POR LA LIBRE/ Volando bajo
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Foto: Cuartoscuro.
El secretario general de la Asociación de Pilotos Aviadores denunció que “México se ha convertido en el peor país para la aviación debido a que enfrenta problemas como la falta de operadores aéreos y la reforma que busca permitir el cabotaje aéreo”.
POR FRANCISCO ORTIZ PINCHETTI
Al cúmulo de objeciones y advertencias que provocó hace dos años el rediseño del espacio aéreo del Valle de México para hacer posible la operación limitada del aeródromo de Santa Lucía se suman ahora los cuestionamientos severos de los pilotos mexicanos.
Muchos capitalinos hemos acabado por acostumbrarnos al ruido constante de los aviones que surcan el cielo de Ciudad de México y afectan a zonas residenciales que estaban a salvo de esa grave contaminación. Sin embargo, el tema es mucho más trascendente que ese evidente daño a la salud y a la tranquilidad cotidiana de los vecinos. Tan grave que México perdió la Categoría 1 en Seguridad Aérea y no ha podido recuperarla en casi dos años.
Y al cabo de cuatro años de que el actual Mandatario decidió arbitrariamente la costosísima cancelación del proyecto aeroportuario de Texcoco, el NAICM, resulta que el problema de saturación que padece nuestro viejo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), sigue cada día peor.
Un desastre.
Las limitaciones a la operación aérea de la que advirtieron controladores aéreos, especialistas y pilotos aviadores están ahí, latentes, en tanto la operación del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) siga limitada a un número irrisorio de despegues y aterrizajes. El conflicto del que advirtieron los expertos se daría en caso de que el AIFA operara a la capacidad prevista en el imaginario de AMLO.
Para (el Presidente) resulta electoralmente vital que los proyectos torales de su gobierno, como es el propio AIFA, funcionen. O al menos no se evidencien tan pronto como lo que son: un fiasco. Eso tendría un costo alto en votos para Morena en el 2024…”
La decisión de obligar mediante un decreto a las líneas aéreas comerciales a trasladar sus operaciones de carga al nuevo aeródromo va en el mismo sentido de aliviar la saturación del viejo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM), aunque su aplicación cabal llevará necesariamente meses y no los 90 días que dispuso el señor de Palacio Nacional.
Pero algo más grave es el riesgo que implica la reforma a la Ley de Aviación Civil y de Aeropuertos propuesta por el tabasqueño para permitir el cabotaje. Con ella se permitiría a las líneas aéreas extranjeras realizar vuelos entre ciudades de la República Mexicana, lo que puede provocar una hecatombe para las compañías nacionales.
José Humberto Gual, secretario general de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) denunció este miércoles que México se ha convertido en el peor país para la aviación debido a que enfrenta problemas como la falta de operadores aéreos y la reforma que busca permitir el cabotaje aéreo.
Advirtió: “El cabotaje es una preocupación que tenemos y eso no nos va a sacar de la Categoría 2. Lo que nos tiene que sacar de la Categoría 2 es una verdadera política aeronáutica. Buscamos que se nos tome en cuenta, porque el peor país que hay en el mundo para hacer aviación es México…”
El líder de los pilotos –que son los que conocen y padecen obviamente las anomalías en materia aeronáutica–, agrega que no podemos darnos el lujo de equivocarnos en este momento. “Le pedimos a los legisladores no permitir dichas modificaciones a las leyes porque afectaría a 1.4 de empleos que genera la industria y que aporta el 3.5 del Producto Interno Bruto (PIB), es decir, genera 38 mil millones de dólares”, dijo durante el foro Política legislativa en materia de aviación, organizado por la Cámara de Diputados.
Desgraciadamente esos y otros argumentos contundentes no prosperarán, al topar con la intransigencia de López Obrador. Intransigencia que va mucho más allá del orgullo y la desesperación. Para él resulta electoralmente vital que los proyectos torales de su gobierno, como es el propio AIFA funcionen. O al menos no se evidencien tan pronto como lo que son: un fiasco. Eso tendría un costo alto en los votos para Morena en el 2024. Válgame.