Ciudad de México, noviembre 23, 2024 18:19
Revista Digital Noviembre 2020

¡Recórcholis! / Tu vida ahora

Y entonces comienza una vida repetitiva en casa. Despertar. Desayunar. Bañarse. Vestirse. Lavarse los dientes. Comer. Estudiar. Lavarse los dientes. Cenar. Dormir. Despertar. Desayunar. Bañarse. Vestirse. Hacer ejercicio. Comer. Estudiar… Explotar.

SUSA GÓMEZ MENA

Despiertas un día con la noticia de que hay un virus chino arrasando, no te preocupas mucho, China está muy lejos, y sigues tu vida normal.

Unos meses después resulta que el virus ya llegó a Europa, tus familiares españoles te cuentan que la situación está fuerte, te preocupas, además, España ya no está tan lejos. Y de pronto, los viajeros que vuelven de Europa traen el virus a México, ya está aquí, inició la pandemia.

Un señor llamado Hugo te dice que no salgas de casa, afuera, en las calles, el virus amenaza. Te das cuenta de lo grave del asunto. Al principio te dicen que la pandemia durará un mes, un mes sin salir de casa, qué horror, y se convierten en dos, tres, seis, siete y parece que nunca acabará. Casi ocho meses recluida en un espacio que con el tiempo se vuelve cada vez más y más ínfimo.

Y entonces comienza una vida repetitiva en casa. Despertar. Desayunar. Bañarse. Vestirse. Lavarse los dientes. Comer. Estudiar. Lavarse los dientes. Cenar. Dormir. Despertar. Desayunar. Bañarse. Vestirse. Hacer ejercicio. Comer. Estudiar… Explotar.

Ya no puedes más, llevas meses haciendo lo mismo, una y otra vez, dejas de poder comer, de poder despertar, la ansiedad te consume. Llamas a la psiquiatra, te receta una pequeña pastilla que te roba las emociones, otra que te da un hambre voraz. Y así vas por la vida. Después de un tiempo empiezas a salir un poco, ves a algunas amigas. Todo va un poco mejor. Encuentras cosas que te divierte hacer.

Y de pronto te das cuenta de que hace varios días que la vida pasa por ti, sólo estás ahí, siendo comida por las horas, el tiempo. No sientes nada, y al mismo tiempo lo sientes todo. Las cosas dejan de motivarte, sólo las haces por hacer algo. Te volviste a hundir, ni siquiera tienes una rutina, otra vez crisis de ansiedad, depresión. No eres capaz de distinguir lo que sientes y lo que no. Estás completamente harta de la pandemia, sientes que no puedes más.

Tu vida se convirtió en una guerra, batallas y batallas contra ti misma, contra la cotidianidad del encierro, lo único que es real es el dolor, cuando vez tu sangre, algo de vida.

Esa es tu vida ahora, altos y bajos desde casa, a veces estás bien, a veces estás hundida en la inmensidad de tu existencia. Pero supongo que así es la vida en pandemia, una oportunidad de conocerte mejor, de convivir contigo misma y nada más. De saber cuáles son tus verdaderas necesidades sin los obstáculos de la vida sin encierro.

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