Ciudad de México, diciembre 26, 2024 07:08
Francisco Ortiz Pinchetti Opinión

POR LA LIBRE / Es Monreal

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Si, obvio: el ahora senador con licencia Monreal Ávila, a pesar de fungir (y fingir) como uno de los cuatro aspirantes formarles a la candidatura presidencial, ve claramente despejado el camino a la jefatura de Gobierno, la que siempre fue su  “Opción B”.

POR FRANCISCO ORTIZ PINCHETTI

Luego de reunirse en Palacio Nacional con el presidente Andrés Manuel López Obrador (ojo), la todavía jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudio Sheinbaim Pardo, anunció sin respeto alguno por cierto al Congreso local que será Marti Batres Guadarrama su sucesor en la oficina principal del antiguo Palacio del Ayuntamiento. 2Se queda al frente”, dijo contundente.

Con igual vehemencia  dijo también que había decidido que se conservara intacto su gabinete, y por lo pronto ratificó  en sus cargos al secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch (ojo), y a la secretaria de Administración y  Finanzas, Luz Elena González.

¿Quién queda entonces como posible abanderado del partido de Andrés Manuel en las elecciones de 2024 en la  capital del país?

Apenas el día anterior, la secretaria de Seguridad Pública Federal, Rosa Isela Rodríguez, había confirmado que no renunciaría a su cargo y que seguirá trabajando lealmente al lado del Presidente (ojo).

Para quienes nos dedicamos a elucubrar a partir de los signos está más claro que el agua. Batres Guadarrama, García Harfuch y Rosa Isela (la primera por cierto en las encuestas) eran tres de las posible “corcholatitas”, aspirante a la candidatura de Gobierno capitalina por Morena. Su ratificación los elimina, en automático (ojo).

Como por arte de magia, en cuestión de horas todas las piezas quedaron en su lugar.

¿Quién queda entonces como posible abanderado del partido de Andrés Manuel en las elecciones de 2024 en la  capital del país?

Si, obvio: el ahora senador con licencia Ricardo Monreal Ávila, que a pesar de fungir (y fingir) como uno de los cuatro aspirantes formarles a la candidatura presidencial ve claramente despejado el camino a la jefatura de Gobierno, la que siempre fue su “Opción B”. La verdad es que el zacatecano, último de “los cuatro” en las encuestas, no tiene ninguna posibilidad real de ir por la grande.

Para algunos observadores fue notorio el cambio ocurrido justo a finales del año pasado, en diciembre, en la actitud primero y luego en la relación de Monreal Ávila con el habitante de Palacio Nacional, luego de cuatro años de no verse ni de lejecitos. Desde entonces se especuló sobre un posible acuerdo entre ambos, que pasaría precisamente por la jefatura de Gobierno de CDMX, posibilidad que el aguerrido senado negó reiteradamente.

El senador rebelde, coordinador de la fracción de Morena en la Cámara Alta, tornó las lanzas por lisonjas hacia el tabasqueño. Y desde ese momento inició su regreso feliz al redil que culminó hace unos días con el encuentro a solas entre ambos personajes en el despacho presidencial.

Por lo pronto, el ex gobernador de Zacatecas, –que por cierto fue insólitamente despedido con afecto y reconocimiento por todas las bancadas del Senado– solicitará su registro como precandidato a la Presidencia de la República (perdón, a coordinador dela Defensa de la Cuarta Transformación) y seguramente se mantendrá formalmente entre las “corcholatas” en supuesta contienda hasta que sea el momento de cambiar de pista.

Como decía un viejo periodista taurino en los años sesentas del siglo pasado, “¡poco vivirá quien no lo vea!”. Válgame.  

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