Ciudad de México, noviembre 21, 2024 22:00
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No naciste en auto

Por Patricia Alfaro Moreno

¿Se han fijado que en nuestra delegación las casas de los años 50 solo contaban con espacio para guardar un auto? Esto era por que solo la cabeza de familia tenía auto, los demás integrantes de la familia soñábamos con el día en que pudiéramos comprar uno. A la prepa y la universidad solo los con “posibilidades” llegaban en auto , el cual muchas veces se trataba de un Peugeot viejito modelo 59 que su papá ya no usaba y lo tenía abandonado.

Qué delicia aquella época en que nadie era mal visto por no tener un auto, y de lo más normal nos subíamos al trolebús, el pesero, las ballena (camiones), íbamos cómodamente sentados hasta nuestro destino. Aún recuerdo cuántos libros tuve la oportunidad de leer en esos trayectos. Y si por algo se nos ocurría quejarnos, no faltaba quien nos dijera: No naciste en auto.

Ahora estoy pensando seriamente vender mi auto y comprarme una bicicleta, al fin y al cabo ya me he ido adaptando al transporte público, el cual no había usado en hora pico, hasta el otro día que en la estación Del Valle del Metrobús quise tomar uno a El Caminero. Llevaba el tiempo justo para llegar a una junta y todos los Metrobuses pasaban a tope y no nos podíamos subir, así que decidí salir de la estación para tomar un taxi. Creo que fue la peor decisión que pude haber tomado: la cantidad de gente que estaba en el andén no permitía que nadie pudiera entrar, ni salir; era como tratar de meter o sacar a un elefante de una botella. Ya unas mujeres se empezaban a pelear, me daba miedo que en los empujones alguien callera a la calle.

Después de tanto apachurrón pude salir sana y salva, tomé el taxi y llegué tarde a mi destino. Me quedé pensando en toda esa gente que no tenía ni para cuándo llegar a su casa, y que esa es la historia de todos los días. Qué calidad de vida tan desgastada y es por eso que aún hoy en día la gente sigue soñando con comprarse un auto.

Aquí el testimonio de gente joven que en el último mes han optado por tener auto:

Verónica Barrientos Anaya, 25 años. Comunicóloga

Durante casi 8 años de mi vida he usado el transporte público diariamente, principalmente el Metro en la línea 3. En este largo tiempo el servicio no ha mejorado, podría asegurar que ha empeorado; todas las mañanas tienes que luchar para poder subir a éste, durante el trayecto el aire acondicionado no funciona, en la mayor parte de los casos el metro para constantemente entre estación y estación y además de eso, súbitamente, es decir, pareciera que no lleva consigo a ser humano alguno.

El comprar auto para mí fue la posibilidad de no pasar por esa situación indignante y frustrante todos los días, aunque me hago el doble de tiempo en auto de casa al trabajo, el espacio vital está asegurado y hay una mejor calidad en el desplazamiento; y a pesar de ser más caro circular casi diariamente en éste para mí ha sido un respiro, con el cual llego al trabajo con más energía y con mejor actitud, que al parecer no durará mucho tiempo puesto que el tráfico sé que en algún momento también me parecerá indignante y frustrante.

Valeria Villalpando Herrera, 21 años. Estudiante de ciencias de la comunicación

La razón por la que recién tengo carro es por que mi papá me lo compró como un regalo que yo no esperaba. Estoy experimentando manejar por la ciudad en lugar de usar el transporte público. El transporte público en la CDMX es de baja calidad y la cantidad de camiones, vagones del metro, metrobuses, no alcanza para la cantidad de personas que vivimos en esta metrópolis. El transporte público es inseguro y en horas pico se llena a tal grado que no puedes ni moverte, mientras en los micros y camiones no hay division para mujeres y niños, y en mi caso me han llegado a tocar las partes del cuerpo.

En fin, la comodidad de un carro no se compara a andar en camiones y metro, aunque por otra parte, sin duda es más barato el transporte público y menos contaminante, es un ganar-ganar en ambas opciones.

El transporte público que hay en la delegación Benito Juárez es suficiente para transportar a los que aquí vivimos, además de la población flotante que cada día transita por nuestras calles, que se calcula en más o menos 2 millones de personas. Es lógico que cada día vamos a ser más porque no para la construcción de casa habitación, oficinas y centros comerciales.

Si no te gusta el servicio del transporte público, toma fotos, twittea, publica en face, reclama a la autoridad correspondiente, propón soluciones, levanta la voz para ser escuchado.

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