Ciudad de México, noviembre 21, 2024 17:17
Opinión Rebeca Castro Villalobos

Al compás del vals

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En punto de las 13 horas se abren las compuertas de la presa, mientras el Gobernador del Estado y el Alcalde de la capital dan la señal con un pañuelo blanco para que la Banda del Estado toque el vals Sobre las Olas, de la autoría de Juventino Rosas…

POR REBECA CASTRO VILLALOBOS

Desde el pasado jueves diecisiete  se llevan a cabo en mi terruño las  Fiestas de San Juan y Presa de la Olla, una tradición que ha pasado a ser leyenda y costumbre de generación en generación, incluso hasta hoy en plena pandemia, lo cual ha provocado fuertes cuestionamientos porque en Guanajuato nos mantenemos en semáforo amarillo.

En el año 2020 se canceló la festividad. Se hizo todo de manera simbólica, sin la presencia de personas. A aunque conscientes de la importancia que estas fechas tienen entre el pueblo, las autoridades innovaron el festejo  transmitiendo algunos eventos por las redes sociales oficiales.

Empero en esta ocasión, desde su comienzo con una coronación de la Reina de la ciudad hasta conciertos nocturnos en una plazuela atiborrada de jóvenes, muchos sin sana distancia y cubrebocas.

En fin, he de decirles que la denominación de “Fiestas de San Juan” y su asociación con la Presa de la Olla, es debido a las sequías que siempre se han manifestado en Guanajuato y el que sus habitantes se encomendaban a diferentes santos para que mandaran la anhelada lluvia.

El principal patrono es San Juan Bautista, festejado precisamente hoy jueves 24 de junio, y a quien se le agradecía que hubiera mandado la lluvia ya que en tiempos pasados solía caer el vital líquido de la mitad de mayo a junio.

La construcción de la Presa, en el rancho denominado De la Olla, inició en 1741, debido como se mencionó a la escases de agua que sufría la población, quedando totalmente terminada en 1749. Dicho embalse abasteció a la ciudad en el siglo XIX hasta que se comenzó a recibir el líquido de la Presa de la Esperanza.

Como parte de esas festividades se lleva a cabo asimismo la Apertura de la Presa de la Olla, el primer lunes de julio, cuya celebración consiste en liberar del embalse el agua sobrante por el cauce del río Guanajuato. Y es que cuando ya no fue necesario su abastecimiento y debido a que no contaba con tuberías ni filtros, la compuerta del fondo se levantaba para vaciar la presa en su totalidad y desazolvarla, mientras que las compuertas superiores se abrían para que el agua limpiara el cauce del río.

Para lo anterior, en punto de las 13 horas se abren las compuertas, mientras las autoridades en turno (o sea el Gobernador del Estado y el Alcalde de la capital) dan la señal con un pañuelo blanco para que la Banda del Estado toque el vals Sobre las Olas, de la autoría de Juventino Rosas.

Es entonces cuando la gran cantidad de personas que se reúnen en las inmediaciones del Jardín “Florencio Antillón”, donde va a caer el caudal de agua, y ya desde temprano se ubican puestos de refrescantes bebidas y botanas, disfrutan del evento ambientado por las notas musicales.

Desde que tengo memoria en mi quehacer periodístico, se procura que sea el Gobernador, junto con el Presidente Municipal, quienes encabecen la celebración. Eso sí, la Apertura obligadamente es a la una de la tarde, cuando ya la gente desde oportuna hora arribo al lugar como pudo, toda vez que se cierra el tránsito vehicular,  y encontró el mejor sitio  para ver tan singular espectáculo.

Aquí he de referir que cuando al ahora ex presidente Vicente Fox era mandatario estatal, ya con el antecedente de no tomar muy en serio los hábitos que por años se han inculcado entre la población guanajuatense, y a pesar de que el Palacio de Gobierno está a unos cuantos pasos de la susodicha represa, no estuvo a la hora convenida por lo que recibió  a su llegada un gran pitorreo de los ahí presentes. Incluso, pese a las maniobras que se intentó por parte de la entonces Coordinadora de Comunicación Social,  Martha Saghún, la nota principal del periódico donde labore se titulaba: “Rechiflan a Fox”.

Por muchos años, una de las antiguas casonas cercanas al jardín, de reconocida familia de abolengo en el terruño, prestaba sus instalaciones para que se celebrara un brindis al cual acudían las autoridades de los tres ámbitos que habían presenciado tan peculiar evento. El convivio claro, era muy aprovechado por reporteros y reporteras para las entrevistas, no sin antes degustar bebidas y canapés que se servían y previo a dirigirnos a las respectivas redacciones para redactar la crónica, lo que siempre reconocimos era menos difícil con esos ánimos cerveceros y espumosos que ya traíamos.

Fue en julio de 1847 cuando se instauró esta celebración por primera vez, para posteriormente e 24 de junio del 2013, el entonces Gobernador Miguel Márquez Márquez firmó un decreto en el que se declaró las Fiestas de San Juan y Presa de la Olla y de San Ignacio de Loyola, éste último festejo al que me referiré en su momento, como Patrimonio Cultural Intangible del Estado de Guanajuato.

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