Tras maltrato por canes, reponen pista de tartán en Parque Hundido… ¡y vuelven a soltar los perros!
Perros por la pista de corredores, la mañana de este jueves. Fotos: Libre en el Sur
Continúan dueños y paseadores de perros violando de manera flagrante la Ley de Cultura Cívica de Ciudad de México
Desde 2021 hay denuncias por afectaciones a niños y adultos mayores. Hoy la nueva pista ya tiene restos de excremento y los perros se cruzan libremente entre jardínes y andadores, a pesar de contar con su propio espacio.
STAFF / LIBRE EN EL SUR
Una pista de tartán que terminó visiblemente maltratada, incluso con la evidencia de las huellas de perros que son soltados por sus dueños en el Parque Hundido, acaba de ser reparada con material color azul por parte de la Alcaldía Benito Juárez.
Sin embargo, Libre en el Sur constató la mañana de este jueves que, una vez más y sin reparo alguno en la prohibición expresa de la Ley de Cultura Cívica, los canes volvieron a correr por andadores y en la misma pista, incluso atravesándose a los corredores.
Para los dueños de esos animales no importa la afectación a terceras personas, evidentemente, y se comportan egoístamente desde el momento que retiran la cadena a sus mascotas para que corran incluso entre los matorrales y la consecuente afectación de las plantas.
Ello, a pesar de que los perros cuentan con un amplio espacio, confinado, para que corran y jueguen sin afectar a visitantes que tengan otras inquietudes de esparcimiento y garantizarles así su derecho al gozo de un parque que es de todas las personas, de niños y adultos mayores, antes por supuesto que de los perros.
Así, las mañanas de este temprano verano inician con caminos anegados y una pista para corredores con restos de excremento de los animales, que ya se hacen evidentes al paso de los deportistas apenas unos días después de los arreglos.
Libre en el Sur ha dado cuenta cabal de la omisión de funcionarios y vigilantes en la aplicación de la Ley de Cultura Cívica y del propio reglamento de la pista, cuyos preceptos están a la vista en diferentes letreros metálicos a los largo de su kilómetro de longitud.
También de cómo en algunos casos los perros sueltos han provocado ataques nerviosos a adultos mayores, sin que haya consecuencias.
Este medio consignó apenas en febrero pasado que, tras un recorrido por diferentes sitios de la demarcación, se ha podido constatar que, aunque hay dueños responsables que recogen las heces de sus animales y los llevan con correa, hay otros que provocan un desorden y no pocas veces terminan enfrentándose entre vecinos.
No era extraño, como no lo es ahora, que los dueños de esos animales los hicieran caminar por la propia pista como si fuera un sendero para ellos.
“No dejar que tus mascotas usen o ensusien la pista”, es el precepto del reglamento violado a diario, a cualquier hora del día y a la vista de quien sea, incuidos los vigilantes.
Desde el 13 de enero del 2021, Libre en el Sur publicó el relato de una vecina –y sus treflexiones– acerca de la agresión que sufrió su niño de ocho años –cinco días antes– por un perro en el Parque Hundido.
“Fuimos al Parque Hundido para que Nicolás siga aprendiendo a andar en bici, está a punto de lograrlo pero resulta que no podíamos recorrer ni 100 metros libres por la cantidad de perros sueltos que se le atravesaban”, manifestó la vecina en su testimonio, que difundió en las redes sociales. “El niño acabó desistiendo…”
Relató: “Un rato después otro perro suelto le tiró la mordida a nuestro Iñaki (un niño de 1 año 5 meses). No se imaginan cómo me puse, parecía leona en celo y le grité a la dueña hasta de lo que se iba a morir”.
En la impotencia, la madre pidió una opinión de otros vecinos del Parque Hundido sobre las medidas que hay que tomar frente a esta problemática. Y también compartió la manifestación de su niño Nicolás, con más sentido común que los dueños de perros que sueltan a sus animales en el parque poniendo en peligro la vida humana. Estas fueron sus consideraciones:
Estoy muy enojada, los que me conocen bien saben que no soy adoradora de los perros pero de ninguna manera quiero que nuestros hijos les tengan miedo y sé que algún día nos pedirán uno y lo tendremos.
Mis sentimientos en este momento son…
1. Si en los parques hay una zona de perros para que puedan estar a gusto y sueltos, ¿por qué tienen que tener a los perros afuera sin correa?,¿Por qué no los amarran para caminar por el parque? ¿Será porque los dueños no se quieren ensuciar sus lindos piecitos en la zona de perros?
2. ¿Les parece justo que haya más perros que niños en el parque? Como dice mi suegro, no está lejos el día que quieran a los niños en la zona de perros y a los perros afuera disfrutando el parque.
3. Cuando íbamos de regreso, después del zafarrancho, Nicolás me dijo: “mami, si en la zona de perros caben como 100 perros, porque no los meten? Claro, un niño de 5 años piensa más que un descerebrado dueño de un perro…
Tengo varias ideas, pero si alguien sabe qué puedo hacer (a nivel delegación) para que haya más orden en el parque y los dueños de los perros sean conscientes que hay niños y familias que también lo queremos disfrutar, me ayudarían mucho sus opiniones…