Ciudad de México, abril 18, 2024 20:13
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Con la primavera llegaba el beisbol… a Narvarte

Durante 62 años, desde 1938 y hasta el año 2000, la actual delegación juarense fue sede de los equipos más emblemáticos y populares del Rey de los Deportes en la capital del país. Y la colonia Narvarte fue la su cuna.

Staff/Libre en el Sur

Son varias las razones por las cuales la actual delegación Benito Juárez puede ser considerada la cuna del beisbol mexicano. Aquí estuvieron, en la misma esquina pero de manera sucesiva, dos estadios emblemáticos del deporte de las manoplas y los bates. Y fueron la casa de los equipos de mayor arraigo y popularidad en la capital del país. Aquí floreció la afición más numerosa y entusiasta de toda la República, siempre dividida por los colores rojo y azul.

El tema viene a cuento por la noticia sobre la desaparición definitiva de uno de esos clubes entrañables, los Tigres, ahora radicados en Cancún, que nacieron precisamente en el Parque Deportivo del Seguro Social en 1955. Fueron los sucesores de los Azules del Veracruz, cuya sede fue el Parque Delta, que también estuvo ubicado anteriormente en la “esquina mágica” de avenida Cuauhtémoc y Viaducto Río la Piedad, en la colonia Narvarte.

Afortunadamente, la presión de los tigristas hizo que se diera marcha atrás y los fabulosos Tigres seguirán vivitos y coleando luego de que su franquicia y su nombre fueran adquiridos por un grupo de empresarios encabezados por el legendario Fernando “El Toro” Valenzuela, el pitcher zurdo a quienes muchos consideran el más grande pelotero mexicano de la historia.

El Parque Delta fue inaugurado en 1928 y sustituyó a su vez al Parque Franco Inglés (sede del primer juego de Liga Mexicana y que estuvo funcionando hasta 1936) como el principal escenario del béisbol en la capital. A partir de 1940 se convirtió en la casa de los Diablos Rojos de México y los Azules de Veracruz, de la Liga Mexicana. El estadio estaba construido de madera y a principios de 1950 ocurrió un derrumbe de parte de la gradería, accidente en el que perdieron la vida dos jóvenes aficionados.

El viejo y emblemático parque de beisbol fue sustituido por un nuevo y funcional estadio para 25 mil espectadores, el Parque Deportivo del Seguro Social, inaugurado en 1955, año en que también nacieron los fabulosos Tigres de México. Durante 45 años fue escenario de las grandes hazañas beisboleras protagonizadas por las estrellas mexicanas y extranjeras del Rey de los Deportes.

Hubo en esos nueve lustros muchos momentos inolvidables, como aquel tremendo jonrón del grandulón negro estadunidense Alfonso Perry, primera base de los Diablos, que no sólo se voló la barda del jardín izquierdo sino también las gradas, e hizo que la pelota atravesara encima del Viaducto y cayera entre las tumbas del Panteón Francés de la Piedad.

Inolvidables también el Juego de Estrellas, que se celebraban cada año a media temporada, y desde luego el clásico capitalino, llamado “la guerra civil” por los cronistas de la época, entre los Tigres y los Diablos en series de auténtica garra que provocaban espectaculares llenos en los graderíos y verdaderos agarrones entre los dos equipos rivales que hicieron historia.

Un dato ingrato, pero también histórico: En 1985, el Parque del Seguro, como se le llamaba coloquialmente, funcionó como monumental morgue para el acopio y la identificación de las víctimas del sismo registrado en la capital el 19 de septiembre de ese año.

El estadio, que se convirtió en un icono de la colonia Narvarte y de toda la DBJ, fue definitivamente clausurado al finalizar la temporada del año 2000 de la Liga Mexicana, cuando el Seguro Social vendió el inmenso predio en el que se levantaría el actual centro comercial “Parque Delta”, así bautizado en honor del viejo, histórico escenario. Curiosamente, los Tigres ganaron ese último gallardete disputado en aquel parque entrañable, igual que en 1955 obtuvieron su primer banderín en la temporada inaugural del inmueble.

Tanto los Diablos Rojos como los Tigres cambiaron su sede al Foro Sol, en la Magdalena Mixuca. En 2004, sin embargo, los felinos mudaron su franquicia a la capital de Puebla y en 2009 se convirtieron en Tigres de Cancún, al cambiarse a aquel centro turístico de Quintana Roo.

Los Diablos, por su parte, se mantuvieron en el parque de la Ciudad Deportiva hasta que hace un par de años se cerró con motivo de la reaparición del Gran Premio de México de la Fórmula Uno, en el velódromo capitalino. Desde entonces los escarlatas han jugado en el pequeño estadio Fray Nano, en espera de una nueva sede actualmente en construcción. Vaya historia.

(En la foto, vista áerea del Parque Deportivo del Seguro Social, retacado de público en sus primeros años / La Ciudad de México en el Tiempo, Facebook).

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