Vecinos encienden velas por la Octava, en Narvarte; Dinorah Pizano exige que delegado Jorge Romero dé la cara
Unos cien vecinos de la zona de Narvarte se reunieron afuera del predio donde fue derribada la Octava Delegación de Policía –que estaba catalogada por el INBA por su valor artístico– y en el que se construye una ampliación de Parque Delta, para encender velas y escuchar música en protesta por dicha obra.
La diputada local Dinorah Pizano y el dirigente de Fuerza Viva de BJ, René Vivanco, se sumaron al movimiento vecinal que ha cumplido nueve meses denunciando toda clase de irregularidades, desde la complicidad del jefe delegacional en BJ, Jorge Romero Herrera, cuya área jurídica evitó la suspensión de la demolición de la Octava bajo argucias legaloides, hasta el hallazgo en el terreno de vestigios prehispánicos a los que se pretende destruir para completar la obra de un estacionamiento privado anexo a oficinas de la Procuraduría y policía capitalinas.
Al encender también su “velita”, Pizano exigió la presencia del jefe delegacional Romero para que explique si la obra cuenta con manifestación de construcción y, si es el caso, por qué permitió la demolición de la Octava y ahora la construcción de un estacionamiento privado. Además, acusó que el panista no ha intervenido ni siquiera para que los elementos de Protección Civil delegacionales revisen las condiciones de los edificios aledaños, de los que se sabe, aseguró, que ya presentan daños provocados por la mega obra.
La legisladora perredista advirtió que “no permitiremos” que reabran la obra (actualmente clausurada por no contar con los estudios de impacto ambiental) hasta que se establezca una mesa de trabajo entre gobierno y vecinos a fin de acordar que en el predio se construya una “gran casa de cultura” para que de alguna forma se repare el daño.
Libre en el Sur constató que aunque permanecen los sellos de suspensión en los tapiales de la construcción, se continúa extrayendo agua del subsuelo del predio hacia la calle; y al mismo tiempo los vecinos descubrieron una excavación sobre la banqueta de Obrero Mundial, pegada a la construcción, de aproximadamente dos metros de longitud y uno de profundidad, que fue construida después de la clausura.
