Ciudad de México, noviembre 21, 2024 19:33
Nancy Castro Opinión

Quién decide en las elecciones

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En estas elecciones, el impacto de la violencia ha sido exponencialmente visible y un recordatorio permanente de que hacer política implica también vivir y sobrevivir en amplias regiones del país.

POR NANCY CASTRO

La contienda electoral atenta contra la vida de sus representantes. En plena campaña a la Presidencia del país aumentan los atentados y asesinatos. Es bien sabido el intríngulis que desata la política y quién maneja los hilos convenientes para que continúen los negocios ilícitos y explotación de recursos. Como aspirante a alguna candidatura, si “te dan permiso” continúas con la contienda electoral pero si obstruyes o no aportas es mejor que dimitas por las buenas o por las malas te eliminan, así es como ocurre en México.

Los Tigres del Norte en “El sucesor” cantan: Que disfrutes de tu puesto /La tienda queda surtida /Nomás tapa el ojo al macho/ Por si algún día te investigan/ Al primero que la pierda /Le puede costar la vida/No puedes vender la tienda /Tampoco cambiar de socios /Recuerda que por cien años/ Ha sido nuestro negocio /No te vaya a suceder /Lo que le pasó a Colosio.

La violencia electoral avanza sin freno en México. Noé Ramos Ferretiz, candidato a la presidencia municipal de Ciudad Mante (Tamaulipas), realizaba un recorrido de campaña el pasado viernes 19 de abril, cuando fue interceptado y apuñalado varias veces. El político del Partido Acción Nacional (PAN) murió en medio del acto proselitista en la colonia Azucarera, ante la conmoción de sus simpatizantes e imágenes sobrecogedoras de carteles de propaganda manchados de sangre. El principal sospechoso huyó sin dejar rastro, a plena luz del día. Sería detenido un par de días más tarde.

La violencia letal contra personas que buscaban cargos de elección popular ha alcanzado 13 de los 32 Estados del país y se concentra en el centro y sur del territorio…”

Horas después del crimen en Mante fue hallado el cuerpo de Alberto Antonio García, aspirante de Morena a la alcaldía de San José Independencia (Oaxaca). Su esposa, edil de la localidad de menos de cinco mil habitantes, fue liberada viva tras estar secuestrada durante dos días.

Los homicidios de Noé Ramos Ferretiz y de Alberto Antonio García han sido los dos últimos casos registrados durante el proceso electoral, en el que ya se contabilizan 30 aspirantes asesinados, de acuerdo con datos del think tank Laboratorio Electoral.

Empezaba el mes con una noticia cruenta para el partido de Morena, el asesinato de la candidata Gisela Gaytán Ramos, mientras empezaba su campaña como candidata a la alcaldía en un municipio en guerra. Celaya, Guanajuato, una de las principales ciudades de la región, ha sido noticia desde enero por la cantidad de policías municipales asesinados por delincuentes. El enfrentamiento entre la corporación y un grupo criminal que se hace llamar Cartel Santa Rosa de Lima aparece como batalla principal.

A la muerte de la candidata, el foco natural de las acusaciones era precisamente el Cartel Santa Rosa de Lima, grupo regional dedicado al robo de combustible, la extorsión y la venta de drogas al menudeo. El caso de Gaytán rompió ese esquema al suceder en Guanajuato, el Estado más volcado a la oposición y el único que votó mayoritariamente por Ricardo Anaya en 2018.

La espiral de violencia que envuelve esta contienda y que ha dejado un saldo de más de 170 agresiones, entre ellas 29 atentados, 11 secuestros, 77 amenazas y por lo menos, otros 27 asesinatos de actores relacionados con las elecciones, entre familiares de funcionarios, militantes, dirigentes y políticos que no buscaban un cargo en estos comicios. La inseguridad se extiende más rápido de lo que registran las estadísticas. Apenas este martes 23 de abril, un grupo armado trató de asesinar a Arturo Lara, candidato a alcalde de Movimiento Ciudadano en Amanalco, Estado de México. El PRI también anunció que su aspirante a presidente municipal en Zacapu (Michoacán), Lorenzo Martínez, se bajó de la contienda.

La violencia letal contra personas que buscaban cargos de elección popular ha alcanzado 13 de los 32 Estados del país y se concentra en el centro y sur del territorio. Los focos rojos están en Michoacán, Guerrero y Chiapas. Siete de los 30 asesinatos de aspirantes han sucedido en territorio guerrerense. Cuatro más se registraron en Michoacán y otros tres en Chiapas. Oaxaca, El Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Puebla y Veracruz han tenido dos casos. Ciudad de México, Colima, Morelos y Tamaulipas, uno.

La violencia ha alcanzado a todos los partidos políticos con registro nacional. Morena es el partido con la mayor cantidad de aspirantes asesinados, son 11, el PAN 6, el PRI 4, MC 3, PRD 2, PVEM 3, PT 1. ¿Así o más directas las pruebas de que hay partidos que no tienen permiso para apostar por una candidatura?

La lógica es que grupos del crimen organizado buscan ejercer un control político en los territorios que dominan. Son las organizaciones criminales quienes autorizan quién puede competir y gobernar, en un esfuerzo por mover los hilos de las autoridades locales. Es una forma de presionar y condicionar las decisiones de los partidos políticos.

Abrir el foco también pone de manifiesto el doble efecto de una democracia condicionada y limitada por la violencia, cada asesinato político impacta en la participación de la ciudadanía, por el miedo a salir a votar. También afecta a quienes compiten: muchas veces los partidos no llenan esas vacantes y sus opciones se limitan a quienes se atreven o “tienen permitido” postularse.

En estas elecciones, el impacto de la violencia ha sido exponencialmente visible y un recordatorio permanente de que hacer política implica también vivir y sobrevivir en amplias regiones del país.

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