Ciudad de México, noviembre 21, 2024 22:03
Francisco Ortiz Pinchetti Opinión

POR LA LIBRE/ Los derrumbes de Claudia

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Una clara lectura de la histórica concentración ciudadana del pasado domingo en el Zócalo capitalino es la incapacidad de la jefa de Gobierno para revertir la caída de los bonos de su jefe en el que fuera su bastión principal: es su tercer derrumbe.  

POR FRANCISCO ORTIZ PINCHETTI

La histórica concentración ciudadana que el pasado domingo 26 colmó y desbordó el Zócalo capitalino tiene diversas lecturas. Una, obvia, es que con esa movilización vino a ratificar esa suerte de despertar que significó la marcha del 13 de noviembre anterior, canalizada claramente en esta ocasión a la defensa del INE.  Otra, que esa multitud representa a una ciudadanía  ávida de participación política activa que busca un líder capaz de encabezar una fuerza electoral con posibilidades de victoria. La tercera, diría yo, es que esa ola rosa arrasó con las posibilidades de Claudia Sheinbaum Pardo frente al 2024.

O dicho de otra manera, significó el tercer derrumbe de la jefa de Gobierno.

A Claudia se le derrumbó la línea 12 del Metro el 3 de mayo de 2021. Después se le derrumbó la hegemonía del movimiento lopezobradorista en la capital del país, en las elecciones intermedias de ese mismo año: perdió nueve de las 16 alcaldías de la capital de la Nación.

Estos resultados implicaron  para López Obrador un doble dolor de cabeza. Por un lado, significa para él la pérdida de su bastión más importante en de todo el país, con las consecuencias electorales que ello significa. Por el otro, la complicación de sus proyectos sucesorios, una vez desechada la idea de la reelección, cunado la directamente responsable de ambos derrumbes del 2021 es quién la voluntad presidencial tenía como favorita para ser su candidata en 2024.

Claudia fracasó en sus esfuerzos por desacreditar a los opositores y recuperar el electorado perdido en 2021...”

Eso explica el activismo de la jefa de Gobierno para buscar revertir esos descalabros y rehacerse como opción viable para la sucesión. De ahí su beligerancia contra los nuevos gobiernos opositores, a través de reducciones en el presupuesto y trabas burocráticas de todo tipo.  Episodios de la misma táctica son sus enfrentamientos con la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, y por supuesto su sistemática persecución contra el PAN en su histórico bastión capitalino, la alcaldía Benito Juárez.

Las acusaciones contra ex funcionarios y funcionarios de esa demarcación por el tema de las construcciones irregulares ha resultado más mediáticas que judiciales, lo que puede tener efectos contrarios a los que persigue la gobernante morenista. Adicionalmente, ha sido demasiado obvio que no se haya hecho ninguna acusación, ninguna,  y menos alguna acción penal contra personajes de otras alcaldías de la ciudad. Todo eso se puede revertir.

Por lo pronto, a juzgar por el éxito de la concentración del domingo, ni esas ni otras maniobras políticas contra la oposición parecen haber tenido efecto alguno.

A pesar de todos los intentos del mismísimo Presidente de la República y de su peón en la CDMX por desprestigiarla a base de mentiras, insultos y hasta virtuales amenazas, la respuesta ciudadana fue contundente.  Ni se amilanó ni se confundió. Por el contrario: enseñó una admirable madurez cívica.  Y una decisión evidente de participación.

A final de cuentas, en cuanto a las expectativas del propio Andrés Manuel de que su virtual candidata presidencial pudiera remontar sus derrumbes anteriores. Para decirlo directamente, Claudia fracasó en sus esfuerzos por desacreditar a los opositores y recuperar el electorado perdido en 2021.

Y eso es ahora lo que más importa y preocupa y por lo visto angustia e irrita al habitante de Palacio Nacional. Co en tercer derrumbe de la jefa de Gobierno   la sucesión se le complica. Marcelo ha ganado puntos con sus recientes gestiones diplomáticas y por enderezar el entuerto provocado por su jefe y que a punto estivo de frustrar la inversión privada extranjera más importante del sexenio. Pero es obvio y sabido que el tabasqueño no confía en su actual canciller. Sabe que Ebrard Casaubón tiene su propio proyecto, y eso es para él intolerable. La opción por Adán Augusto es definitivamente intransitable. Ni él ni nadie es capaz de imaginarlo como candidato a la Presidencia.

Ese es el dilema. Claudia, que tampoco puede uno imaginar como una lideresa capaz de encabezar a nivel nacional a las huestes de su patrón, ha recurrido a la repetición sistemática de los desvaríos cotidianos de Andrés Manuel. Si él dice si, ella dice si, Ni él golpea, ella golpea. Pero eso no la hace una candidata factible, por el contrario.

Eso, además de otras muchas cosas que merecen análisis y valoración, nos enseñó esa multitud que saturó la plancha, los portales, las calles circundantes y los accesos a la Plaza de la Constitución. Válgame.    

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