Ciudad de México, abril 19, 2024 12:09
Opinión Francisco Ortiz Pinchetti

Más ciclistas en peligro

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Y no es una mera cuestión aritmética la que explicaría que a más kilómetros de rodamiento lógicamente aumenten las posibilidades o los riesgos de que ocurran accidentes. En el fondo, la verdadera causa de ese desequilibro fatal es la ausencia de una política pública de protección al ciclista…”

POR FRANCISCO ORTIZ PINCHETTI
Si bien es absolutamente plausible el intereses de las autoridades capitalinas por fomentar el uso de la bicicleta como medio de transporte e incrementar de manera importante el kilometraje de ciclovías o ciclopistas en la ciudad, resulta francamente incongruente la falta de apoyo a las medidas que eleven la seguridad de los ciclistas.

Resulta que a medida que aumentan el número y la longitud de las pistas exclusivas para bicicletas se incrementa en mayor proporción el índice de accidentes para ese tipo de vehículos y, por más grave y doloroso, el número de defunciones resultado de ellos.

Y no es una mera cuestión aritmética la que explicaría que a más kilómetros de rodamiento lógicamente aumente las posibilidades o los riesgos de que ocurran accidentes, lo que parece lógico. En el fondo, la verdadera causa de ese desequilibro fatal es la ausencia de una política pública de protección al ciclista, lo que implica campañas de educación tanto para ellos como para los automovilistas, principales causantes de los accidentes viales.

El dato es elocuente: mientras que en 2019 ocurrieron 11 decesos de ciclistas, en 2020, durante la pandemia de COVID-19, se incrementaron en 81.8 por ciento al llegar a 20 muertes, de acuerdo con los Reportes Trimestrales de Hechos de Tránsito de la Secretaría de Movilidad de la CdMx (Semovi) .

Considerar sin embargo a los usuarios de las ciclovías y en general de bicicletas en vía pública son meras víctimas de las torpezas e infracciones de otros y eximirlos en cambio de toda responsabilidad es un error que a menudo acentúa la indolencia de quienes sufren directamente los daños. Hay que reconocer, para evitarlo, que a menudo es la inconciencia y falta de precaución de los pedaleantes lo que provoca muchas de esas tragedias. Es un hecho que el índice de accidentes de ciclistas se ha incrementado de manera constatable por el aumento de repartidores de comida rápida en bicicleta, muchos de los cuales carecen de capacidad o se ven forzados por exigencias de sus patrones a infringir reglamentos y normas mínimas de seguridad.

Y si a ello se suma la absurda reducción de recursos públicos destinados a la protección de los ciclistas –lo que incluye una adecuada señalización, educaci+ón vial, infraestructura segura, entre otras acciones– el panorama resulta francamente sombrío, sobre todo ante el pomposo anuncio del gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo de alcanzar los 600 kilómetros de ciclovías para 2024, cuando concluya la actual administración. Válgame.

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