El internet de las cosas… públicas
Por Rodrigo Berzunza Kurczyn
Día a día para todas las personas que vivimos en esta gran Ciudad de México es muy común encontrarnos ante montones de situaciones, eventos, experiencias y problemas que en no pocas ocasiones nos hacen mirar con cierto aire de melancolía hacia atrás, a un pasado donde las cosas eran diferentes o incluso (pensamos) mejores que hoy y caemos fácilmente en esa añoranza sobre una ciudad y un tiempo que ya no existen.
En palabras del maestro Joaquín Sabina: “…al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”; y es así, la futilidad de pensar en el pasado impide casi siempre disfrutar el aquí y el ahora con su pros y sus contras, más aún el mirar atrás nos aleja de la comprensión de que lo más probable es que las soluciones a nuestros problemas y necesidades están no en el pasado sino en el presente y el futuro.
La tecnología nos brinda cada vez más alternativas y herramientas para facilitar nuestra vida cotidiana; el día de hoy vamos a hablar en particular del Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés), el cual ya está aquí, en todos lados de nuestra vida diaria, visible sobre todo con la incorporación de teléfonos inteligentes en nuestro día a día.
Pero ¿qué es el internet de las cosas?, en resumen, se refiere a la creciente interconexión de diferentes dispositivos, vehículos, y en general diferentes objetos del mundo real mediante sensores y controladores, que les permite interactuar, comunicarse, almacenar e intercambiar información entre sí. Esto crea innumerables oportunidades para lograr una integración más simple y transparente entre el mundo físico y el mundo digital, reduciendo ampliamente la intervención humana en muchas tareas y procesos, mejorando así la eficiencia y precisión en la ejecución de éstas.
Imagina por un momento que las luminarias en tu calle pueden “avisar” a la Delegación que están próximas a presentar una falla y requieren de atención antes de que ésta se presente; semáforos que realmente hacen más eficiente el flujo vehicular a través de “trabajar en equipo” con otros dispositivos. En diferentes lugares del mundo proyectos de ciudades “inteligentes” (Smart cities), buscan alternativas para que la tecnología facilite y vuelva más eficiente y precisa la prestación de servicios públicos; como por ejemplo la integración de sensores y dispositivos para proporcionar servicios de estacionamiento inteligente, mayor eficiencia en el transporte público, redes eléctricas inteligentes, monitoreo de la calidad del aire o identificación de problemáticas en la infraestructura urbana; sistemas integrales de administración de tránsito, gestión de deshechos y desperdicios, entre muchas otras.
La tecnología existe y está disponible para ser utilizada como herramienta para atender nuestras necesidades y problemas de manera más eficiente, ahora sólo hacen falta autoridades que comprendan realmente el propósito del servicio público y la urgencia de mejorarlo sustancialmente; autoridades suficientemente creativas, preparadas y capaces para ofrecer soluciones realmente innovadoras y exitosas y no las ocurrencias de ocasión de las que la ciudadanía está cansada.
Y a ti… ¿qué otras soluciones se te ocurren con el uso de la tecnología para nuestra ciudad?
