Ciudad de México, abril 24, 2024 18:03
Opinión Rebeca Castro Villalobos

Protección… ¿y moda?

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La mascarilla dejó de ser un accesorio exclusivo del área médica: entró de manera inesperada en la vida cotidiana y aunque de manera obligada la sociedad los adoptó, además de para cuidarse, hacer una prenda más de su outfit

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POR REBECA CASTRO VILLALOBOS
Si bien no es generalizado se asegura que el cubrebocas, además de la protección que nos brinda contra el COVID-19, ha pasado a ser una moda. Como prueba basta un botón: La pasada entrega de los Grammy 2021, donde los famosos mostraron que la tendencia es combinar la indispensable mascarilla con el atuendo a portar.

En dicho evento artístico, se dejaron ver cubrebocas de la misma tela que la vestimenta, pero también acabados plateados y dorados, con cristales y transparencias (incluso aunque sea exorbitantes con incrustraciones de perlas o algunas piedras preciosas) que se llevan encima del tapabocas médico.

Cierto, como lo redactan en el portal de 24 horas, que la mascarilla dejó de ser un accesorio exclusivo del área médica: entraron de manera inesperada en la vida cotidiana y aunque de manera obligada la sociedad los adoptó además de cuidarse, hacer una prenda más de su “outfit”.

La búsqueda de opciones del cubrebocas primero fue por necesidad, claro. Posteriormente adquirió características que los hicieran sentir más cómodos, con diseños especiales o que combinaran con el vestir.

Actualmente podemos encontrarlos con la firma de grandes marcas como son Gucci, Versace, Dior, Grupo Intitex, entre otras; pero no hay que acudir a grandes almacenes para adquirir unas. Sólo basta, en la mayoría de los casos de rastrear en Internet y hacer el pedido.

No hay que olvidarnos de las elaboradas por manos de artesanas con diseños de amplia variedad de estampados y bordados. Los hay también máscaras con dibujos de personajes animados, de caricaturas y/o películas, como también las de los consabidos héroes o luchadores.

Este tipo de mascarillas las pueden localizar en mercados populares, en las esquinas de los semáforos, y su costo varía en mucho a las de los grandes diseñadores.


No hay que dejar atrás los cubrebocas personalizados, ya sea con el nombre del usuario, de la compañía, institución o dependencia gubernamental a las que se dedican las pequeñas y medianas empresas que tuvieron antes cambiar el giro para mantenerse vigentes.

Por mi parte y para muchas personas el portar esa pieza dista mucho de que combine con la ropa que utilizo aunque comentó que gracias a mi cuñada Laura Elena Macías, presumo de tres mascarillas de tela, lavables, de diferentes colores, mismas que actualmente y para mayor protección utilizo encima de un tapabocas desechable.

Laura Elena es pues clara muestra de lo que los pequeños empresarios han aprovechado la demanda, sobre todo de los primeros meses de la pandemia en la que escaseaba este, como otros artículos de protección para la salud. Ella, es una experta en el tejido del Patchwork por lo cual el diseño de las mascarillas no fue nada difícil y además de representarle cierto ingreso, nos doto a casi toda la familia de estas peculiares mascarillas que por cierto para comprobar su efectividad, incluye un filtro de papel cambiable al interior.
Muy a propósito, me enteró que es en la alcaldía Benito Juárez de Ciudad de México, donde actualmente paso una temporada, se ubican las cinco colonias donde se usa más el cubrebocas. Lo anterior, según el informe del COVID-19 en la CDMX por parte de la Secretaría de Salud.

Si bien no toda la población acepta utilizar la mascarilla, considero que el confeccionarla con diseños llamativos y hasta graciosos, han contribuido a que se generalice su uso, aunque en lo personal, insisto, no tiene que ser parte del llamado outfit.

@FOBIA44

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