Ciudad de México, noviembre 24, 2024 15:05
Dar la Vuelta Diego A. Lagunilla Opinión

DAR LA VUELTA / El ‘primer’ OXXO

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El dependiente del lugar, en vez de auxiliarme, me reclamo y quiso cobrarme el producto, por supuesto no me dejé, me concentré en parar la sangre que salía de mi extremidad y en no pagarle un puñetazo, por desgraciado.

POR DIEGO A. LAGUNILLA

Cuando tenía 16 años, el gran Van Halen estrenaba su memorable LP “1984” y Madonna -mejor dicho Nile Rodgers- emocionaba a todo el personal con su “Like a Virgin”, entré en esa tienda “rara” que se localizaba y sigue estando en la esquina de los ejes 5 Sur y 3 Pte., como había que decirles según los usos de aquella hankiana, época, cuasi kafkiana, y no Eugenia y Avenida Coyoacán, como afortunadamente perdurarían en el racional de nuestra colonia Del Valle.

El nombre del lugar me parecía extraño, una mezcla entre O y X, que a bote pronto me remitía al juego del gato o a la forma en que algunas amigas firmaban sus cartas y que quería decir, a nivel de código, como “besos y abrazos”, esto es OXXO y con esa idea me quedé, cuando la situación era menos afable y refería a la sigla del porcentaje, esto es a un %, con un mayor trabajo de diseño, claro está, y que además “evocaba” a un carrito de supermercado.

Lo que no advertía en su momento, por supuesto, era que había entrado en uno de los primeros OXXO (s) que hubo en nuestro país, Monterrey mediante, que además se encontraba como casi un astrofísico núcleo primigenio, en nuestra Juarense jurisdicción, y que después de una resultante explosión tipo Big Bang, lograrían hacerse del 75 por ciento del mercado de tiendas de abarrotes, mejor dicho, de conveniencias, en México.

De acuerdo con el reporte anual de FEMSA (Fomento Económico Mexicano), FEMSA IA spa 22, dueño y señor de la marca -no sé si de la idea y al que la tuvo que le hagan un monumento-, hoy hay poco más de 23 mil 500 tiendas OXXO repartidas en Latinoamérica (también en Chile, Brasil, Perú y Colombia). Solo en México atienden a 12 millones de personas al día; para comparar, el metro transporta en nuestra ciudad a más de 4.5 millones, es decir 2 1/2 días de metro equivalen a 1 de OXXO y por lo mismo dirían que lo que ahí se vende circula mucho más rápido, valga el chistorete y la pensada.

 ¡¡¡De haberlo sabido hubiera pedido chamba!!! Aunque esa “primera vez” no fue para nada agradable, tan es así que prometí no volver a regresar al lugar, y lo he cumplido a rajatabla -a otros OXXO voy gustoso ya sea para un café, comprar hielo o algún refresco-.

Resulta que me encamine hacia el fondo, el lugar olía mal, similar a otras tiendas de abarrotes de la época, buscando los refrigeradores para agarrar una Caguama (a mis padres les diría que una Coca “de a litro”), pero al tomarla escuché un ruido, como que se le escapaba el gas y literalmente me estallo en la mano, saliendo un vidrio volando directamente hacia mi cara, gracias a los reflejos del momento, lo pare con mi antebrazo derecho, donde se incrustó y todavía hoy tengo la cicatriz.

El dependiente del lugar, en vez de auxiliarme, me reclamo y quiso cobrarme el producto, por supuesto no me dejé, me concentré en parar la sangre que salía de mi extremidad y en no pagarle un puñetazo, por desgraciado; de ahí caminé a la clínica 28 del seguro social en Gabriel Mancera y San Borja, donde me atendieron rápida, de la mejor y profesional manera. De hecho, recuerdo con mucho agradecimiento al personal de enfermería y a la doctora que me puso los puntos, y que cariñosamente me regañó por andar comprando “lo que no debía y más siendo un muchacho”.

Por años, como una más de mis locas ideas, pensé en hacer un “corto” tipo película “b”, dirían los que saben del género cómico-terrorífico, dónde a los clientes los chupaba esa tienda, como una “burbuja gigante, de color amarillento y maloliente”, donde habitaban alienígenas que lo único que hacían era comer papas y tomar chelas, con chalecos colorado-cremosón para eructar continuamente y mantener a los comensales aturdidos y bajo su control. Me reía y me río de la imagen.

Si algún día decido volver ahí, les comentaré cómo me fue y si me encontré algún “sleestak”, “chaka tienehambre” o cualquier cosa por el estilo…

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