Omisas las autoridades capitalinas y federales en la defensa de los derechos laborales frente al abuso de patrones millonarios, los albañiles de la Ciudad de México viven horas aciagas en medio de la contingencia por la declaratoria de desastre emitida por Miguel Ángel Mancera.

Y es que la obvia y necesaria medida de suspender todas las obras de construcción en tanto permanezcan las labores de rescate por el sismos de 7.1 grados que azotó la mega urbe el 19 de septiembre, pasa la factura a los trabajadores y deja a los empresarios sin responsabilidades alguna. Esos desarrolladores simplemente dejan de pagar a los peones, que viven al día, en un tipo de explotación que se antoja de tiempos previos a la Revolución Mexicana.

Por si fuera poco, al ser un gremio poco organizado, en vez de exigir a sus patrones el pago de días no laborados por causas ajenas a su voluntad, los albañiles reclaman al gobierno dejarlos sin su trabajo.

De esta forma, la mañana de este lunes, decenas de albañiles se manifestaron en la esquina del Eje 8 Sur y Amores, donde portaron mantas y cartulinas de colores con expresiones como: “Somos la fuente de ingresos de nuestras familias ¡y el gobierno nos lo quitó!”

Como sea, una parte de los desarrolladores ha violado en estos días, sin recato, la disposición oficial de suspender los trabajos de construcción en la demarcación juarense, como ha documentado Libre en el Sur y vecinos de diferentes colonias, en algunos casos en obras cercanas a los derrumbes y rescate de sobrevivientes por el sismo.

Los empresarios inmobiliarios venden en la demarcación juarense departamentos nuevos con precios que van de los 2 a los 8 millones de pesos.