Ciudad de México, abril 26, 2024 03:43
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Venden en la colonia Independencia un gran Nacimiento de 400 figuras

Dos kilómetros de cableado eléctrico, ocho kilos de clavos, cuatro computadoras, dos meses de trabajo y una vocación evangelizadora heredada a través de tres generaciones se esconden bajo las tarimas sobre las cuales se exhibe el más sorprendente Nacimiento de la delegación Benito Juárez, en el garaje de una casa de la colonia Independencia. Son alrededor de 400 figuras de diversos materiales, la mayoría de pasta y algunas confeccionadas en migajón, las que reproducen a través de una serie de módulos las escenas culminantes de la Historia Sagrada que culmina con la llegada del Niño Jesús a un establo pobre de Belén hasta donde humildes pastores y encumbrados reyes llegan a adorar al Hijo de Dios.

Muchas de las escenas son representadas con movimiento, lo que implica el diseño o adaptación de estructuras articuladas y pequeños motores debidamente sincronizados. La mayor singularidad de este espectáculo religioso es sin embargo el hecho de que está acompañado por una narración, basada en la Biblia, en la voz de niños, que describe y explica los principales acontecimientos, desde la Creación hasta el portento mismo de la Nochebuena.

Jesús Ascencio encabeza un equipo de voluntarios integrado por sus hermanos Gerardo y María Elena, su esposa y sus hijos, todos inspirados en el ejemplo de su madre, Isabel, encargada de la parte artística, autora de la figura del Padre Eterno y las de los Reyes Magos, que tienen movimiento. Él explica que la motivación central de esta costumbre, que ha vivido “desde que tengo uso de razón” y que heredó de sus abuelos y de sus padres, es básicamente religiosa, espiritual, y con un sentido indudablemente educativo. “A nosotros nos mueve únicamente el afán de conservar las tradiciones de México, nuestra fe religiosa, nuestras creencias y la emoción de recrear la más grande historia de la humanidad”.

Aunque ellos participaban desde niños en la “puesta” del Nacimiento en casa de los abuelos, y luego en la de sus padres, es desde 1997 que la familia lo instala en su casa, ubicada en la esquina de San Borja y Edzna, a unas dos cuadras del mercado de la colonia Independencia, donde ha ido ganando fama y celebridad al grado de ser visitado por miles de personas y haber sido tema de reportajes en cadenas de televisión, periódicos y revistas.

Los Ascencio trabajan desde principios de octubre para lograr que la instalación esté lista a principios del mes de diciembre, como ocurre esta vez. Sólo que ahora hay una triste noticia, pues puede ser el último año en que ellos revivan tan hermosa tradición: “Estamos por vender nuestro Nacimiento, las figuras, los aparatos, las luces, todo”, dice Jesús sin ocultar su nostalgia y su tristeza. “La situación económica está difícil y hemos decidido cambiarnos de casa, lo que significa que difícilmente encontraríamos otro lugar tan a propósito para la instalación como es en este garaje. En realidad, desde que construimos esta casa la diseñamos para incluir un espacio para el Nacimiento y dispuesto de tal manera que pudiera ser visto por los visitantes desde la calle”.

Sea o no éste el último año del famoso nacimiento de la colonia Independencia, el conocerlo es una experiencia inolvidable que resulta especialmente atractiva para los chiquitines, que “se interesan y aprenden de inmediato a narrar la historia”. Está abierto al público desde el pasado 4 de diciembre y seguirá hasta el próximo 7 de enero, en horario de las 19a las 22 horas, todos los días. Cada “función” dura poco más de veinte minutos y es absolutamente gratuita, a pesar del alto costo que significa este espectáculo, particularmente por concepto de consumo de energía eléctrica. Finalmente, es el amor lo que otra vez hace posible este milagro.

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