Ciudad de México, noviembre 21, 2024 09:55
Francisco Ortiz Pinchetti Opinión

POR LA LIBRE / Las motos

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.

En el 50 por ciento de los accidentes de tránsito que ocurren en Ciudad de México está involucrada alguna motociclista. Esto quiere decir que en la mitad de los 88 mil percances que se registran cada año en la capital, hay la participación de motos.

POR FRANCISCO ORTIZ PINCHETTI

Entre los muchos problemas citadinos que doña Claudia dejó sin resolver –y que ni siquiera atendió—  destaca el de la proliferación de motocicletas en las calles de la capital de la República, que se ha convertido en una verdadera calamidad por la irresponsabilidad de quienes utilizan ese medio de transporte o de diversión.

Cotidianamente vemos a los tripulantes de esas máquinas violar abiertamente todas las normas, pasarse los altos, viborear entre los autos, circular por las aceras, correr a exceso de velocidad, no usar casco, llevar hasta tres pasajeros…

Ponen en peligro sus vidas, evidentemente, pero también las vidas de los demás, sobre todo personas con limitaciones físicas, adultos mayores y niños que no tienen ninguna culpa.  

Nuestra jefa de Gobierno se conformó con que el Congreso de la CDMX emitiera en 2019 un nuevo reglamento de tránsito (reformado en abril de 2022) que precisara deberes y sanciones para los amantes de las motos, pero nunca se preocupó de su aplicación cabal. 

El dato es tan elocuente que no requiere mayor énfasis: en el 50 por ciento de los accidentes de tránsito que ocurren e Ciudad de México está involucrada alguna motocicleta. Esto quiere decir que en la mitad de los 88 mil accidentes que ocurren cada año en la capital, hay la participación de un motociclista.

Otro dato: el año pasado, Ciudad de México registró el número más alto de víctimas mortales en hechos viales de la historia, pues de enero a diciembre de 2022 se registraron 719 víctimas mortales y las cifras indican que en cuatro de cada 10 muertes la víctima fue un motociclista.

Nuestra jefa de Gobierno se conformó con que el Congreso de la CDMX emitiera un nuevo reglamento de tránsito que precisara deberes y sanciones para los amantes de las motos, pero nunca se preocupó de su aplicación cabal… 

¿No es suficientemente grave el problema, para tener alta prioridad en la tarea de un gobernante? No lo fue evidentemente  para quién ahora se despidió tan campante para ir en busca de una quimera.

Del tema están conscientes los propios motociclistas responsables, que lamentablemente no son mayoría. Una agrupación denominada Roc Motos denotó la reocupación de ese gremio en su página Web, donde publicó a detalle las normas que deberían acatar quienes circulan en un vehículo de dos llantas por las calles y avenidas de la Ciudad.

 Advierten primero que las motos al igual que cualquier medio de transporte, están sujetas a una lista de normas generales para su circulación. “De acuerdo al Artículo 20 y 37 del Reglamento de Tránsito 2019 de la CDMX, “como conductores de motocicleta, debemos”:

–Utilizar un carril completo de circulación.

–Adelantar otro vehículo únicamente por el lado izquierdo.

–Respetar las reglas de preferencia de paso.

–Circular todo tiempo con las luces traseras y delanteras encendidas.

–Llevar a bordo sólo la cantidad de personas para las que exista plaza disponible.

–Usar aditamentos luminosos o bandas reflejantes en horario nocturno.

–Utilizar casco protector adecuado y asegurarse que los acompañantes también lo usen; éste debe estar correctamente colocado en la cabeza y abrochado.

–Preferentemente portar goggles, chamarra o peto para protección con aditamentos rígidos para cobertura de hombros, codos y torso adecuados, guantes y botas, todos de diseño específico para conducción de motos.

También enlistan lo que “tenemos prohibido” los motociclistas:

–Las motocicletas como símbolo de comunidad tienen un alto nivel de compromiso para la seguridad vial, por lo que el Artículo 21 prohíbe a los conductores de moto lo siguiente:

–Circular con tu moto sobre las aceras y áreas reservadas al uso exclusivo de peatones; salvo que el conductor ingrese a su domicilio o a un estacionamiento, deberá desmontar.

–Circular por vías ciclistas exclusivas.

–Circular por los carriles confinados para el transporte público de pasajeros.

–Circular entre carriles, salvo cuando el tránsito vehicular se encuentre detenido y busque colocarse en el área de espera para motocicletas o en un lugar visible para reiniciar la marcha, sin invadir los pasos peatonales.

–Circular por los carriles centrales de las vías de acceso controlado cuando utilicen motos menores a 250 centímetros cúbicos.

–Circular en vías en las que exista señalización vial que expresamente restrinja su circulación por carriles centrales y segundos niveles de vías de acceso controlado.

–Hacer maniobras riesgosas o temerarias sobre tu moto, cortes de circulación o cambios abruptos de carril que pongan en riesgo su integridad y la de terceros.

Lamentablemente, los automovilistas y peatones capitalinos constatamos cotidianamente la violación flagrante de estas normas por la mayoría –ciertamente no todos– de los motociclistas que no respetan carriles, ni señales, ni semáforos.

El reglamento existe, pero en tanto la autoridad no decida y tome medidas concretas y drásticas para hacerlo cumplir, como fue el caso de la hoy soñadora corcholata, se convierte como dice el lugar común en letra muerta. Y, más crudamente dicho, en muerte. Tiene ahora Martí Batres Guadarrama la oportunidad –y la obligación– de actuar como verdadero gobernante. Válgame.

@fopinchetti

Compartir

comentarios

Artículos relacionadas