Ciudad de México, diciembre 5, 2024 22:43
Itzel García Muñoz Opinión

¿Llegamos todas?

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Claudia Sheinbaum, al igual que tantas mujeres en la política,  ha utilizado la carta feminista como una estrategia política para ganar votos.

El feminismo polìtico es una farsa cuando se utiliza únicamente en beneficio personal, para obtener una posición de poder, apoyos y votos.

En 2014, en razón de mi propia historia, me integré al movimiento feminista gracias a las enseñanzas de mi querida Yndira Sandoval y la colectiva feminista Las Constituyentes MX, una de las más importantes del país. En ese entonces, menos de una centena de mujeres nos encontrábamos en el Ángel de la Independencia para conmemorar tanto el 8 de marzo “Día Internacional de la Mujer” como el 25 de noviembre “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”. Con el paso de los años, y debido a la crisis de feminicidios y violencias que experimentamos, en los últimos lustros el movimiento feminista mexicano ha crecido significativamente.

El feminismo es un movimiento social que tiene por objetivo lograr la igualdad entre mujeres y hombres, y erradicar todo tipo de violencia contra las niñas, adolescentes y mujeres. Para ambas cuestiones es indispensable el empoderamiento económico de las mujeres. A estas alturas, quienes hemos trabajado arduamente en estas causas y nunca hemos claudicado en nuestros principios, tenemos claro que nuestro país ha mostrado pocos logros en la materia. Tan es así que el Estado mexicano no es capaz  de garantizar nuestro derecho a la vida e integridad personal y, aunque la tendencia ha disminuido, en lo que va de 2024, en México cada  día se cometen dos feminicidios, cifra que sigue siendo alarmante. Asimismo de acuerdo con un informe elaborado y presentado en 2023  por el Instituto Mexicano para los Derechos Humanos y la Democracia, en nuestro país diariamente desaparecen al menos siete mujeres.

Ahora bien, es verdad que en materia política, las mujeres hemos logrado la paridad en el Congreso federal; y  que se ha avanzado significativamente en nuestra participación en los órganos cúspide de la administración pública. Sin embargo, pareciera que se trata de un logro meramente simbólico: el hecho de que más mujeres estén en cargos con poder de decisión no se ha traducido en avances sustanciales en las políticas en favor de las mujeres de a pie.

Durante su gestión como Jefa de Gobierno tuvo innumerables y significativos  desencuentros con el movimiento feminista de la Ciudad de México. El 8 de marzo de 2019 marcó el inicio de la criminalización de su gobierno hacia las manifestantes que protestamos debido a los altos índices de violencia de género que siguen existiendo en nuestro país. Así, en cada marcha subsiguiente, las mujeres en la Ciudad de México fueron reprimidas con gas lacrimógeno y encapsuladas por la policía capitalina; además de ser estigmatizadas por dicho gobierno. En 2020, la Fiscalía de la Ciudad de México inició la persecución judicial contra 13 mujeres.

Claudia Sheinbaum, al igual que tantas mujeres en la política,  ha utilizado la carta feminista como una estrategia política para ganar votos y  para muestra un botón…. bueno varios.

Durante  2021, la entonces Jefa de Gobierno tuvo una gran disputa con la colectiva “Antimonumenta Vivas nos Queremos” quienes renombraron la Glorieta de Colón como la Glorieta de las Mujeres que Luchan, pintando  los nombres de mujeres víctimas de feminicidios y desaparición; así como de mujeres defensoras. Dicha colectiva se opuso tajantemente a la instalación de la escultura de la Joven de Amajac … “Son clasistas y racistas…”, aseveró Claudia Sheinbaum.

Por ello, el discurso que dio el jueves 15 de agosto pasado  la ahora presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo en razón de la entrega de la constancia de mayoría por parte del pleno de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a muchas feministas nos sonó bastante hueco: “No llego sola, llegamos todas”…. ¿Es en serio, Presidenta?

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