Ciudad de México, abril 25, 2024 00:05
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Asegura líder de Comité en Nápoles que no se talarán árboles por ciclovía y que ésta es proyecto del GDF, no de la DBJ; reconoce que no se consultó a vecinos

Francisco Ortiz Pardo- Entre los pocos minutos en que transcurre la charla, en un cafecito de la esquina de Dakota y Nueva York, el coordinador interno del Comité Ciudadano de la colonia Nápoles, Pablo Niebla, recibe una decena de llamadas por sus teléfonos celulares. “Ya me voy. La colonia no da para vivir”, bromea después de dar su versión sobre los señalamientos de vecinos que no lo acompañan más, que piensan que él es incondicional del delegado Jorge Romero y que en su labor se ha prestado a las “imposiciones” de las autoridades locales, como la reciente construcción de una ciclovía, justamente en esa calle de Dakota.

Se le ha buscado porque otro líder vecinal, Ricardo (Yayo) Ferrerira, añadió a esa denuncia la de que en la esquina de Dakota y Filadelfia ya se talaron siete árboles y van por otros dos, unos pinos sembrados ahí en los años cuarenta. Yayo explicó en la mañana a Libre en el Sur que dos empleados de la DBJ le aseguraron que esos ejemplares serían retirados “por feos”, a pesar de que se encuentran sanos y vigorosos. “No es así –responde Niebla–. Me dicen en la Delegación que los árboles sólo fueron removidos por la obra y que luego serán replantados; e incluso pondrán más. Pero ya ves, han dicho de todo, hasta que la ciclovía es para que ponga mi negocio de bicicletas”.

El dirigente vecinal infla la boca, recubierta por singular barba, para dar paso a una revelación, contraria a la publicidad habitual del delegado Romero en medios informativos y redes sociales: La ciclovía no es un proyecto de la Delegación Benito Juárez, sino del gobierno capitalino, que la tenía proyectada “desde tiempos de Andrés Manuel López Obrador”. Y más aún, acepta que conoce la existencia de alguna consulta vecinal al respecto, como en efecto alegan los residentes inconformes.

–¿No cree que la DBJ debió tomar en cuenta la opinión de los vecinos, que ello habría evitado esta inconformidad?

–Pero la inconformidad no es por eso, sino porque efecta a los que estacionan sus autos sobre la banqueta, lo que es una infracción. Hay una falta de educación cívica –asienta el líder, que acusa que el gobierno de Marcelo Ebrard “nunca” les hizo caso en poner orden.

–¿Y qué le haría pensar que esta vez sí habrá orden si la queja es que nunca lo ha habido? ¿Es viable el proyecto Dakota de esta manera?

–Sí lo es. Deja que comiencen a levantarles la primera infracción. Como a los perros, hasta que les pegan con un periódico…

–Los vecinos críticos afirman que hubo una imposición de la DBJ, ¿No ha faltado cuando menos comunicación?

–Tal vez comunicación sí.

Niebla, que actualmente preside el Consejo Ciudadano Delegacional, ha negado ser “panista” y que vaya a trabajar con Jorge Romero, como señalan diversos líderes de esa y otras colonias de la DBJ. Piensa que la corrupción en la DBJ es por fallas de los subordinados de Romero, y no por culpa del delegado.

Aclara que el “corredor Dakota” fue idea de su comité, proyecto que no incluia originalmente la ciclovía. Niega que con la obra se haya suprimido un carril, pues en realidad éste no medía los cinco metros de ancho reglamentarios y sólo servía para que los autos se estacionaran en doble fila; pero a pregunta expresa, reconoce que la DBJ sí “se montó” en el proyecto de la ciclovía sin ser de ésta.

Él en cambio está a punto de montar su bici doble de regreso a casa; después irá a la reunión vecinal de los martes, que esta vez se antoja candente. Tal vez por eso no invitó al reportero. La rodada convocada para esta misma tarde se la deja a “los chavos”, pues “yo tengo mucho trabajo”. Se despide con ademanes de un padre a la vez cariñoso y gruñón: “Yo estoy tranquilo, hijo”. (En la foto, tráfico y ciclovía al atardecer)

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