéutico”.

Al respecto, Tonatiuh Cruz Sánchez, responsable del Laboratorio de Biosprospección Microbiológica de Propóleos de la FES Cuautitlán, destacó que China es el productor número uno de miel, con casi 130 mil toneladas anuales, y vende el doble de su capacidad productora; es decir, hacen miel sintética que pasa las normas de todos los países. Por ello, “debemos considerar pruebas que ayuden a detectar mieles falsas, que por ser sólo azúcar carecen de las virtudes de la miel pura”.

Por su parte, Liborio Carrillo Miranda, responsable del Módulo de Apicultura de la misma entidad, subrayó que la norma permite que la miel que se ofrece en el mercado nacional sea pura.

Especificaciones técnicas

La norma plantea especificaciones técnicas y metodologías para garantizar el cuidado de las abejas melíferas, así como la calidad de la miel producida en México y la proveniente de otros países. Hasta antes de su publicación en el DOF no existía una legislación de carácter obligatorio para este producto.

La regulación considera diversos tipos de pruebas, fundamentadas en análisis físicos, químicos y microbiológicos, que determinan la humedad, inocuidad, concentración de azúcares, color, acidez, presencia de contaminantes, capacidad antimicrobiana y cantidad y origen del polen, entre otras propiedades que dependen de las flores, el clima, la temporada y el tipo de abeja productora.

Asimismo, contribuirá al desarrollo de los 40 mil apicultores mexicanos, que podrían generar ingresos por arriba de los tres mil millones de pesos al año (según estimaciones de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, SADER). Además, es una oportunidad para resguardar a las abejas, de gran importancia para los ecosistemas.

La miel que se comercialice, incluida la de importación, debe estar libre de ingredientes adicionales y aditivos como colorantes, conservadores y saborizantes; no estar adulterada (con agua, glucosa o fructosa) ni ser sometida a tratamientos químicos o bioquímicos.

La NOM-004 fue avalada por la SADER, con la colaboración de la Asociación Mexicana de Exportadores de Miel, la Asociación Nacional de Médicos Veterinarios Especialistas en Abejas, el Consejo Regulador de la Miel de Abeja Mexicana, las FES Cuautitlán e Iztacala, la FMVZ y el Instituto de Geología.

En el impulso de este proyecto participan Tonatiuh Cruz, Guillermo Penieres Carrillo, Betsabé Rodríguez Pérez y Liborio Carrillo, de la FES Cuautitlán; Margarita Canales, de la FES Iztacala; Elia Ramírez Arriaga, del IGL; Laura Guadalupe Espinosa Montaño, de la FMVZ; Luis Roberto Martínez, de la Universidad de Campeche; y Ricardo Vázquez, Rodrigo Medellín y Ericka Esquivel, de la SADER.

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