Cartas a los Reyes Magos / Reconocer los límites
Pido claridad para saber que no debo mirar más que las cosas en las tengo el poder de decisión y que esto afecte para bien.
POR JORGE RIANCHO GUZMÁN
Resulta que tengo la oportunidad de poder expresar mediante esta carta algunos de los deseos que quisiera llegaran de alguna manera peculiar, mágica, misteriosa e instantánea. La mayoría de mis deseos han sido casi siempre así y por supuesto casi nunca se hacen realidad, he logrado aprender con el correr del tiempo que la base de todo deseo, por ridículo que parezca, es saber en realidad y con claridad, qué es lo que realmente deseo.
¿Qué le pediría yo, un adultote, a los reyes magos? La respuesta inmediata es ¡no lo sé! ¡Qué barbaridad, si ya no soy un niño! Entonces empieza un proceso largo de estar lamentando el no serlo porque la falta de espontaneidad y el auto juicio llegaron a instalarse desde hace no sé cuánto tiempo, además del perfeccionismo y temor de no hacer las cosas correctamente, cosas que precisamente en este instante pretenden sabotear por completo algo tan sencillo como es responder una pregunta simple: ¿Qué le pedirías a los reyes magos este año?
En el mismo párrafo anterior está implícita la respuesta: lo principal es no tener pena en pedir, quiero pedir sin pena ni reservas para entonces poder ser claro, directo, inocente, persistente y hasta berrinchudo si fuera necesario, tal cual tener el filtro que tienen los niños pequeños, casi nulo.
Y dicho lo anterior, por supuesto que pido por sobre todas las cosas que se me conceda seguir sanito, dormir bien, estar fuerte, porque hay personas que pueden recuperar su salud porque yo estoy en el momento y lugar donde ellas acuden pidiendo ayuda mientras sufren. Pido claridad para saber que no debo mirar más que las cosas en las tengo el poder de decisión y que esto afecte para bien. No quiero meterme en lo que no me importa y no quiero a la envidia de compañera, ni al victimo que vive en mí muchas veces. Ni al derrotismo. Quiero luz, horizonte y salud para mí y mis hijos, mi madre y hermanos. Eso es lo que quiero en realidad, porque teniendo eso todo llega por añadidura.
Me encantaría pedir que se termine la pandemia. Por la justicia social, las prácticas leales, el enriquecimiento propio sin tener que hacer nada más que esperar que todo caiga del cielo. Quiero creerme que cuando hago las cosas con una meta fija y con acción, las cosas al fin suceden; tal vez no como las planeo, pero suceden. Quiero esa fuerza y solamente pido poder estar bien y que pueda siempre dejar algo útil en donde me encuentre.
Médico.
