EL ÁLBUM / Educación sexual… ¿en 1930?

La reflexión del ‘qué hubiera pasado si…’ nos aborda de inmediato

ADRIÁN CASASOLA

Querido lector, si has tenido la oportunidad de hojear uno de esos antiguos álbumes fotográficos familiares, te podrás haber dado cuenta de lo diferente de aquellas imágenes, más allá de la vestimenta, los peinados y los muebles. En estas fotografías seguramente aparecen una cantidad considerable de niños y niñas.

Durante la década de los 1930’s, específicamente en 1932, durante los gobiernos de los presidentes Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez, el licenciado Narciso Bassols García, prominente y reconocido abogado, se convirtió en Secretario de Educación Pública. Durante su gestión impulsó una educación “social y pragmática”, según sus propias palabras. Como parte de su ideología progresista y en pro del bien de la sociedad, intentó instituir la educación sexual como parte del programa escolar. Esto desató una ola de protestas por parte de los padres de familia, quienes consideraron esta medida como completamente descabellada y alejada de los valores que se debían inculcar en las instituciones educativas.

Luego de álgidas manifestaciones encabezadas, sobre todo, por las madres de familia y de asociaciones católicas, el primer intento por brindar educación sexual a la niñez mexicana se vio truncado y el secretario Narciso Bassols fue destituido de su cargo.

Echando un vistazo a las cifras poblacionales oficiales durante décadas, nueve para ser más exactos, a principios del siglo XX la población de nuestro país era de 13.6 millones de habitantes. Hacia 1930 vivían 16.6 millones de mexicanos en nuestro país. A mediados del siglo XX, aumentó a casi 26 millones de habitantes. Y para 1970 este número casi se duplicó, al contabilizarse más de 48 millones.

Es por ello que la reflexión del “qué hubiera pasado si…” nos aborda de inmediato. En nuestros días podemos ver a nuestro alrededor familias conformadas de muchas maneras, desde aquellas que son uniparentales hasta aquellas que por razones médicas o por decisión de pareja, no tienen hijos. Cada vez es más frecuente en la calle y en los centros comerciales ver carriolas en donde, en vez de bebés o niños que aun no caminan, se encuentran mascotas como perros y gatos y que además son tratados como “hijos”, que forman parte esencial de los planes y decisiones de sus dueños. 

¿Nos convertiremos en un país de “viejos”? La decisión de tener menos hijos o ninguno, ¿es por temas económicos solamente? ¿Los embarazos en adolescentes han disminuido por la educación sexual impartida en las escuelas hoy en día? El tema nos acerca muchas preguntas y reflexiones; y muchos factores por resolver.

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