OLÓGRAFO / Pocas, pero buenas noticias
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VÍCTOR MANUEL JUÁREZ
En medio de todo el muladar en las que se han convertido las inter campañas, donde los contendientes se acusan mutuamente de corrupción, escenario en el que el ciudadano ve por optar quien es el menos “pior” o de plano se desencanta de las opciones existentes, hay dos hechos que valen la pena aplaudir y reconocer: uno, que fue suspendida, aunque temporalmente, la construcción del inmueble Be Grand y dos que los recursos para los damnificados y la reconstrucción de la ciudad de México afectados por el pasado sismo del 19 de septiembre, no serán manejados a discreción y conveniencia de tres vivales asambleístas.
Desde Coyoacán, vecinos, estudiantes y académicos informan que darán la pelea para evitar la edificación del monstruo inmobiliario denominado Be Grand, que tiene como objetivo elevar una construcción de 20 pisos con cerca de 600 departamentos. Para los estudiosos urbanos, dicho despropósito tendría fuertes y perturbadores impactos en el medio ambiente.
Dicen: violenta la ley del número de pisos permitidos en la zona, que sólo permite cuatro y el citado proyecto va por veinte, es decir 16 niveles más; el impacto ambiental seria severo y la empresa no ha presentado estudio al respecto; el terreno donde se pretende construir es parte de la zona de amortiguamiento del patrimonio de la UNAM; dicha construcción atentaría contra las normas que marca la UNESCO para ser considerado, el campus de CU, como patrimonio mundial; provocaría un fuerte hacinamiento en la zona. Eentre las observaciones más importantes.
La caseta de preventa ya fue instalada, los sellos de suspensión provisional de la obra también. Significa que los coyoacanenses tendrán tiempo para movilizarse, alzar la voz y exigir, junto con la comunidad universitaria, se pare definitivamente la edificación de éste monstruo habitacional, que sólo beneficiaría a 600 familias en perjuicio de miles de habitantes de la zona, de concretarse su levantamiento.
Ello contrasta con el accionar de los vecinos y autoridades de la delegación Benito Juárez, que pese a las propuestas vemos con se erige “el edificio más alto de la Ciudad de México, de 60 pisos, que se construye en plena zona sísmica de transición en el antiguo pueblo de Xoco, y que albergará dos mil 240 personas que consumirán en conjunto el equivalente a 211 pipas de agua potable al día”.
Con base en información del diario digital Libre en el Sur y documentos oficiales obtenidos por el citado medio, en la Ventanilla Única Delegacional, “la llamada Torre Mitikah del consorcio Fibra Uno, que tendrá 260 metros de altura y 504 mil 594 metros cuadrados de construcción, albergará a mil 520 personas en residencias (41 pisos) y otras 720 de alojamiento en un hotel de 14 niveles.
“Cada cuarto de hotel tendrá un consumo de 300 litros de agua al día y en cada vivienda se requerirán 200 litros. En suma, 211 mil litros de agua consumidos diariamente, solamente en esa torre: 2.44 litros cada segundo en una zona impactada desde hace una década por graves deficiencias en el suministro de agua”.
En éste lamentable caso, que dañara sin duda el abasto de agua y la dotación de diversos servicios en la delegación, la voz de la ciudadanía no fue escuchada, prevalecieron los intereses y negocios que hay entre autoridades locales e inmobiliarias. Parece ser que la mafia y tentáculos de éste poderoso grupo de constructores es intocable y la derrama de dinero en sobornos es cuantiosa.
Y si bien la discrecionalidad con que se manejaban los cuantiosos dineros ( nueve mil millones de pesos) ya no estará en manos de tres asambleístas y será la misma Secretaria de Finanzas del gobierno de la Ciudad de México, diversos académicos observaron que dichos recursos locales para la reconstrucción, han sido gastados por el Gobierno capitalino sin justificación ni con base en las necesidades de los damnificados.
Investigadores del CIDE señalaron que se trata de parte de los 9 mil 500 millones de pesos concentrados en el Fondo de Atención a Desastres Naturales (Fonaden), según un corte previo a la contingencia, que opera la Secretaría de Finanzas. Al presentar el diagnóstico ”Reconstrucción 19 S”, un estudio nacional sobre los mecanismos de vigilancia y transparencia y rendición de cuentas en el proceso de reconstrucción, donde incluyeron observaciones al fondo local creado en 2014, concluyeron en que “no han sido canalizados de forma justificada”, además de que detectaron que “hay cerca de 15 mil millones para atender a los damnificados, a través de diferentes fondos”.
Es decir que dinero hay para apoyar a los damnificados en sus necesidades de reconstrucción, pero la transparencia y fluidez de los mismos no se da como debería de ser. Puntualizan los investigadores que no han podido precisar “cómo se ha manejado el dinero para atender los sismos del 7 y del 19 de septiembre tanto a nivel local como nacional. No hay certeza de que los recursos no puedan ser desviados con fines electorales”.
Posdata:
No creo que una intervención armada de las policías locales y federales en el campus universitario resuelva el problema del narcomenudeo, por el contrario, complicaría la convivencia entre estudiantes y agentes del orden. Sí, me pronuncio por acciones coordinadas entre autoridades universitarias y autoridades judiciales, tanto locales como federales para aprehenderlos fuera, en sus rumbos de Santo Domingo y los Pedregales. Inteligencia y estrategia para abatir el narcomenudeo en CU. Mucho trabajo de concientización entre los estudiantes para evitar su consumo.