'Cuando hables con Dios, recuérdale que la masacre de Acteal sigue impune': indígenas a Samuel Ruiz
Mientras el féretro del que ha sido considerado el máximo representante de la Teología de la Liberación en México –doctrina de la iglesia Católica que plantea al credo como una vía para lograr la paz y la justicia social,- permanece abierto para que sus fieles monten guardias de honor, las largas filas de dolientes no cesan. Ataviados en sus coloridos trajes tradicionales, los indígenas chiapanecos de todas las regiones del estado han llegado a la que fue la diócesis de quien fungiera como mediador entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el gobierno federal. Pero también han arribado ciudadanos provenientes de diferentes parte del país: Chihuahua, Guanajuato, Puebla, el Distrito Federal y Oaxaca, entre algunos más. Un cirio, un ramo de alcatraces o una manta bordada son algunas de las ofrendas que ancianos, jóvenes y niños de las diferentes etnias le han traído este martes 25 de enero, cuando habría cumplido 51 años de su ordenación sacerdotal. Mujeres de cabello trenzado y con niños en brazos le han regalado lo único que tienen: su canto y su música, acompasados por el discreto baile de sus diminutos cuerpos.
Fue el obispo Samuel Ruiz, dicen, quien les enseñó a no bajar la cara ante el poderoso, ante el blanco o el mestizo. Fue él quien les dijo que todos los seres humanos somos iguales ante Dios. Y es por él que ahora lloran aunque afirman, pronto vendrá el reino de la paz y la justicia para todos los mexicanos. (Beatriz Argelia González, colaboración especial desde San Cristóbal de las Casas)